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Trasfondo: las misiones de Chávez

Steffen Leidel27 de noviembre de 2006

El pilar principal que sostiene al Gobierno de Chávez son las llamadas “misiones”. Es a estos programas sociales a los que el presidente debe su gran popularidad entre la población más pobre.

En las misiones, los militares juegan un papel destacado.Imagen: DW/Steffen Leidel

En 1998, Hugo Chávez ganó las elecciones sosteniendo una promesa: erradicar la miseria en Venezuela. Cuando Chávez llegó al poder, el país se encontraba en una situación desoladora. Con la economía estancada, la inflación alcanzaba índices galopantes y la tasa de desempleo registrando un fuerte crecimiento. Sus antecesores, Carlos Andrés Pérez (1989 - 1993) y Rafael Caldera (1994 - 1998), intentaron salvar a Venezuela del derrumbe ayudándose de los fondos internacionales y emprendiendo una política de privatizaciones. Sin éxito.

La mayor parte de las inversiones en el sector público, ya fueran hospitales, escuelas o carreteras, procedían de la época dorada. Del boom petrolífero entre 1973 y 1983. Pero con la caída del precio del crudo a principios de los años 80, comenzó el empobrecimiento acelerado de la población. Inmediatamente después de hacerse cargo del Gobierno, en febrero de 1999, Chávez puso en marcha su primer gran programa social. En él, los militares jugaron un papel protagonista. Se pudo ver a soldados recogiendo basura en los barrios pobres, renovando escuelas y hospitales, repartiendo paquetes con alimentos. Las medidas no demostraron sin embargo gran nivel de eficacia. La corrupción, la mala planificación y el clientelismo dominaron por encima de todo buen fin.

Reacción a una crisis interna

Paralelamente, a nivel interno crecía la presión sobre Chávez. La aprobación de 49 decretos con fuerza de ley levantó en protestas a la oposición, y las manifestaciones duraron hasta abril de 2003. Los dictámenes de Chávez reducían el papel de la economía de mercado, recortaban los derechos de la propiedad privada y modificaban las estructuras agrarias.

El punto culminante del movimiento “anti-Chávez” se presentó en forma de un intento de Golpe de Estado en febrero de 2002, cuando una serie de militares de alta graduación declararon al presidente depuesto de su cargo. Sólo dos días le hicieron falta a Chávez para regresar al poder con ayuda de los soldados que le seguían siendo leales. Tras el frustrado Golpe de Estado, las patronales se pusieron en pie de guerra y organizaron huelgas generales que afectaron principalmente a la industria del petróleo.

Una vez se hubo estabilizado la situación, Chávez dio luz verde a sus “misiones”. El dinero para los programas sociales sale directamente de un fondo al que van a parar los ingresos del petróleo, y no de los presupuestos del Estado. El objetivo: lograr en corto periodo de tiempo el mayor impacto posible.

El Ejército ayuda

La asistencia médica es uno de los principales puntos de las misiones.Imagen: DW/Steffen Leidel

Para llevar a la práctica las misiones, Chávez deposita su confianza en los militares. Y en el pueblo, que debe participar activamente en todo el proceso. La movilización del Ejército demuestra la poca confianza existente en el correcto funcionamiento de las instituciones públicas. Muchas de las misiones (Miranda, Piar, Ribas, Sucre) fueron bautizadas en honor a los héroes de las guerras de independencia contra los españoles.

Según el Gobierno, en 2006 se gastaron 6.900 millones de dólares en los proyectos sociales. Y Chávez ha anunciado ya que en 2007 aumentará el dinero que se destina a las misiones. El 40% del presupuesto estatal debe tener fines sociales.

Prioridades en sanidad y educación

En total, son 17 las misiones en marcha. “Barrio adentro” se llama aquella cuyo objetivo es asegurar la asistencia sanitaria entre la gente pobre. En base a un acuerdo de cooperación entre Cuba y Venezuela, más de 25.000 médicos cubanos, auxiliares y enfermeras, están ya en Venezuela para atender gratuitamente a la población. A cambio, Venezuela hace llegar a Cuba 100.000 barriles de petróleo diarios.

Las guardias territoriales, el ejército popular, reciben entrenamiento.Imagen: DW/Steffen Leidel

En todo el país han empezado a funcionar las llamadas “consultas del pueblo”, las “clínicas del pueblo”, los centros de rehabilitación y de diagnóstico. En los folletos del Gobierno se lee que hasta ahora más de 190 millones de pacientes han sido atendidos y a unas 35.000 personas se les ha salvado la vida. Gracias a la Misión Milagro, los venezolanos, y los ciudadanos de cualquier país latinoamericano, pueden ser tratados sin costo alguno de enfermedades de la vista como las cataratas en centros médicos cubanos.

Otro campo importante de las misiones es la educación. Cuba fue el modelo a seguir para la alfabetización de Venezuela. En octubre de 2005, el país declaró, de acuerdo a los principios fijados por la UNESCO, su completa alfabetización. Los adultos que no lo hayan hecho tienen ahora la oportunidad de acabar la enseñanza básica y secundaria y estudiar en una de las recién fundadas universidades bolivarianas.

Pero la misión considerada más exitosa es la que organiza desde el Estado el reparto de alimentos a través de los llamados comercios Mercal. En estos “mercados de alimentos” los precios son como media un 40% más baratos que en los supermercados corrientes. Las restantes misiones se ocupan, entre otros de temas, del desarrollo de la agricultura, de la construcción de viviendas y del fomento cultural.

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