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Crónica de la escalada entre Israel y Hezbolá

25 de septiembre de 2024

El 7 de octubre de 2023 no solo fue un punto de inflexión entre Israel y Hamás, también empeoró la relación entre Israel y la milicia Hezbolá.

Columnas de humo se elevan hacia el cielo en una zona con algunos edificios dispersos.
23 de septiembre de 2024: ataque aéreo sobre Nabatiyeh, en Líbano.Imagen: Hussein Malla/AP/picture alliance

Hezbolá lanza cohetes "en solidaridad" con Hamás

El 7 de octubre de 2023, combatientes de Hamás y la yihad islámica atacaron el sur de Israel, matando a unas 1.200 personas y secuestrando a otras 251 como rehenes.  Mientras Israel quedó en estado de shock, Hezbolá decidió apoyar a Hamás "por solidaridad". Tan solo un día después, en la madrugada del 8 de octubre, la milicia proiraní, clasificada como grupo terrorista por Estados Unidos y Alemania, entre otros, lanzó los primeros cohetes hacia el norte de Israel.

Desde entonces, el Ejército de Israel y Hezbolá han estado intercambiando ataques a diario: granadas, drones y cohetes siguieron volando hacia Israel, mientras que el Ejército de Israel respondía con ataques con bombas contra posiciones sospechosas de Hezbolá en el sur del Líbano.

Huida y evacuación por ambos lados

Tras unos pocos días, esta situación llevó a Israel a establecer una zona de amortiguamiento de cuatro kilómetros de ancho en la frontera con el Líbano, cerrada a los civiles. Las ciudades y los kibutz dentro de esta zona fueron evacuados, y el 20 de octubre también fue evacuada la ciudad de Kiryat Shemoná, con una población de 22.000 habitantes.

Desde que el conflicto estalló de nuevo, numerosos civiles del sur del Líbano han huido a Beirut o a regiones más septentrionales del país. Antes de la actual escalada del conflicto, se decía que al menos unas 100.000 personas a ambos lados de la frontera se habían visto obligadas a abandonar sus hogares.

Asesinatos selectivos y ataque con cohetes contra Majdal Shams

El 2 de enero de 2024, representantes de Hamás y del grupo islamista libanés Jamaa al-Islamiya estaban reunidos en un suburbio de Beirut, cuando un ataque aéreo israelí destruyó completamente el lugar que albergaba el encuentro.

Siete personas murieron, entre ellas Saleh al Aruri, fundador de las Brigadas Qassam, el ala militar de Hamás. Fue el primer asesinato selectivo de un alto comandante islamista fuera de los territorios palestinos desde que comenzó el conflicto el 7 de octubre. Después hubo más.

El 1 de abril, un ataque aéreo israelí destruyó un anexo de la embajada iraní en la capital siria, Damasco. Entre las víctimas mortales, se encontraba Mohammed Reza Sahedi, un alto miembro de la Guardia Revolucionaria iraní, quien desempeñó un importante papel en el apoyo militar de Teherán a Hezbolá.

El 30 de julio, Fuad Shukr murió en un ataque aéreo israelí en un suburbio de Beirut. Schukr era considerado asesor militar y mano derecha del jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah.

Su asesinato se produjo apenas tres días después de un presunto ataque con cohetes de Hezbolá contra la aldea drusa de Majdal Shams, en el norte de Israel, que mató a 12 niños y adolescentes en un campo de fútbol. Israel acusó a Hezbolá de crimen de guerra y amenazó con represalias; el jefe de Hezbolá, Nasrallah, negó su responsabilidad por el bombardeo. Pudo haber sido un cohete mal dirigido de la milicia terrorista libanesa, pero el incidente aún no ha sido aclarado.

Apenas un día después, el 31 de julio, Ismail Haniyeh, jefe exterior de Hamás, murió en una explosión en una casa de huéspedes de la Guardia Revolucionaria Islámica en Teherán. Aún no está claro si la detonación fue causada por un ataque aéreo o por un artefacto explosivo colocado con anticipación

Como resultado de todos estos asesinatos selectivos, el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, anunció ataques de represalia. De hecho, el lanzamiento de cohetes desde el Líbano hacia Israel aumentó durante un breve periodo de tiempo, pero, hasta ahora, el gran contraataque no se ha materializado.

Bíperes y walkie-talkies que explotan

Además de estos asesinatos selectivos de comandantes de alto rango, numerosos combatientes de Hezbolá de menor rango también han muerto en ataques israelíes. El 17 de septiembre, miles de bíperes o buscapersonas fueron detonados casi simultáneamente en el Líbano y Siria. Apenas un día después, explotó una segunda oleada de walkie-talkies y otros dispositivos controlados por radio de miembros de Hezbolá. Según información libanesa, al menos 39 personas murieron y unas 3.000 resultaron heridas en este doble ataque.

Ambulancias rodeadas de gente a la entrada del Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut, tras la explosión de bíperes el 17 de septiembre.Imagen: Anwar Amro/AFP/Getty Images

Se dice que los dispositivos fueron interceptados por el servicio secreto israelí antes de ser entregados a Hezbolá o incluso producidos en su nombre por una empresa fachada y preparados con pequeños artefactos explosivos. Poco antes, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, había pedido un "cambio radical" en la frontera con el Líbano, e Israel también había declarado como objetivo de guerra el regreso de los israelíes evacuados a las ciudades del norte.

Ataques aéreos masivos en el Líbano

Aún no está claro en qué medida las estructuras de mando de Hezbolá han quedado realmente debilitadas por las dos oleadas de explosiones. Sin embargo, desde entonces, Israel ha ampliado enormemente sus acciones militares y lleva a cabo repetidamente ataques aéreos contra objetivos en Beirut y el sur del Líbano. Según información libanesa, han muerto en ellos más de 550 personas.

Hezbolá, por su parte, también ha aumentado sus bombardeos. Solo el martes (24.9.2024) por la mañana, en pocos minutos, se lanzaron más de 50 cohetes contra el norte de Israel. En total, más de 50 personas en Israel han muerto por el lanzamiento de cohetes de Hezbolá desde el 7 de octubre.

(ms/rml) 

 

 

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