El presidente estadounidense, Donald Trump, se propone reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Una violación del derecho internacional, según dice Christian Tomuschat a DW.
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DW: ¿Viola Estados Unidos el derecho internacional con el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel?
Christian Tomuschat: Sí, desde el punto de vista del derecho internacional, contraviene una resolución vinculante del Consejo de Seguridad de la ONU. Este calificó la anexión de Jerusalén Oriental por parte de Israel como incompatible con el status vigente de la ciudad como parte de los territorios palestinos. En consecuencia, sería de parte de Estados Unidos una contravención de una resolución que ese mismo país apoyó. A fin de cuentas, esa fue una anexión violenta y un imperativo del derecho internacional es que eso no puede ser reconocido por terceros países.
¿Existe alguna diferencia entre el reconocimiento de Jerusalén como capital y el traslado de la embajada a esa ciudad?
Eso sería solo la consumación práctica de lo que Estados Unidos resolviera en un primer paso. El traslado de la embajada sería la consecuencia lógica. El primer paso es más decisivo: que Estados Unidos establezca que Jerusalén es la capital de Israel. Instalar allí la embajada sería solo una forma de reforzarlo.
¿Cambia algo para los habitantes de Jerusalén desde el punto de vista legal?
Legalmente todo sigue como antes. La inclusión de Jerusalén en el territorio del Estado israelí, en sí, ya está consumada. Hasta ahora, los israelíes han respetado la presencia de los palestinos en el este de la ciudad. Pero es probable que Israel aproveche la oportunidad para seguir restringiendo el derecho de residencia de los palestinos en Jerusalén Oriental. Ya en los años pasados se intentó reiteradamente sacar de allí a los palestinos, retirándoles los permisos de residencia tras breves ausencias y también negándoles autorizaciones para construir.
¿Qué consecuencias políticas tendrá esta decisión de Trump?
No sé lo que Estados Unidos tenía en la cabeza. Esto conducirá naturalmente a disturbios y es probable que también a atentados terroristas. Se crean hechos consumados que hacen parecer improbable negociaciones exitosas en un tiempo previsible. Quedará una herida y provocará permanente intranquilidad, con consecuencias violentas. No se sabe cómo va a reaccionar el resto del mundo árabe. No se puede descartar un embargo petrolero ni otras consecuencias drásticas. Trump no tiene idea de lo que está haciendo.
¿Es decir que se aleja aún más una solución pacífica del conflicto del Cercano Oriente?
Esto, naturalmente, vuelve más improbable la solución de dos Estados, que en realidad todos favorecían. El Gobierno israelí siempre fue muy reservado, pero ahora parece por completo irreal. Pero los palestinos no renunciarán a Jerusalén en visa de los símbolos religiosos que allí se encuentran.
*El profesor Christian Tomuschat es miembro emérito de la facultad de Derecho de la Universidad Humboldt de Berlín, exintegrante de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y expresidente de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU.
Jerusalén en 1967 y 2017, 50 años después
La ciudad de Jerusalén ha sido uno de los puntos más espinosos del conflicto israelí-palestino. DW compara la ciudad de 1967, durante la Guerra de los Seis Días, con la de hoy, 50 años después.
Imagen: Reuters/R. Zvulun
El monte de los Olivos en la actualidad
La antigua muralla de la ciudad, el domo con la cúpula dorada y la mezquita con la Cúpula de la Roca se pueden divisar desde la cima de la montaña que se halla en la parte este de la ciudad. El cementerio judío del monte de los Olivos está situado en la parte oeste y sur de las laderas de la montaña. Este es el cementerio judío de uso regular más antiguo del mundo.
Imagen: Reuters/R. Zvulun
El monte de los Olivos hace 50 años
Si no fuera por la antigua ciudad otomana y el santuario en el fondo, los espectadores no se darían cuenta de que se trata de la misma ciudad. La imagen fue tomada el 7 de junio de 1967 durante la Guerra de los Seis Días.
Imagen: Government Press Office/REUTERS
La mezquita de Al-Aqsa
Al-Aqsa, con su cúpula plateada y amplia entrada, está ubicada en el Monte del Templo. Los musulmanes llaman a esta mezquita el "noble santuario". Es el lugar más sagrado en el judaísmo. Se creía que había dos templos bíblicos. Para los sunitas es el tercer sitio más santo tras la Meca y Medina. Durante mucho tiempo hubo muchas tensiones debido al control del área del Monte del Templo.
Imagen: Reuters/A. Awad
La Mezquita de Al-Aqsa hace medio siglo
El nombre de Al-Aqsa significa "la mezquita más lejana". Se trata de la mayor mezquita en Jerusalén. Israel controla esta área después de haber conquistado toda la ciudad de Jerusalén durante la Guerra de los Seís Días, en 1967, accediendo así otra vez a sus lugares religiosos. Los líderes de entonces estuvieron de acuerdo en que el Monte del Templo fuese administrado por un "Wagf" islámico.
Imagen: Reuters/
La Puerta de Damasco hoy
Esta histórica puerta, llamada así por el hecho de que la calle conduce desde ahí hacia el norte, hasta Damasco, es una entrada muy transitada hacia la parte palestina de Jerusalén Este y a los animados bazares. Aquí han tenido lugar incidentes perpretados por los palestinos contra los israelíes en los últimos dos años.
Imagen: Reuters/R. Zvulun
La Puerta de Damasco hace 50 años
La puerta en sí, lo que vemos en la actualidad, fue construida por el sultán otomano Suleiman el Magnífico entre 1536 y 1542. La imagen es muy similar a la de 1967. Siete entradas permiten el acceso a la ciudad vieja y sus barrios separados.
Imagen: Reuters/
La ciudad vieja hoy
La vibrante ciudad vieja de Jerusalén es desde 1981 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lugar relevante para muchas religiones: la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa para los musulmanes, el Monte del Templo y el Templo de las Lamentaciones, para los judíos, y el Santo Sepulcro, para los cristianos. Es un lugar de mucho tránsito, colorido e ideal para ir de compras y para comer.
Imagen: Reuters/A. Awad
La ciudad vieja hace medio siglo
Esta imagen fue tomada en julio de 1967, pero 50 años más tarde las cosas no han variado mucho aquí. Los chicos siguen portando en sus cabezas bandejas con dulces de sésamo, los "bagels", como en la imagen, por el precio de 1 euro la unidad.
Imagen: Reuters/Fritz Cohen/Courtesy of Government Press Office
Muro de las Lamentaciones hoy
Esta parte del antiguo muro de caliza en la ciudad vieja de Jerusalén es uno de los muro-soporte del Monte del Templo. Es el lugar más religioso para los judíos. Acuden aquí para rezar y quizá para introducir una nota en una grieta de la pared. Hay una parte para hombres y otra para mujeres. Todo el mundo puede visitarlo durante todo el año, tras haber pasado el riguroso chequeo de seguridad.
Imagen: Reuters/R. Zvulun
Muro de las Lamentaciones hace 50 años
En esta foto de 1967 del Muro Occidental o de las Lamentaciones, un término que no gusta y no usan los judíos, se ve a la gente acercándose al muro después de que Israel volviera a tener el control de esta parte de la ciudad tras la Guerra de los Seis Días. Los judíos tuvieron prohibido visitarlo durante los19 años que duró la ocupación jordana.