La ONU denuncia trabajo forzado en El Chaco paraguayo
25 de julio de 2017
La relatora especial Urmila Bhoola presentará un informe completo sobre su visita al país y a la región de El Chaco ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en septiembre de 2018.
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La región del Chaco paraguayo registra numerosos casos de "trabajo forzoso y servidumbre por deudas", según recoge un informe preliminar sobre esclavitud difundido este lunes (24.07.2017) por Naciones Unidas. La región, que ocupa más de la mitad de la superficie del país, alberga sólo al 3% de la población paraguaya, la mayoría indígenas vulnerables a estas lacras, según el informe, presentado por la relatora especial, Urmila Bhoola.
Esa vulnerabilidad se basa en "la venta histórica de tierras indígenas a grandes propietarios, empresas agrarias y empresas forestales sin el consentimiento libre, informado y previo" de esas personas. Los datos presentados a la relatora especial señalan que la situación de los indígenas del Chaco se ve agravada por "la ausencia del Estado en la región, la falta de conciencia de sus derechos, la incapacidad de hablar español en algunos casos y los altos niveles de analfabetismo".
Como consecuencia, los trabajadores acumulan jornadas sin pausas y, en vez de salario, reciben cupones para gastar en las propiedades de sus empleadores, que "no es suficiente para cubrir las necesidades básicas", apunta este informe preliminar. Bhoola, que visitó el Chaco, señaló que "existe una relación compleja entre el Gobierno, los empresarios y los pueblos indígenas" que ha dejado a estos últimos "muy vulnerables a la explotación".
No obstante, observó "mejoras recientes en los niveles de cumplimiento", aunque mostró su preocupación por "los desequilibrios de poder" provocados por los "monopolios sobre la provisión de bienes y servicios" que tienen las grandes empresas. Bhoola, que se entrevistó para su informe con autoridades políticas, civiles y sociales del país suramericano, añade en su documento preliminar que las mujeres tienen "mayor probabilidad" de caer en el sector del trabajo informal y "por ende experimentar mayor vulnerabilidad".
Además, no es el único problema detectado en el país por el estudio: Paraguay padece un déficit "importante" en cuanto a trabajo digno que genera un alto grado de informalidad laboral, en torno al 70% del empleo, pese a que la tasa de empleo es relativamente baja, del 7%. Además destacó que el salario mínimo es "bajo", en torno a 400 dólares al mes, y la falta de cumplimiento universal con las leyes de salario mínimo o la incapacidad de las instituciones de hacer cumplir las medidas establecidas en el Código Laboral.
Asimismo, Bhoola se queja en su informe, cuya presentación coincidió hoy con la de las estrategias de Paraguay para la implementación de la Agenda 2030 de la ONU para asumir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que el país ha establecido un régimen de desarrollo económico que "tiene a la inversión extranjera en primera línea en vez de los derechos laborales de sus ciudadanos".
LGC (EFE/ONU)
Seis muros que pretenden separarnos en América Latina
Ya sea entre países o dentro de ciudades, los muros cumplen un solo objetivo: separar. A ricos de pobres, a vecinos y conciudadanos. Acá les mostramos seis ejemplos de ello.
Imagen: picture-alliance/Abaca Press/G. Bizzarri
Lima: ricos y pobres
Diez kilómetros de largo tiene el llamado "Muro de la vergüenza" en la capital de Perú. Coronado por filosos alambres de púa, su objetivo es partir por la mitad un cerro: por un lado las "invasiones" (terrenos tomados fuera del marco legal por pobladores de menos recursos) y, por el otro, barrios acomodados. Empezó a construirse en los 80 y hasta 2012 se seguían sumando metros a este murallón.
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Argentina-Paraguay: socios del Mercosur separados
Tante polémica generó en 2015 el levantamiento del muro de cinco metros de altura y 1,3 kilómetros que separa a Posadas (Argentina) de Encarnación (Paraguay), que una petición online en la plataforma Change.org reunió más de 8 mil firmas para exigir su demolición. Pero el muro sigue ahí, construido a medias entre el Estado y la empresa que opera la central hidroeléctrica en el río Paraná.
Imagen: Clarin
México: freno al sueño americano
Aunque la frontera entre México y EE. UU. está amurallada en muchos sectores, el presidente Donald Trump hizo de la construcción de un muro fronterizo su bandera de lucha. Tras llegar al poder, prometió cumplir su palabra. Pese a la oposición casi unánime de la comunidad internacional, Trump parece decidido a seguir adelante. La frontera entre ambos países tiene casi 3.200 kilómetros de longitud.
Imagen: Reuters/J. L. Gonzalez
Perú-Ecuador: pared a pasos de monumento a la paz
Perú reclamó en junio de 2017 ante las autoridades ecuatorianas por los trabajos para levantar un muro en la frontera entre Aguas Verdes (Perú) y Huaquillas (Ecuador). Con 2,5 kilómetros de extensión y 4 metros de altura, el muro forma parte de los acuerdos de paz firmados en 1998 tras la Guerra del Cenepa, en 1995, dicen en Quito, e incluye un parque y un centro comercial.
Imagen: El Comercio
Río de Janeiro: favelas amuralladas
A comienzos de 2009, las autoridades de Río de Janeiro decidieron cercar algunas favelas con enormes muros de entre 80 centímetros y tres metros. La explicación oficial era que con estas paredes se buscaba contener el crecimiento de los barrios y proteger la vegetación circundante. Otros pensaron que, en realidad, se buscaba encerrar a los pobres para evitar que sus barrios siguieran ampliándose.
Imagen: picture-alliance/abaca
Chile: ya no hay muro, hay reja
En 2002, la alcaldesa de Lo Barnechea (un barrio adinerado de Santiago), Marta Ehlers, mandó a construir un muro para separar a las casas más acomodadas de la población La Ermita, más pobre. Tras la polémica, se decidió echar abajo el muro y vincular ambos sectores de la comuna a través de un paso que es vigilado por una caseta con guardias. Y en vez de muro, hoy hay una reja.