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Tregua unilateral de las FARC: ¿el comienzo del fin?

José Ospina Valencia18 de diciembre de 2014

Si el cese al fuego unilateral de las FARC supera los posibles tropiezos, puede convertirse en el comienzo de la desescalada, dice a DW Sabine Kurtenbach*, politóloga del GIGA, especializada en el conflicto colombiano.

Imagen: Getty Images/ Y. Lage

DW: Este 17 de diciembre el líder guerrillero ‘Iván Márquez' anunció, desde La Habana, un cese el fuego unilateral e indefinido, a partir de este 20 de diciembre. ¿Qué significa esto para el proceso de paz en Colombia?

Sabine Kurtenbach: Este nuevo hecho es una muestra de confianza mutua, teniendo en cuenta el reciente secuestro del general Alzate, a manos de las FARC, la rotura temporal del proceso de paz, por parte del presidente Juan Manuel Santos, pero también la consecuente liberación del militar y la reanudación de las conversaciones en La Habana.

¿Sirvió entonces el impasse del secuestro para que las partes entendieran mejor la dimensión del proceso de paz y los riesgos a los que está sometido?

Creo que ese hecho hizo más evidente que el proceso necesita más apoyo de todas las partes que tienen que demostrar su buena voluntad. Como también se comprendió que la resistencia uribista al proceso de paz sigue siendo muy fuerte. Creo que las partes están entendiendo que hay que ganarse la voluntad de quienes se oponen ferozmente a la paz negociada actualmente en Cuba. Sin el apoyo de la oposición no puede haber una paz estable y sostenible.

Las reacciones al anuncio del cese unilateral son muy diversas. Hay voces optimistas, pero la mayoría se muestra escéptica. El mismo presidente Juan Manuel Santos anunció no aceptar la condición de las FARC de implantar una verificación de la tregua unilateral por parte de organismos como UNASUR o CELA, por ejemplo. Santos precisó que solo considerará una verificación cuando se llegue a un acuerdo en el tema de las víctimas del conflicto. ¿Frenará esto el proceso de paz?

No creo que esa postura de Juan Manuel Santos frene el proceso de paz. Lo que pasa es que las FARC han condicionado la tregua unilateral a que las Fuerzas Armadas colombianas tampoco las ataquen. En ese caso, el cese el fuego podría acabarse después de dos días de iniciado. Este es uno de los aspectos clave de la oferta de las FARC porque el Gobierno colombiano mantendrá su postura de que no habrá un cese al fuego bilateral hasta que no se hayan firmado todos los acuerdos de paz.

La oposición uribista habla de un “regalo envenenado” de las FARC. ¿Hay realmente una trampa en esa oferta?

Yo no veo trampa. Se trata de una estrategia en medio de las negociaciones, de un discurso mediático en el que las FARC se presentan como la parte con voluntad de declarar una tregua. Sucede en casi todos los procesos de paz. Con todas las dificultades que pueda haber, un cese al fuego unilateral de las FARC puede ser el inicio a un proceso de gradual desescalada.

En efecto, el Gobierno de Colombia expresó que “este es un buen inicio para un proceso de desescalada de las hostilidades que desemboque - si llegamos a un Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto - en un cese al fuego bilateral y definitivo con su debida verificación, en concordancia con la agenda del Acuerdo General de 2012".

Así es. El cese unilateral del fuego puede ser, en el mejor de los casos, el inicio de la desescalada que muchos esperan. Cierto es que agentes provocadores, tanto de dentro de las filas militares como de las de las FARC, pueden entorpecer la tregua y causar su fracaso.

El partido Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, que había exigido insistentemente a las FARC un cese el fuego unilateral , habla ahora de que el ofrecimiento es un “chantaje para lograr que las Fuerzas Armadas no las ataquen y poder fortalecerse”. ¿Deja la oferta de las FARC sin piso a la oposición radical contra el proceso de paz?

No creo que a los enemigos del proceso de paz les importe mucho lo que hagan o dejen de hacer las FARC. A no ser que la guerrilla entregue las armas y se declare derrotada, definitivamente. Y eso no va a suceder.

¿Qué tiene que pasar para que los enemigos de este proceso de paz se convenzan de que Colombia tiene que hacer ahora un proceso de paz con estas FARC, tal y como son o se les llame: terroristas, narcotraficantes, guerrilleros o insurgentes?

Probablemente una mediación, como la que ha propuesto la Conferencia Episcopal Colombiana, pueda ser un factor decisivo en el acercamiento e inclusión de los sectores críticos al proceso de paz, si es que ya no está sucediendo. Solo basada en la aceptación mayoritaria de los colombianos la paz puede ser sostenible.

Justamente el líder negociador del Gobierno de Santos en La Habana, Humberto de la Calle dijo que "no se trata de cuánta justicia sacrificar para lograr la paz, sino de cómo lograr la paz con un máximo de justicia”. Algo que, según él mismo, “seguirá siendo el motor que mueva las conversaciones". ¿No cala este compromiso en las filas uribistas?

No, porque ellos solo están teniendo en cuenta a las víctimas de las FARC y no a las víctimas del paramilitarismo y de las Fuerzas del Estado, como sucedió con los llamados “falsos positivos”, en los que cientos de jóvenes fueron asesinados para presentarlos como miembros de las FARC.

El anuncio del cese al fuego de las FARC se da pocas horas después de que Obama y Castro dieran a conocer su iniciativa diplomática, al estilo de la exitosa estrategia socialdemócrata “Cambio a través de acercamiento”, desarrollada desde los años 60 en la Europa de la Guerra Fría. ¿Hay alguna relación entre los tres anuncios?

Puede que sea solo una coincidencia, como también puede ser que las FARC quieran aprovechar la coyuntura positiva en favor de la paz. Cierto es que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tienen que ver con el proceso de paz en Colombia. Si bien el conflicto colombiano ha sido influenciado por las actuaciones de Estados Unidos, Cuba y Venezuela, esa influencia no ha sido ni será esencial. El acercamiento entre EE.UU. y Cuba no tendrá un efecto decisivo en el proceso de paz con las FARC. La dinámica del conflicto colombiano es movida por sus problemas internos.

Sabine KurtenbachImagen: Sabine Kurtenbach

*Sabine Kurtenbach es doctora en Ciencias Políticas y se ha especializado en el estudio de conflictos en América Latina. Kurtenbach trabaja para el Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo.

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