Tras una paralización temporal de 120 días de duración, EE.UU. volverá a recibir refugiados, aunque presentará dificultades a aquellos que provengan de 11 países no identificados.
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El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a autorizar este martes (24.10.2017) la entrada de refugiados a Estados Unidos, la cual había sido paralizada por unos 120 días. El mandatario también ordenó una serie de medidas para reforzar el escrutinio de quienes solicitan refugio.
EE.UU. dificultará, sin embargo, la entrada al país de los refugiados procedentes de 11 países no identificados. Estos solo podrán ingresar a Estados Unidos en casos excepcionales durante 90 días, mientras el Gobierno estadounidense desarrolla una revisión sobre esas naciones.
"El secretario de Estado puede reanudar el viaje a Estados Unidos de los refugiados cualificados y cuyo historial haya sido adecuadamente revisado, y el secretario de Seguridad Nacional puede volver a tramitar las solicitudes para el reasentamiento de refugiados", afirmó Trump en su orden.
El nuevo decreto reemplaza al que Trump emitió en marzo pasado, y que entró en vigor en junio, cuando se prohibió durante 120 días la entrada a Estados Unidos de refugiados de todo el mundo, un plazo que terminó hoy sin que el presidente haya decidido extenderlo.
de refugiados tenía como objetivo proporcionar el tiempo necesario a los Departamentos de Estado, Seguridad Nacional y a la Oficina del Director de Inteligencia Nacional para revisar el proceso de entrada de refugiados a Estados Unidos, e identificaran formas de reforzar las medidas de seguridad que implicaba.
Al concluirse la revisión, Trump decidió que reanudar la entrada de refugiados "es coherente con la seguridad y el bienestar de Estados Unidos", pero instruyó a su equipo a reforzar el proceso de revisión de sus solicitudes.
Para ello, Estados Unidos "aumentará su recolección de datos para investigar más a fondo a los solicitantes", y reforzará la formación de sus agentes para "detectar el fraude y la decepción", incluido mediante una revisión del historial de los refugiados en las redes sociales, según precisó el Departamento de Seguridad Nacional.
En un comunicado, el Departamento de Estado concretó que se iniciará una "revisión adicional en profundidad sobre los refugiados de 11 nacionalidades identificadas previamente como que podían presentar un mayor riesgo para Estados Unidos".
Durante el periodo de 90 días que durará la revisión, algunos refugiados de esos 11 países podrán ser admitidos si, tras revisar su caso, se considera que aceptarlos encaja con "el interés nacional" de EE.UU. o que "no presentan un riesgo para la seguridad" del país, agregó la fuente.
JCG (EFE, AFP)
Seis muros que pretenden separarnos en América Latina
Ya sea entre países o dentro de ciudades, los muros cumplen un solo objetivo: separar. A ricos de pobres, a vecinos y conciudadanos. Acá les mostramos seis ejemplos de ello.
Imagen: picture-alliance/Abaca Press/G. Bizzarri
Lima: ricos y pobres
Diez kilómetros de largo tiene el llamado "Muro de la vergüenza" en la capital de Perú. Coronado por filosos alambres de púa, su objetivo es partir por la mitad un cerro: por un lado las "invasiones" (terrenos tomados fuera del marco legal por pobladores de menos recursos) y, por el otro, barrios acomodados. Empezó a construirse en los 80 y hasta 2012 se seguían sumando metros a este murallón.
Imagen: picture-alliance/AA/S. Castaneda
Argentina-Paraguay: socios del Mercosur separados
Tante polémica generó en 2015 el levantamiento del muro de cinco metros de altura y 1,3 kilómetros que separa a Posadas (Argentina) de Encarnación (Paraguay), que una petición online en la plataforma Change.org reunió más de 8 mil firmas para exigir su demolición. Pero el muro sigue ahí, construido a medias entre el Estado y la empresa que opera la central hidroeléctrica en el río Paraná.
Imagen: Clarin
México: freno al sueño americano
Aunque la frontera entre México y EE. UU. está amurallada en muchos sectores, el presidente Donald Trump hizo de la construcción de un muro fronterizo su bandera de lucha. Tras llegar al poder, prometió cumplir su palabra. Pese a la oposición casi unánime de la comunidad internacional, Trump parece decidido a seguir adelante. La frontera entre ambos países tiene casi 3.200 kilómetros de longitud.
Imagen: Reuters/J. L. Gonzalez
Perú-Ecuador: pared a pasos de monumento a la paz
Perú reclamó en junio de 2017 ante las autoridades ecuatorianas por los trabajos para levantar un muro en la frontera entre Aguas Verdes (Perú) y Huaquillas (Ecuador). Con 2,5 kilómetros de extensión y 4 metros de altura, el muro forma parte de los acuerdos de paz firmados en 1998 tras la Guerra del Cenepa, en 1995, dicen en Quito, e incluye un parque y un centro comercial.
Imagen: El Comercio
Río de Janeiro: favelas amuralladas
A comienzos de 2009, las autoridades de Río de Janeiro decidieron cercar algunas favelas con enormes muros de entre 80 centímetros y tres metros. La explicación oficial era que con estas paredes se buscaba contener el crecimiento de los barrios y proteger la vegetación circundante. Otros pensaron que, en realidad, se buscaba encerrar a los pobres para evitar que sus barrios siguieran ampliándose.
Imagen: picture-alliance/abaca
Chile: ya no hay muro, hay reja
En 2002, la alcaldesa de Lo Barnechea (un barrio adinerado de Santiago), Marta Ehlers, mandó a construir un muro para separar a las casas más acomodadas de la población La Ermita, más pobre. Tras la polémica, se decidió echar abajo el muro y vincular ambos sectores de la comuna a través de un paso que es vigilado por una caseta con guardias. Y en vez de muro, hoy hay una reja.