Las protestas nocturnas contra el racismo y el desempleo descendieron notablemente en la región de París, donde la violencia había llegado hasta el punto de registrarse incidentes de disparos contra la policía, pero continuó en otras zonas de Francia, dijo un comunicado del ministerio.

Los últimos hechos de violencia tuvieron lugar después de unas declaraciones del primer ministro Dominique de Villepin en las que advertía que sería firme contra quienes fueran en contra de la ley. Esto implicaría un aporte de refuerzos policiales y la aplicación de toques de queda que no se han visto en este país desde la guerra de Argelia entre 1954 y 1962.

Patrullas ciudadanas

El gabinete de Villepin se iba a reunir el martes para aprobar las nuevas medidas. Una ciudad en el este de Francia impuso su propio toque de queda sobre los menores de edad el lunes por la noche y otra al oeste de la capital organizó patrullas ciudadanas para ayudar a la policía.

"Donde sea necesario, los prefectos podrán imponer el toque de queda", dijo Villepin, refiriéndose a los oficiales de alto grado responsables de la seguridad en los departamentos de todo el país. El primer ministro instó a los ciudadanos a trabajar para combatir la violencia, que comenzó después de que dos jóvenes se electrocutaran accidentalmente cuando huían de la policía cerca de París, lo que activó una espiral de violencia por las noches con ataques a autos, autobuses, tiendas y colegios.

Menos autos incendiados

"Es importante movilizar a todo el mundo para enviar un mensaje de calma y control", dijo a la televisión. "Residentes, vecinos, padres - cualquiera que pueda ayudar a restaurar la calma, especialmente entre los jóvenes, puede hacer un trabajo útil". El Ministerio del Interior dijo en un comunicado que durante la noche se habían quemado 814 vehículos, una caída desde los 1.408 de la noche anterior. El número de policías heridos también descendió desde los 36 del domingo por la noche a cuatro la noche pasada. Unos 143 agitadores fueron detenidos.