Ni las autoridades de la ciudad de Krefeld ni las del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán han podido confirmar que el médico de 66 años, Hartmutt Hopp, esté efectivamente en Alemania. Todas las pistas apuntaban a esta ciudad cerca de Düsseldorf, donde funciona una comunidad religiosa con características de secta, a la que están ligados antiguos miembros de la Colonia Dignidad y otros que han emigrado a este lugar. Aquí también vive su hijo adoptivo Michael, profesor de violín en una escuela de música, quien formó su propia familia y se ha distanciado de Hopp.

Apenas fue confirmada la fuga del ex brazo derecho de Paul Schäfer (líder del enclave alemán donde se cometieron diversos atropellos a los derechos humanos), a fines del mes de mayo, su nuera declaró a un medio periodístico chileno que éste estaría en Alemania y que se habría reunido aquí con su mujer, quien abandonó Chile un poco antes. El médico se encontraba con orden de arraigo, impedido de salir del país, al estar procesado por asociación ilícita y con una condena pendiente como cómplice por los delitos de abusos de menores cometidos por su antiguo líder en el enclave alemán en el sur de Chile. Junto a otros 15 inculpados –ex jerarcas y la hija adoptiva de Schäfer-, arriesga una condena inicial de cinco años de cárcel. Sólo faltaba el pronunciamiento del último tribunal, la Corte Suprema.

El destino de este prófugo de la Justicia es hasta ahora un misterio. Una de las hipótesis es que viajó a Argentina cruzando la Cordillera de los Andes en helicóptero y desde ese país tomó un vuelo a Europa. El ministro de la Corte de Apelaciones Jorge Zepeda, quien lleva el juicio en su contra, dictó una orden de captura internacional.

Autoridades de Krefeld indicaron a un periódico local no tener información sobre la presencia de Hopp. Asimismo, un vocero de la Embajada en Chile señaló que “ante la diligencia chilena de persecución del Sr. Hopp, las autoridades alemanas están investigando si éste actualmente tiene residencia en Alemania. El Ministerio de Relaciones Exteriores en este momento no dispone de información sobre su paradero”.

En Alemania, toda persona tiene el deber de registrarse en el municipio correspondiente a su lugar de domicilio, por lo que es muy sencillo para las autoridades centrales ubicar a una persona. Esto hace pensar que Hartmut Hopp no ha cumplido con esta obligación y se mantiene en forma secreta en Alemania, o está en otro país. Es probable que no haya ingresado a la Comunidad Europea por Alemania, donde su pasaporte habría sido registrado.

En Chile, su fuga hizo que se extremaran los controles sobre los otros inculpados, también en libertad bajo fianza. Los actuales habitantes de Villa Baviera también se sienten afectados, pues este episodio revivió la oscura imagen de la Colonia. “Esto es como volver al Estado dentro del Estado que era antes, cuando cada uno hizo lo que quiso sin importar la ley”, señala Martin Matthusen, miembro de la segunda generación de alemanes residentes.

Libre en Alemania

Como ciudadano alemán, Hopp podría sentirse hasta cierto punto seguro si permaneciera en este país. “Según la legislación alemana, en general, no es posible la extradición de un ciudadano alemán a países fuera de la Unión Europea. Este precepto está regulado en la Carta Fundamental, teniendo así rango constitucional”, confirma un vocero de la Embajada en Chile.

Este país no lo entregará a la justicia chilena, aunque existe una orden de captura internacional. Se podría dar así la paradoja de estar condenado en Chile y vivir libre en Alemania. Este mecanismo ya había sido usado por el ex jerarca Albert Schreiber, quien también huyó a Alemania y permaneció viviendo libre hasta su muerte.

“Creo que Hartmut Hopp va a intentar eludir la Justicia por todos los medios y su retorno sólo será posible a través de su detención en un país distinto de Alemania”, dice Hernán Fernández, abogado representante de las víctimas de abusos. “En el caso de Colonia Dignidad, Alemania se ha convertido en un territorio de impunidad”, señala, poniendo como ejemplo lo ocurrido con Schreiber.

Wolfgang Kneese, quien en 1966 escapó del dominio de Colonia Dignidad, tiene una posición crítica: “Paul Schäfer se fugó de Alemania por estar acusado de abusos sexuales y ahora se fugan los alemanes de Chile para no ir a la cárcel. Ellos usan la ley para defenderse, pero son criminales. La justicia no funciona. No ha cambiado nada en 40 años y Hopp anda libre y nadie se preocupa”.

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La Justicia alemana también podría actuar

Aunque la extradición no es posible, Hopp podría llegar a responder por los delitos de los que se le acusa, a través de un juicio en Alemania. Cuando se trata de víctimas o acusados alemanes, “el derecho penal alemán también es aplicable a hechos realizados en el extranjero –indican en la Embajada en Santiago de Chile-. En el caso de que el lugar de residencia de Hartmut Hopp sea conocido, las autoridades de justicia competentes introducirán un procedimiento penal en su contra”.

Un antecedente importante es que la Fiscalía de Memmingen, localidad del estado de Baviera, abrió un juicio contra Albert Schreiber por la muerte de un dirigente político de oposición durante la dictadura, quien fue llevado a Colonia Dignidad por agentes de la policía secreta chilena y desapareció en ese recinto. Sin embargo, Schreiber no alcanzó a ser condenado.

Hernán Fernández cree que lo más probable es que Hopp quede “prisionero” dentro de las fronteras alemanas, de manera de evitar la acción de la Justicia chilena. De iniciarse un juicio en Alemania en su contra, tomará bastante tiempo.

Nuevos cargos en Chile

Este caso puso al descubierto la debilidad del sistema penal chileno. “Tenemos sospechas de que Hopp salió de Chile con soporte y colaboración de otras personas”, señala Fernández. Wolfgang Kneese indica que el ex jerarca usaría pasaportes falsos.

Tras la fuga de Hopp, Mauricio Richards, Fiscal Regional del Maule, región donde se ubica Villa Baviera (antigua Colonia Dignidad), abrió una causa por el delito de desacato. Junto a la Policía de Investigaciones, allanó la oficina del hospital y el dormitorio que Hopp mantenía en la Colonia. Aunque desde hace un tiempo residía en otro lugar, hacía visitas regulares como médico de los ancianos. Richards revisó el lugar, incautó documentos y evidencias y tomó declaración a las personas que lo vieron por última vez, en los primeros días de mayo.

“No olvidemos que existen procesos que se siguen adelante, donde esta persona está condenada y procesada, y paralelamente se ha abierto una investigación sobre los eventuales ilícitos que podrían existir en relación con la salida del territorio chileno. Nosotros investigamos si efectivamente hizo abandono del país, de qué forma lo hizo y si se cometió algún ilícito por parte de terceros o del propio imputado”, indicó el Fiscal tras el allanamiento.

Richards también investiga una querella por el delito de lesiones a través de fármacos, presentada por una ex colona, quien asegura haber sido obligada a ingerir medicamentos que atentaron contra su salud. Esta mujer no vive en Villa Baviera desde hace unos años y habría sido atendida por una supuesta enfermedad de epilepsia.

En la Colonia se administraban fármacos y drogas con diferentes fines: como una forma de inducir a las personas al trabajo, para mantenerlos sometidos y para aplicarles castigos. Hopp, por su calidad de médico, habría sido el encargado de estas funciones.

Cadena de escándalos

Dieter Maier, autor de libros sobre la Colonia, entrega nuevos antecedentes. “Hopp se sobrepasó y cometió abusos contra mujeres. Paul Schäfer le permitió hacer lo que quiso y se aprovechó de su calidad médica. Lo echaron, pero siempre volvía”, asegura. “Él se maneja, habla inglés, español y alemán, viajó mucho –agrega Maier- Además tiene dinero, maneja parcialmente la caja negra de la Colonia y tiene acceso a cuentas en las Islas Saint Kitts. La fuga de Hopp no me extraña. Para no ir a la cárcel y poder ir tras el dinero, traicionó a los otros”.

Hopp fue uno de los pocos colonos que mantuvo contacto con el exterior. Estudió medicina en Estados Unidos, viajaba constantemente y como brazo derecho de Schäfer, tiene excelentes contactos y es uno de los que maneja las cuentas millonarias en el extranjero. Por años fue una especie de ministro de relaciones exteriores de la Colonia.

“Cometió tantos delitos que Schäfer lo tenía en sus manos y no se podía fugar. Pero ahora se siente libre y tiene un montón de dinero, negocios, casas y cuentas en el extranjero”, indica Kneese. Asegura que encontrar a Hopp no es imposible y que bastaría seguir el rastro de las propiedades compradas o arrendadas por Erika Heimann, antigua contadora de Colonia Dignidad, quien viajó a Alemania poco antes de la fuga de Hopp.

“Este es sólo un escándalo más en la cadena de escándalos de Colonia Dignidad”, señala Kneese, apuntando: “Para mí, Hopp es un hombre con inteligencia, pero que la usa para el mal, y no tiene el carácter para asumir la responsabilidad por las acciones que cometió en Chile”.

Autora: Victoria Dannemann

Editora: Emilia Rojas