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Tortura en Irak

3 de mayo de 2004

El premier irlandés y presidente de turno de la UE, Bertie Ahern, condenó enérgicamente la vejación de prisioneros iraquíes, tras el shock desatado por denuncias en contra de soldados estadounidenses y británicos.

También soldados británicos son acusados de maltratar prisioneros.Imagen: AP

Las acusaciones de tratos vejatorios contra prisioneros iraquíes enlodan ahora también a miembros del ejército británico. El periódico londinense Daily Mirror publicó el sábado fotos que causaron amplio repudio en Gran Bretaña, cuando aún no amainaba el Estados Unidos la tormenta desatada por denuncias similares de la Cadena CBS. Mientras el gobierno estadounidense ofrecía disculpas oficiales y públicas, en las altas esferas de la capital británica cundía la consternación por la revelación de que sus soldados han golpeado y humillado a detenidos iraquíes, en una forma que atenta a lo esencial de la dignidad humana.

¿Casos aislados?

Tanto en Washington como en Londres se han emprendido investigaciones y se asegura que los culpables serán debidamente castigados, de comprobarse la veracidad de las acusaciones que, en el caso estadounidense, parece no estar en duda. Los gobiernos respectivos manifiestan su condena más vehemente a tales prácticas, e intentan convencer a la opinión pública de que se trata de hechos aislados.

Ciertamente, nadie puede acusar al grueso de las tropas de ocupación en Irak que perpetrar semejantes atropellos. No obstante, tampoco son absolutas excepciones, de acuerdo con Amnistía Internacional. La organización de derechos humanos ha recibido varias denuncias de prisioneros, que dicen haber sido sometidos "rutinariamente a tratos inhumanos, degradantes y brutales" durante los interrogatorios.

Investigación pública

Amnistía Internacional demanda, en consecuencia, una investigación independiente y pública, llevada a cabo por una instancia competente. "No puede efectuarse, una vez más, una investigación interna en el ejército", indicó su portavoz, Neil Durkin. Su preocupación es comprensible, en vista de las experiencias anteriores. En Gran Bretaña se investigan actualmente ocho casos. Pero los encargados no se han destacado hasta ahora por su rapidez en obtener resultados. De acuerdo con informaciones del Times, tras nueve meses de deliberaciones aún no se ha decidido si serán procesados ocho soldados que presuntamente obligaron a prisioneros iraquíes a desnudarse y simular prácticas sexuales. La oposición liberal británica criticó este sábado que los inculpados ni siquiera hayan sido suspendidos hasta la fecha.

Por otra parte, también resulta más que inquietante el intento de explicación formulado en algunos medios de prensa, donde se indicaba que los uniformados enviado a Irak no han sido debidamente informados sobre los preceptos de la Convención de Ginebra, que ampara el derecho de los prisioneros. Porque no hacen falta convenciones ni normas del derecho internacional para saber cuándo se tortura y pisotea la dignidad de una persona. Es una cuestión de elemental humanidad y decencia.

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