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Tras un año de guerra, la economía rusa sigue a flote

Arthur Sullivan
23 de febrero de 2023

Cuando Rusia invadió Ucrania hace un año, Occidente respondió con sanciones y boicots. Sin embargo, la economía rusa no ha colapsado. ¿Por qué?

La versión rusa de Starbucks se llama simplemente "Stars".
Starbucks se retiró de Rusia. La versión rusa se llama simplemente "Stars".Imagen: Dmitry Korotaev/AA/picture alliance

En los días siguientes a la invasión de Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022, la economía rusa se vio fuertemente estremecida. Occidente aplicó sanciones contra su sistema financiero y el rublo cayó pronunciadamente frente al dólar, el banco central ruso duplicó los intereses y la bolsa de Moscú se mantuvo cerrada unos días.

Políticos europeos hablaron de "serias consecuencias” para Rusia y economistas predijeron una gran caída del PIB. Pero eso no ocurrió. La economía rusa ha enfrentado dificultades, pero las ha manejado bastante mejor de lo previsto. No se puede tener una imagen clara de lo que ocurre, porque el Kremlin mantiene en secreto muchos datos clave, pero el colapso profetizado no se produjo.

"Se puede decir que el retroceso del rendimiento económico fue claramente inferior a aquel 15 por ciento del que se hablaba al comienzo de la guerra”, dice a DW Alexandra Vacroux, directora ejecutiva del Davis Center de estudios rusos y euroasiáticos de la universidad de Harvard. Vacroux estima que el PIB ruso cayó entre un tres y un cuatro por ciento en 2022. Eso coincide en general con las estimaciones del Banco Mundial, en FMI y la OCDE.

"Lluvia de dinero”

Varias razones explican por qué no se cumplieron los pronósticos. Una de las principales son las exportaciones de combustible fósiles. Los países europeos siguieron comprando largo tiempo petróleo y gas rusos, mientras Moscú encontraba paralelamente otros mercados, como China e India. A comienzos de febrero de 2023, el Banco Central ruso reportó un récord de comercio exterior. Este se incrementó en unos 211 mil millones de dólares en 2022, principalmente debido a la exportación de energía a precios mucho más altos.

Con esta "lluvia de dinero”, Moscú pudo limitar los daños. "Así fue posible seguir respaldando industrias clave y asegurar el empleo”, señala Chris Weafer, quien trabajó casi 25 años como asesor de inversiones en Rusia. "Además, no solo pudo afrontar los gastos militares, sino también financiar programas sociales y mantener en general la estabilidad económica y social en el país”, explica.

Eficacia limitada de las sanciones

Otro factor estabilizador fue que algunas empresas occidentales siguieron trabajando en Rusia cuando disminuyó la presión. A eso se suma la poca eficacia de las propias sanciones, según Alexandra Vacroux, quien indica que las sanciones no han surtido el efecto esperado en países como Venezuela, Irán o Rusia, y apunta que estas son más efectivas en el momento en que se aplican que más adelante.

El Kremlin también pudo batírselas con las sanciones gatilladas por la anexión de Crimea. El Banco Central ruso, acostumbrado a manejar crisis, dio en febrero y marzo de 2022 pasos decisivos para apuntalar el sistema financiero.

Weafer considera que una década de sanciones ha sometido a los bancos rusos a una especie de test permanente de resistencia y el país se ha vuelto más independiente en el sector de la industria clave y la producción de alimentos.

Comercio "paralelo"

Otro motivo de la crecida resistencia de la economía rusa radica en el aumento del comercio con India y China, que florece. Además, Rusia se beneficia de las llamadas "importaciones paralelas”, vía por la cual le llegan productos occidentales haciendo un rodeo a través de India, China u otros países. Vacroux considera que China es el "gran ganador” de este juego, porque aumenta también la dependencia rusa de este país.

(ers/ms)

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