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Tributo de Lobo Estepario

4 de agosto de 2002

Con un concierto al aire libre, el grupo Steppenwolf rindió homenaje a Hermann Hesse en su localidad natal, Calw. Un particular reencuentro de "Lobo Estepario" con las raíces literarias de su nombre.

John Kay y el grupo Steppenwolf.

Las leyendas del rock no han perdido vigencia. Canciones como "Born to be Wild" o "The Pusher" no caen en el olvido, como tampoco las imágenes de "Easy Rider", que marcaron época. Pero los tiempos cambian y también las generaciones. Ya no son en su mayoría jóvenes rebeldes, sino hombres y mujeres maduros los que acudieron a la cita en la localidad de Calw, algunos en sus Harley Davidsons y otros simplemente en sus automóviles.

El concierto de Steppenwolf, a escasa distancia de la casa natal de Hermann Hesse, tuvo un dejo de nostalgia. Un espíritu que de algún modo encuadra en el marco de los homenajes realizados al cumplirse 125 años del nacimiento del autor, que marcó especialmente el movimiento juvenil de hace cuatro décadas.

De Hannover a Toronto

Más de 30 millones de discos ha vendido el conjunto hasta la fecha, según sus promotores. Sus canciones se han escuchado en más de 50 películas y 70 programas de televisión. Menos conocido es el hecho de que su líder, el legendario John Kay, nació en 1944 en Hannover, con el nombre de Joachim Fritz Krauledat. Su familia emigró en 1958 a Toronto, Canadá. Allí adquirió prácticamente una nueva identidad.

En un comienzo, el trabajo musical de Kay se desarrolló en el ámbito de los blues. Luego nació Steppenwolf, el grupo con el que conquistó el éxito, encarnando el sentir que definió las protestas de la década del 60: el inconformismo político, social y filosófico.

Después de tres álbums, la inspiración se agotó y el conjunto se desintegró en 1972. De ahí en adelante, su líder intentó una carrera de solista con música country y formó un nuevo conjunto, logrando cierta reputación. Pero son los éxitos de antaño los que han perdurado.

Bautizo casual

Contrariamente a lo que podría pensarse, el nombre de Lobo Estepario no surgió como un manifiesto de la postura del grupo original. Según relató una vez Kay a la revista alemana Stern, no era mucho lo que sabía entonces acerca de la literatura alemana; sólo conocía a Schiller. La idea de bautizar de ese modo al conjunto provino de un joven que vivía junto al lugar donde ensayaban.

Dos años pasaron hasta que por fin leyó la novela de Hesse. "En el libro encontré una cantidad de cosas que me conmovieron personalmente", afirma Kay, quien ahora tuvo la ocasión de rendir homenaje al Premio Nobel de Literatura, que sigue siendo el autor más leído de las letras alemanas en el mundo entero, hasta el día de hoy.

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