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Tropico 3: se busca dictador

27 de agosto de 2009

¿Le gustaría gobernar una isla caribeña a su antojo? Con “Tropico 3” es posible. El juego de estrategia se presentó en la feria Gamescom de Colonia y llegará al mercado en septiembre.

El dictador le espera en "Tropico 3" para sacar adelante su isla caribeña.Imagen: Kalypso

La esperada tercera ecición de la saga “Tropico” aparecerá en septiembre para ordenador y Xbox 360 y está basado en Tropico 1 – ¡vuelve el dictador! El juego “Tropico” nació en 2001 y resultó una novedad para los juegos de estrategia, ya que estaba ambientado en los países caribeños. “Tropico 2: Pirate Cove” se desmarcó de la idea original y no tuvo el éxito esperado. Este septiembre, ocho años después del primer “Tropico”, se estrena la tercera edición, que vuelve a sus orígenes para rescatar al dictador de su enclave tropical.

En "Tropico 3" los gráficos han mejorado con respecto a las dos ediciones anteriores.Imagen: Kalypso

“Tropico 3” sigue la misma línea que el primero: el jugador encarna al dictador de una isla tropical, en la que la política corrupta es el pan de todos los días. Y es que, según el juego, la democracia es para los vagos. O al menos así lo ve el dictador, que, amenizado con música caribeña, ostenta el poder por allá donde pisa.

Dictador a la carta

La gran novedad de la tercera edición de “Tropico” es el editor de personajes. Con esta herramienta se puede elegir el aspecto del dictador, su complexión, sexo, peinado y tipo de vestimenta: ¿Quiere elegir a un revolucionario, o prefiere a alguien elegante y sofisticado? El juego, siempre programado desde una perspectiva humorística, permite también crear su propio dictador.

No podía faltar la playa en una isla tropical.Imagen: Kalypso

Todo transcurre en el marco de la Guerra Fría. El jugador, en el rol de dictador de una isla caribeña, intenta que su país prospere. Como tal, su obligación es controlar el destino de su propio país. En función de las decisiones que vaya tomando se podrá decidir si es una dictadura, una república o una nación industrializada.

En “Tropico 3” también se puede controlar directamente al mandatario. Esto es algo muy importante para el juego, ya que ayuda a identificarse más con él. Y es que, aunque “el desarrollo y prosperar” parezca a simple vista el objetivo del juego, lo importante es mantenerse en el poder. Y tiene su gracia. El pueblo le ha dado su confianza y ahora el dictador tiene que demostrar si es digno de ella. Para mantenerse en el poder es importante que se mueva, que visite las zonas de construcción para acelerar las obras, que dé discursos para tranquilizar y esperanzar a las masas y que reciba a embajadores extranjeros para mantener las negociaciones internacionales.

Gestionar una ciudad

El juego, que mezcla el diseño con la estrategia, conlleva la construcción de edificios, la creación de ciudades y su administración. En la ciudad se distinguen principalmente dos zonas: una para los lugareños y otra para los turistas. Aquí se puede observar una dura crítica social: para construir la zona hotelera sólo hay edificios de lujo, con turistas rubios y bien vestidos; y las viviendas de los habitantes de la isla apenas tienen agua potable y electricidad.

Teniendo contento a su pueblo, el dictador puede conseguir que su país prospere.Imagen: Kalypso

Para conseguir que el país prospere, hay que continuar creciendo, construyendo y creando puestos de trabajo. Para ello es necesario dinero, por lo que habrá que tener una importante fuente de ingresos, como puede ser el turismo, el tabaco, el café o crear alianzas con las potencias (Estados Unidos o la Unión Soviética).

El jugador puede observar en todo momento lo que hacen sus habitantes, saber cómo se llaman, dónde viven, dónde trabajan, qué les gusta hacer, qué habilidades tienen, qué ideología, cómo se encuentran anímicamente, etc. En definitiva, el juego es como en la vida real: el pueblo se divide en varias facciones políticas, no excluyentes. Cada grupo desarrolla una opinión sobre el presidente y su manera de gobernar, y ejercen fuerza para que el dictador escuche sus peticiones a cambio de su voto. Si el pueblo no es escuchado, existe la posibilidad de que abandone el país o de que participe en una rebelión y se levante contra el gobierno. En definitiva, todos van a intentar luchar por sus intereses y el jugador, como dictador, tiene que negociar para mantener el orden en el país.

“Tropico”: algo más que un juego de estrategia

La táctica para ganar es muy simple: tener a todos los bandos contentos para poder seguir en el mando. El jugador pierde la partida si no gana las elecciones, si hay una rebelión o un golpe de estado, o si las relaciones con alguna de las superpotencias se tensan hasta el punto de provocar una invasión.

Las ruinas u otras atracciones turísticas traen mucho dinero a la isla.Imagen: Kalypso

Al final es como una cadena, si quiere que el pueblo esté mejor formado, hay que construir escuelas y universidades. Para poder construir es necesaria la mano de obra, que también tiene sus necesidades: viviendas, salarios, zonas de ocio, etc. En definitiva, para poder llevar el desarrollo a la isla se necesitan ingresos; que muchas veces provienen del turismo: aeropuertos, hoteles, bares y zonas de ocio. Si el dictador consigue que el pueblo lo adore, la economía florece. Si por el contrario disminuye su popularidad, habrá insatisfacción y baja calidad de trabajo. Y eso sería malo para la economía. Por lo tanto, hay que intentar dar a los grupos sociales lo que quieren para aguantar en el poder. Toda una parodia de la política real, pero hecha con mucho sentido del humor.

Autora: Lara Ortiz de Landazuri

Editor: Pablo Kummetz

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