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La letra de la angustia

12 de diciembre de 2011

Cartas y postales de los padres, desde Hamburgo, a su hijo, en el exilio en Suecia, cuentan la verdadera historia de una familia judía durante el nazismo. Piezas únicas de historia que se pueden leer en internet.

Postales antes de la deportación: "Lenguaje extranjero y caligrafía desconocida".
Postales antes de la deportación: "Lenguaje extranjero y caligrafía desconocida".Imagen: Agentur Literaturtest


Era un secreto que se mantuvo oculto durante años. Hasta que murió su padre, Torkel S. Wächter, un escritor sueco, sabía que había algo sobre lo cual su padre no quería o no podía hablar. “Sabía que estaba ocultando algo. Lo expresaba de manera no verbal”, dice el autor. Las escasas informaciones importantes con las que contaba el joven Torkel fueron suficientes para evitar que se acercara demasiado a la revelación del tabú de su padre. Walter Wächter nació en 1913 en el seno de una familia judía de Hamburgo, donde creció. Durante la Segunda Guerra Mundial huyó a Suecia, comenzando allí una nueva vida. Pero todos los intentos de hablar acerca de esos años fueron en vano, incluso hasta la muerte de Walter Wächter, en 1983. Pasaron años antes de que Torkel S. Wächter fuera capaz de ocuparse en detalle de la historia de su padre.

Walter Wächter (dcha.) en su juventud.Imagen: Agentur Literaturtest

“Sabía que había material con informaciones sobre su vida, pero habría sido como indagar en asuntos demasiado privados. Tenía la sensación de que, de algún modo, mi padre veía lo que yo hacía”, explica Wächter. Como un gesto de respeto, e incluso de temor, acerca de lo que hubiese podido encontrar, dejó intactos los documentos de su padre durante 16 años.
 

Lenguaje extranjero, caligrafía desconocida

En 1999, Wächter reunió valor como para echar una mirada sobre los documentos. Pero la mayoría del material estaba en alemán, incluyendo a las 32 postales, con extensos comentarios adicionales, que colocó en una página web. Es más: las postales estaban escritas en Sütterlin, una caligrafía alemana antigua que sólo pocos alemanes son capaces de descifrar actualmente. Fue así que el autor sueco se dirigió a ancianos de la ciudad de Hamburgo para que lo ayudasen a transcribir las misivas.

“Así fue como aprendí alemán para poder leer las postales y otros materiales”, dice. Pero la reconstrucción de la historia de su familia estaba lejos de terminar solo a partir de la información de las postales. El intercambio epistolar se realizó, en principio, entre los abuelos de Wächter, Minna y Gustav, desde Hamburgo, y su padre, Walter, desde Suecia. Torkel S. Wächter abrió camino a través de cientos de cartas y anotaciones de diarios personales, y también pasó incontables horas investigando en archivos. Poco a poco, el trasfondo real de las misivas comenzó a salir a la luz.

El temor a la censura hacía que se escogieran cuidadosamente las palabras.Imagen: Agentur Literaturtest

“Querido mío: En primer lugar, quiero desearles unas felices Fiestas a todos vosotros”, escribía Minna Wächter a su hijo y a su nuera, que vivían en Suecia, a fines de 1940. “¿Ya se mudaron a la nueva casa? Dora irá el domingo que viene al Teatro Thalia con Jessie a ver Blanca Nieves.” Lo que no escribió Minna Wächter se explica en el comentario al pie. Minna – que era judía- no pudo acompañar a sus parientes no judíos Dora y Jessie porque a los judíos se les prohibía ir al teatro, a conciertos y al cinematógrafo.
 

Bajo vigilancia de los censores

Las terribles circunstancias que debió enfrentar la familia quedaron ocultas debajo de la superficie de lo relatado en sus cartas. “Creo que se debió a la censura nazi”, dice Torkel S. Wächter. “Pero el propósito de las postales también era evitar que la otra persona perdiera la esperanza. No escribían tanto sobre su infelicidad, sino más bien sobre sus esperanzas. En sus diarios se puede leer más sobre sus miedos y angustias”, señala Wächter.

Wächter incluyó una de las anotaciones del diario de su padre en el proyecto de 32 postales en internet. El 5 de enero de 1941, Walter Wächter escribió lo siguiente: “Dentro de dos meses habrán pasado tres años desde que fui liberado de prisión y tuve que abandonar Alemania. ¡Qué tiempos han sido! Tan ricos en cuanto a incidentes externos y tan pobres en cuanto a vida interior. Qué sombrío y desesperanzado se ve el futuro desde aquí. Huí a través de Europa sólo para pasar más de dos años como peón de granja en Suecia, y en un endeble estado de salud. Italia, Yugoslavia, Hungría, y de vuelta a Alemania, objeto de amargo odio y de amor desesperado. Luego, casi Dinamarca, y, finalmente, Suecia. Y, durante los tres años en los que viví en una comuna, experimentar un grado de soledad humana que nadie hubiera imaginado posible en el individualismo de la vida burguesa.”
 

Torkel S. Wächter, un escritor de renombre de Suecia.Imagen: Jurek Holzer/Oskarp Mask

Momentos inesperados

Esos fueron los momentos en los que Torkel S. Wächter descubrió facetas de su padre que no conocía. “Recuerdo a mi padre como un luchador. Era muy activo políticamente. Pertenecía al Partido Socialdemócrata y al Partido de los Trabajadores, el mismo del que formó parte el ex canciller alemán Willy Brandt. Era una persona con diversos intereses sociales y nunca hubiese disfrutado de trabajar en una granja”, explica Wächter hijo.

Pero su padre también experimentó sorpresas positivas. El día siguiente al pogromo de la Noche de los Cristales del 9 de noviembre de 1938, Wächter padre llegó a Dinamarca. “Un oficial danés le prohibió ingresar al país. En ese momento, casi desistió y saltó al agua. Pero dos funcionarios del ferrocarril alemán lo ayudaron a volver a Hamburgo sin dinero. Allí pudo obtener más ayuda de su padre y huyó a Suecia”, relata Torkel S. Wächter.


 

Gustav y Minna Wächter, padres de Walter Wächter y abuelos de Torkel S. Wächter.Imagen: Agentur Literaturtest

Deportación al mediodía

Publicar y poner a disposición de la gente la historia de su familia en internet es un experimento que Torkel S. Wächter llama “tiempo real simulado”. Colocó cada una de las postales en la red exactamente 70 años después, los mismos días en que fueron escritas. La última misiva data del 6 de diciembre de 1941. Fue el día en el que sus abuelos fueron deportados en tren a Riga. “Fue por la mañana, a eso de las nueve, cuando partió el tren”, dice, pensativo, el 6 de diciembre de 2011, pocos minutos antes de que el reloj diera las 12:00 hs. Los abuelos de Wächter fueron asesinados en Riga. “El proyecto en internet me ayudó a entender mejor sus historias, y las quise compartir con los demás”, dice Torkel S. Wächter.

Y presentar su historia en la red le posibilita, ciertamente, el contacto directo con los lectores, en contrapunto con la tarea de Wächter como autor. “Es realmente algo magnífico”, dice. “El interés en Alemania es especialmente grande. Creo que hay mucha gente que ha tenido experiencias similares a la mía, y eso vale tanto para las familias judías como para las no judías. Todos hemos perdido algo en la guerra”, concluye.

Autora: Aya Bach/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz

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