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Tres niños incas momificados se exhibirán en Buenos Aires

19 de julio de 2005

Los cuerpos de tres niños incas momificados hace más de 500 años serán presentados al público por primera vez en noviembre en la ciudad de Salta.


Así lo informó el martes el director del Museo de Arqueología de Alta Montaña.

Las momias, encontradas a 6.739 metros en 1999, en la cumbre del volcán Llullaillaco -el sitio arqueológico más alto del mundo- en la cordillera de los Andes, serán exhibidas en el museo creado para mostrar los hallazgos de una expedición única financiada por National Geographic. Los niños "van a ser presentados en noviembre, cuando se cumple un año de la apertura del museo al público. Es la primera vez, ya que sólo se exhibieron por unas horas en 1999, cuando se los encontró", dijo a Reuters Gabriel Miremont, director del museo.

En febrero de 1999 un grupo de científicos argentinos y peruanos, dirigidos por el arqueólogo norteamericano Johan Reinhard, halló en perfecto estado de conservación los cuerpos momificados de dos niñas de 6 y 15 años, y un varón de 7, pertenecientes a la cultura precolombina inca. Desde fines del siglo XV habían permanecido enterradas en la nieve de los andes argentinos, cerca de la frontera con Chile, junto con decenas de objetos pertenecientes a una de las culturas indígenas más avanzadas de la historia prehispánica americana.

Luego de un año desde la presentación en el museo de los 142 objetos hallados junto con los cuerpos, finalmente los visitantes podrán ver a los niños momificados, luego de un arduo trabajo de conservación que permitirá la exhibición sin que se corran riesgos de deterioro. "Los cuerpos están a 18 grados bajo cero, 40 por ciento de humedad y a diez atmósferas. Todas estas variantes (en el ambiente) hacen que tuviéramos que pensar muy bien el modo de exhibirlas", explicó Miremont.

El sistema de conservación de los cuerpos, diseñado por el ingeniero argentino Mario Bernaski, consiste en una "campana" de vidrio recubierta por otra, que permitirá que el frío llegue a los cuerpos de manera indirecta, sin que se empañen los vidrios ni cambien las condiciones de humedad. El recinto contará con una balanza digital que medirá posibles variaciones de peso, que indicarían deterioro de las piezas arqueológicas, explicó Miremont.

La iluminación, uno de los principales factores que podría dañar los cuerpos, estará cuidadosamente provista por la empresa alemana Erco, especializada en museos y que fue la encargada de dar luz al resto de las salas del museo en Salta.

Los niños momificados permanecerán a oscuras a menos que alguno de los visitantes presione un botón que encenderá una luz en los receptáculos, que iluminará sus cuerpos.

"La idea es que haya un respeto profundo por estos seres; que haya, además, una voluntad de acercarse a este testimonio, a esta persona que falleció hace 500 años", explicó Miremont. Según estudios realizados en Argentina y en Estados Unidos los pequeños murieron durante una ceremonia indígena, luego de haber bebido y comido durante un ritual típico.

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