Hasta la toma del poder de Trump, el Gobierno alemán tendrá unos días para cerciorarse de qué es lo que el nuevo presidente realmente quiere. Aunque la incertidumbre sobre sus planes internacionales es grande.
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¿Cuál será el futuro del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)? ¿Qué pasará si Washington reduce drásticamente su aporte financiero y su presencia militar en Europa?
El presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, dijo este 9 de noviembre en Berlín que "Estados Unidos no va a velar a largo tiempo por la seguridad de Europa, por lo que la Unión Europea tendrá que defenderse por sí misma”. Por lo tanto, agregó Juncker, "necesitamos retomar el debate sobre un sistema comunitario de seguridad e incluso sobre un ejército europeo independiente”.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, indicó en el diario alemán Rheinische Post qué piensa del mismo. Von der Leyen considera que Alemania debe reforzar la cooperación militar con sus socios europeos, al tiempo que tiende puentes a la administración de Trump.
Si bien, agrega la ministra germana, "Europa tiene una gran influencia cultural y comercial, no es tan ágil en cuestiones de seguridad”. Según Ursula von der Leyen, "Europa debería asumir una mayor responsabilidad en la seguridad en África”, por ejemplo. Una de las lecciones de la crisis de refugiados es que las consecuencias de los problemas no resueltos en África o el Cercano Oriente también afectan a Europa. El resultado de las elecciones en Estados Unidos podría ser un impulso importante en este caso.
Sin Gran Bretaña, la UE podrá avanzar hacia un Ejército Europeo
Los ministros europeos de Defensa debatirán la próxima semana, justamente, cómo estrechar más la cooperación, como "complemento a la OTAN”, subrayó Von der Leyen. En una Cumbre de la OTAN a mediados de diciembre se pretende dar luz verde a una "Unión de defensa”. Un proyecto que ahora la UE puede poner en marcha, gracias a que el "brexit" no le permitirá más a Gran Bretaña frenar el proyecto de un Ejército Europeo.
El "brexit" y la elección de Trump se convierten en catalizadores de una nueva política alemana de defensa. Ya desde hace dos o tres años se le viene exigiendo al Bundewehr, el Ejército alemán, una mayor participación en misiones internacionales de paz. "Alemania deberá asumir más su propia defensa”, concluyó la ministra.
El presupuesto militar alemán seguirá aumentando desproporcionadamente. Mientras en 2014 era de poco más de 32 mil millones de euros, en 2020 crecerá a casi 40 mil millones.
Al mismo tiempo, Von der Leyen enfatiza la importancia de las misiones europeas que combinan seguridad militar con asistencia civil. El Ejército alemán ya tiene experiencias positivas de esos servicios en varios países, así como en la lucha contra el Estado Islámico. La reconstrucción, reconciliación y estabilización del orden civil es tan importante como la presencia militar y el entrenamiento de las tropa locales.
La misión alemana en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico fue extendida por el Bundestag hasta finales de 2017 con un pie de fuerza de 1.200 soldados.
Kay-Alexander Scholz (JOV/ CP)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
Imagen: Eric Feferberg/AFP/GettyImages
El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.