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PolíticaBielorrusia

Treinta años de Lukashenko: así ha cambiado Bielorrusia

Elena Doronina
20 de julio de 2024

El gobernante se convirtió en dictador y la Bielorrusia europeísta se volcó totalmente hacia Rusia. ¿Qué pasó en el país y qué se puede esperar tras tres décadas de opresión?

Lukashenko junto a Vladimir Putin.
Lukashenko a Vladimir Putin. Imagen: Mikhail Klimentyev/SNA/IMAGO

El 20 de julio de 1994, Alexander Lukashenko llegó al poder en las primeras elecciones libres de la Bielorrusia independiente. Desde entonces, no ha vuelto a haber votaciones plenamente reconocidas por la oposición y los países occidentales. De hecho, desde 2020 el país va camino hacia el totalitarismo.

"La última oportunidad real de derrocar a Lukashenko fue en 1996”, dice Ales Mikhalevich, quien fue candidato a la presidencia en 2010. El político hace referencia al enfrentamiento por la destitución del mandatario entre el Consejo Supremo, el Parlamento bielorruso y Lukashenko. Los diputados que protestaban en 1995 fueron golpeados por las fuerzas de seguridad y al año siguiente Lukashenko sencillamente disolvió el Parlamento.

Luego, a través de referendos, reintrodujo los antiguos símbolos estatales soviéticos, como la bandera roja y verde, aboliendo así la histórica bandera blanco-rojo-blanca, que había sido reintroducida durante el proceso de independencia del país, en 1991. Además, amplió el mandato presidencial.

A finales de los 90, los opositores a Lukashenko comenzaron a desaparecer. El exministro del Interior, Yuri Zajarenko, era uno de los líderes de la oposición y desapareció el 7 de mayo de 1999. En septiembre del mismo año corrió una suerte similar el jefe de la Comisión Electoral Central, Viktor Gontschar, y su asesor, el empresario Anatoli Krassowski. Muchos ven en estos acontecimientos un punto de inflexión.

A finales de 2019, el exmiembro de las fuerzas especiales bielorrusas Yuri Garawski admitió en una entrevista con DW que estuvo involucrado en los secuestros de Zajarenko, Gontschar y Krassowski, y contó detalles de sus asesinatos. Según Garawski, la orden de cometer los crímenes vino "de arriba”.

Fuerzas de seguridad y represión para mantener al régimen

Desde las elecciones de 2020, la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido, Ucrania y otros países democráticos no reconocen a Lukashenko como presidente. Él gobierna "con bayonetas", como dicen los politólogos en referencia al uso de las fuerzas de seguridad y de la represión para mantenerse en el poder.

Aunque se cimbró, el régimen pudo reponerse con represión ante las masivas manifestaciones en su contra.Imagen: Ulf Mauder/dpa/picture-alliance

"En el transcurso de 30 años, las opiniones de la gente, la situación económica y la estructura social del país ha cambiado. A mediados de los 90, las antiguas repúblicas de la Unión Soviética decidieron democratizarse y reformar sus economías. Sin embargo, Lukashenko abortó esta transformación e introdujo un régimen autoritario que ahora se está convirtiendo en uno totalitario”, dice Valery Karbalevich, autor de una biografía de Lukaschenko. Según el politólogo, Lukashenko acercó a su país cada vez más a Rusia y levantó un "telón de acero” con la Unión Europea. "Las consecuencias más importantes son el totalitarismo en la política interna y el alejamiento del mundo occidental hacia el este, hacia Asia”, dice Karbalevich.

En la Bielorrusia de 1994, Lukashenko era representante de la oposición. Hoy hace arrestar a sus oponentes y reprime a los que piensan diferente. En Bielorrusia alguien puede terminar en prisión por cualquier crítica a las autoridades, por comentarios "incorrectos” o por poner un "me gusta” en redes sociales, pero también por apoyar a Ucrania, que se defiende de una invasión lanzada por Rusia.

En 2020, Bielorrusia vivió las mayores protestas de su historia. En un país de 9 millones de habitantes, cientos de miles de personas salieron a las calles para manifestar contra el fraude en las elecciones presidenciales y el uso de la violencia contra los ciudadanos. Pero las movilizaciones fueron brutalmente reprimidas, varias personas murieron y miles fueron encarceladas. Svetlana Tijanovskaya, que según muchos observadores obtuvo más votos que Lukashenko en los comicios, ahora vive en la vecina Lituania y desde allí dirige a las fuerzas democráticas bielorrusas.

Las cifras actualizadas al 17 de julio de 2024 señalan que en Bielorrusia hay 1.388 presos políticos. Desde 2020, un total de 3.300 personas han recibido condenas por razones políticas. Desde hace unos cuatro años, Bielorrusia vive en un régimen de represión masiva y todos los días se conoce nueva información sobre las malas condiciones carcelarias y el deterioro de la salud de los presos políticos, los más conocidos de los cuales se encuentran en régimen de aislamiento. Desde hace más de un año, por ejemplo, no se sabe nada sobre el premio Nobel, Ales Bialyazki, el banquero y filántropo Viktor Babariko y su colega Maria Kolesnikova.

Diversas ONG y medios independientes fueron cerrados o debieron trasladarse al extranjero. Treinta empleados de medios de comunicación se encuentran en prisión. Económicamente, ahora Bielorrusia depende de Rusia y las relaciones con la Unión Europea prácticamente están en punto muerto.

¿Qué pasaría si Lukashenko se va?

A finales de agosto, Lukashenko cumplirá 70 años. En el último tiempo, sus apariciones públicas han suscitado dudas sobre su salud e incluso admitió estar "cansado”, lo que alentó rumores de una enfermedad.

Las próximas elecciones presidenciales están previstas para 2025. Lukashenko ya adelantó que competirá en ellas, de lo que se deduce que no va a dimitir del cargo. A pesar de ello, ¿qué creen los expertos que pasaría si el líder autoritario dejara el poder?

"No importa quién sea el sucesor, incluso si es alguien del entorno de Lukashenko, necesitará el apoyo de la sociedad y dibujar un camino hacia la liberación del legado” del mandatario, dice Karbalevich. "Habrá que revertir todo lo que ha hecho Lukashenko y buscar una economía de mercado, una democratización y una salida al aislamiento internacional, pero eso podría ser obstaculizado por Rusia. Mucho dependerá de la situación que haya entonces en Rusia, Bielorrusia y en la guerra contra Ucrania”, agrega.

(dzc/rr)

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