La solicitud presentada en nombre de Ralf Wohlleben, uno de los cuatro acusados en el caso de la célula neonazi NSU, "no es procedente", se lee en la resolución judicial, según agencias de prensa y el canal alemán de televisión, n-tv.

Los abogados de Ralf Wohlleben querían lograr que el presidente del colegio penal que los acusa, el juez Manfred Götzl y sus dos conjueces, se declararan "impedidos". La vocera del Tribunal Regional Superior de Múnich comunicó que "la Corte no comenta este tipo de decisiones".

Aunque también los abogados de la principal acusada, Beate Zschäpe, habían presentado el mismo recurso, la decisión se basó en la interpuesta por Wohlleben.

El silencio de la principal acusada, Beate Zschäpe, la estrategia ofensiva de sus abogados y la suspensión del proceso hasta el 14 de mayo marcaron el pasado 6 de mayo en Múnich el inicio del histórico juicio contra una célula terrorista neonazi acusada de diez asesinatos racistas.

600 testigos, 80 querellantes, 4 acusados

Además de Zschäpe, única superviviente del grupo neonazi Resistencia Nacionalsocialista (NSU), están acusados cuatro presuntos cómplices. El macrojuicio con más de 600 testigos y cerca de 80 querellantes es uno de los procesos que más expectativas ha despertado en Alemania desde la posguerra y podría durar varios años.

"Es muy importante que tenga lugar este proceso", dijo a su comienzo la canciller Angela Merkel, que ha calificado de "vergüenza" la serie de crímenes y la incapacidad de las fuerzas de seguridad para ponerle freno.

10 asesinatos, 14 robos, 2 atentados con bomba

Zschäpe es la única superviviente del trío NSU, al que se atribuye el asesinato de ocho inmigrantes turcos, uno griego y una mujer policía entre 2000 y 2007, además de dos atentados ante locales turcos y 14 robos a bancos.

El fondo racista de la serie de crímenes salió a la luz en noviembre de 2011, cuando los otros dos miembros del trío, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, se suicidaron antes de ser detenidos. Zschäpe incendió la vivienda que los tres compartían en Zwickau, en el este de Alemania, y se entregó dos semanas después a la policía.

Los abogados de Zschäpe han adelantado que la acusada hará uso de su derecho a callar ante el tribunal.

JOV /CHP (dpa, Reuters)