Con vehículos blindados, armas automáticas y granadas de aturdimiento, tropas rusas ingresaron este sábado (22.03.2014) a la base aérea de Belkek, una de las últimas en manos de las fuerzas de Kiev. El portavoz del Ejército ucraniano en la región, Vladislav Selesionv, confirmó los hechos, que fueron además divulgados por diversas cadenas de televisión gracias a un registro en video que muestra cómo un camión blindado derrumba una reja.

Reporteros presentes en el lugar informaron que se oyeron algunas explosiones y se habla de que al menos un soldado ucraniano resultó herido en los enfrentamientos ocurridos tras el ingreso de las tropas rusas, que dispararon con sus fusiles automáticos. El comandante ucraniano de la base, Yuli Mamchur, fue detenido para “conversar” una eventual rendición de los soldados leales a Kiev.

Mamchur declaró a la prensa que sería llevado a un lugar indeterminado para negociar con los rusos. “Por ahora estamos llevando todas nuestras armas al arsenal de la base”, especificó. Antes de marcharse con los ocupantes, el comandante arengó a sus fuerzas y dijo que informaría a sus superiores que se habían mantenidos firmes ante el ataque. Los soldados respondieron con aplausos y gritando “larga vida a Ucrania”.

Control total

Tras confirmarse la acción, el primer ministro de Crimea, el prorruso Serguei Aksionov, subrayó que la base de Belbek había sido “liberada de las tropas extranjeras”. El destacamento ucraniano resistió allí durante semanas, rodeado por hombres armados vestidos de camuflaje, pero sin insignias. Si bien Moscú niega que se trate de soldados suyos y califica a esas fuerzas como “de autodefensa”, todo indica que son tropas rusas.

La de Belbek era una de las pocas instalaciones militares que quedaban bajo control ucraniano. Ya antes la Marina de Rusia había obligado a los tripulantes del único submarino ucraniano a entregar la nave, tras rodear al “Zaporozhie” y lanzar granadas para forzar a los marinos a rendirse. El portal ruso flot.com aseguró que la tripulación, compuesta por 78 hombres, había aceptado integrarse a la Flota del Mar Negro, aunque esto no ha sido confirmado.

Con estas acciones, Rusia afianzó su control sobre la península de Crimea, donde ahora flamea su bandera en todas las instalaciones locales, incluidas las militares. El Ministerio de Defensa en Moscú informó que su Flota del Mar Negro, una de las mayores de la Marina rusa, incorporó ya a sus filas a 54 de los en total 67 barcos ucranianos. Una fuente citada por Reuters lamentó los hechos señalando que “desde la Segunda Guerra Mundial este lugar ha estado tranquilo y ellos ingresaron aquí con disparos. Estoy muy preocupado”.

DZC (dpa, Reuters, Europa Press)