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Tráfico de personas: un drama global en aumento

José Gayarre
27 de julio de 2017

El caso de los muertos encontrados en un camión en Texas vuelve a poner de manifiesto el grave problema del tráfico de personas a nivel internacional. Un drama complejo que aumenta continuamente.

Mexiko Migranten in Tenosique
Imagen: Reuters/C. Jasso

El mundo se despertó este domingo conmocionado con el camión encontrado en un aparcamiento de Texas, en cuyo interior había varias personas muertas  y otras gravemente afectadas por haber viajado encerradas a altas temperaturas. Aparentemente, podría tratarse de víctimas de una red de tráfico ilegal de personas en la frontera entre México y Estados Unidos, un fenómeno complejo que tiene muchas otras facetas. 

Según el articulo 3 del "Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas" de Naciones Unidas,  por "trata de personas" se entiende la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, recurriendo a la amenaza, uso de la fuerza u otras formas de coacción, rapto o abusos con fines de explotación. Este protocolo distingue así entre tres elementos del delito: Qué se hace (reclutamiento, transporte, hacinamiento y recepción de personas), cómo se hace (por fuerza, coerción, secuestro, fraude, abuso de poder, vulnerabilidad o por beneficio) y el propósito (explotación incluida la sexual, trabajos forzados, esclavitud y la extracción e órganos...).

Sobre este tema, el informe de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y  el Delito (UNDOC) de 2016 calcula que entre 2012 y 2014 se detectaron más de 500 vías de tráfico de personas con víctimas de 137 nacionalidades en todo el mundo. Cifras terribles que, sin embargo, son solo la parte visible de este drama. Más allá de estos datos basados en los registros de las autoridades nacionales las cifras podrían ser mucho más elevadas.

Un negocio lucrativo al alza

¿Cómo ha evolucionado el tráfico en los últimos años? En el citado informe se observa que, aunque la mayoría de los afectados siguen siendo mujeres, el patrón de las víctimas cambió en los últimos diez años con un aumento de niños y, sobre todo, hombres. Este último grupo suele estar destinado a trabajos forzados. Junto con la explotación sexual es una de las formas mayoritarias de explotación frente a otras con menor número de afectados como mendicidad, matrimonios forzados, producción de pornografía o tráfico de órganos.

Sobre los trabajos forzados, uno de los ejemplos más significativo sería la captación de trabajadores para la industria pesquera, una práctica común en diferentes partes del mundo tanto a bordo de grandes embarcaciones como en factorías en tierra. Según datos de Teresa Torres, Coordinadora del Proyecto contra el Trabajo Forzoso en la Organización Mundial del Trabajo (OIT), en el mundo hay cerca de 21 millones de víctimas de trabajo forzoso, de las cuales 1,8 millones son víctimas en América Latina y el Caribe. "La mayoría de casos de trabajo forzoso se dan en la economía privada, con ganancias ilegales anuales por valor de 150.000 millones de dólares; sólo en América Latina y el Caribe se generan anualmente 12 mil millones de dólares", explica a DW.

En las rutas que pasan por Centroamérica hacia EE.UU. estos abusos son también frecuentes en el sector agrícola. Como dice Torres, normalmente en sitios de difícil acceso. Aunque  cada vez hay más autoridades comprometidas para controlarlos. Como dice la activista Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Contra la Trata en México: " Hay estados, como Coahuila, que se esfuerzan en regular para que no vengan empresas extranjeras a hacer lo que nunca harían en su país. Estamos exigiendo que cada mexicano o mexicana, y cada persona que cruza nuestra nación como migrante, sea tratada con respeto y dignidad".

Imagen: imago/EQ Images

En el caso de la explotación sexual, destaca la frecuente utilización de mujeres en la trama para generar confianza y captar a otras mujeres y niñas como víctimas. Según la OIT, en América Latina y el Caribe la explotación sexual genera 10.400 millones de dólares al año.  Atendiendo a todas las formas de explotación, el explotador gana por cada víctima 7.500 dólares. En cuanto al tráfico de órganos, según el estudio de la ONU solo 10 países denunciaron este tipo de prácticas.

Rutas migratorias y rutas de tráfico

En cuanto a las rutas utilizadas por los traficantes, en los datos barajados por UNDOC sorprende que tanto víctimas como traficantes procedan frecuentemente del mismo país o hablen el mismo idioma. Es decir, los traficantes no salen al extranjero a captar víctimas. Sin embargo, sí las acompañan al país de destino para beneficiarse de la explotación. 

Como comenta Torres, también el género y la condición de migrante de una persona pueden influir decisivamente en el riesgo de caer en estas redes por la falta de información y de un sistema integral de protección. El informe de UNDOC confirma también las aparentes correlaciones entre las rutas de los traficantes y los flujos migratorios usuales. Sobre todo, en situaciones que hacen que la víctima sea más vulnerable,  como cuando las organizaciones criminales controlan las rutas desde el origen hasta el destino.

Menores que emigran a través de México. Imagen: Reuters

En determinados casos, esa condición de víctima en el país de destino puede ser aún más dramática cuando caen en situaciones de indefensión por su condición de ilegales. Rosi Orozco habla de la legislación de algunos estados de EE.UU. : "Una mujer comprada y violada en un campo agrícola puede terminar detenida como si fuese una delincuente en algunos estados al otro lado de la frontera. Una situación gravísima en cuanto a los derechos de las víctimas", explica la activista. En el caso de México, continúa, si una persona logra escapar de la trata en un estado donde el narcotráfico controla el negocio no puede dirigirse a ningún sitio y al final no tiene vida.

De la guerra a la trata

Capítulo aparte en este tema merecen las víctimas que huyen de guerras y persecuciones. Debido a la urgencia de la situación, su vulnerabilidad es aumenta a la hora de tomar decisiones para iniciar su camino. Por ejemplo, en el caso de los refugiados de Siria. Además, las condiciones son más favorables para los traficantes en zonas de conflicto: aparte de que la situación genera de por sí una mayor masa vulnerable, los grupos armados participan en el tráfico en sus zonas de control reclutando a niños y adultos para beneficio propio. Las mujeres y niñas se destinan a matrimonios forzados o abusos sexuales, mientras los hombres sirven para la minería, de cargadores, soldados o esclavos.

En cuanto a posibles soluciones de futuro a este drama global, según la coordinadora de la OIT, la erradicación del trabajo forzoso requiere voluntad política, una gobernanza eficaz del mercado de trabajo y un diálogo social incluyente. "El uso de trabajo forzoso genera ganancias ilegales cuantiosas para los explotadores. En ese sentido, resulta imperativo fortalecer la detección, procesamiento y sanción de los responsables, entre otras cosas", explica Torres.

También Rosi Orozco considera necesario concienciar a la sociedad civil y a los gobiernos de la magnitud y complejidad de este problema. Con su organización promueve campañas de recaudación a nivel nacional e internacional para construir más refugios y trabajar en la rehabilitación tanto de las víctimas como de los victimarios antes de que salgan de prisión. Pero, sobre todo, apela al compromiso de todos los implicados: " Si a los gobiernos no les importan los seres humanos y sigue habiendo esclavitud, nunca vamos a prosperar. Si empezamos a ver como normal que algunos pseudoempresarios abusen de la vulnerabilidad explotando a gente, esas naciones terminarán cada día con más violencia. Por eso pido cero tolerancia contra la trata", concluye. 

 

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