Después de varios incidentes en el Golfo Pérsico, EE. UU. busca viejos y nuevos aliados para una coalición militar que vigile el Estrecho de Ormuz. Los Emiratos Árabes y Arabia Saudita se unirían, pero ¿lo hará Qatar?
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Según Joseph Dunford, jefe de Estado Mayor de Estados Unidos, el objetivo es "asegurar el libre paso por el Estrecho de Ormuz y el de Bab El Mandab".
El Estrecho de Ormuz tiene una gran importancia para la economía mundial: por la ruta marítima entre Irán y Omán se transporta un tercio del petróleo mundial. Por lo tanto, constituye un vínculo importante entre los productores de petróleo de la región (Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak) y los mercados de Asia, Europa y América del Norte. La vía marítima de Bab El Mandab se encuentra entre Yemen, Djibouti y Eritrea, el acceso por el sur al Mar Rojo, que fluye hacia el norte en el Canal egipcio de Suez.
Aumentan las tensiones entre Estados Unidos e Irán
No solo Estados Unidos, también Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos quieren reducir la influencia de Irán en la región. Por eso, Sebastian Sons, experto en la región de la Sociedad Alemana de Política Exterior (DGAP), asume que la idea de formar una coalición militar tendrá una respuesta positiva, especialmente entre los Estados del Golfo.
Estamos en contacto con varios países, dijo el general Dunford. Arabia Saudita no solo es el mayor enemigo de Irán sino el aliado más cercano de Estados Unidos en la región. Estados Unidos puede estar seguro de que este reino apoyará tal coalición militar.
La relación entre el príncipe heredero Mohamed Bin Salman y Donald Trump también se considera muy cercana. "Incluso se puede describir como una relación de dependencia, al menos desde el lado saudí", dice Sons. Arabia Saudita ha fortalecido su ejército, sobre todo con armas y equipos estadounidenses. Así que el reino de Bin Salman podría proporcionar no solo apoyo logístico sino también desplegar su propia armada o aviones de combate en esa misión.
"Mohammed Bin Zayed se ha vuelto más agresivo"
Estados Unidos puede contar con el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos, aunque Dubai ha seguido en el pasado un curso más conciliatorio, debido a sus intereses económicos en Irán. Debido a ello, Dubai busca relaciones más pragmáticas, dice Sons.
"Pero el centro del poder entre los Emiratos se ha movido fuertemente hacia Abu Dhabi", acota Sons, refiriéndose a la influencia del príncipe heredero Mohammed Bin Zayed, el gobernante de facto de los Emiratos Árabes Unidos. "Él domina la agenda política en los Emiratos y se ha vuelto mucho más intervencionista y agresivo frente a Irán".
Los Emiratos, junto con Arabia Saudita, se consideran pioneros de un frente anti-iraní en la región.
Nueva relación entre Estados Unidos y Qatar
Donald Trump se ha dado cuenta de que tiene que contar en tal coalición con el pequeño emirato de Qatar. Justo acaba Trump de recibir al jeque qatarí Tamim bin Hamad Al Thani en Washington, su "amigo" como lo llamó. En dicha ocasión, Qatar compró armas estadounidenses y aviones Boeing. Y acordó construir una planta petroquímica en el sur de Estados Unidos.
En 2017, cuando Qatar había caído en desgracia por sus estrechos vínculos con Irán, Arabia Saudita, los Emiratos y otros países vecinos lo bloquearon, con el apoyo de EE. UU. Hoy, "la principal base militar de Estados Unidos en la región se encuentra en Qatar", destaca Sebastan Sons.
Qatar tiene hoy una importancia tremenda para los Estados Unidos. Qatar está involucrado en todos los conflictos en la región, pero Doha es también el principal donante a la Franja de Gaza; sin su ayuda, la amenaza de guerra aumentaría para Israel. Además, Qatar tienen más influencia sobre los talibanes afganos que cualquier otro país del Golfo, por lo que desempeñan un papel importante en las negociaciones de paz allí. También es cierto que el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi ha dañado la imagen de Arabia Saudita y los Emiratos. Eso lo sabe Donald Trump.
(jov/er)
Yemen, una guerra civil olvidada (09.2016)
Los choques entre las tropas leales al Gobierno y los rebeldes hutíes en Yemen causan decenas de víctimas cada día, sin que la comunidad internacional parezca conmoverse demasiado.
Imagen: Reuters
Conflicto de larga data
Si bien la guerra civil de Yemen comenzó formalmente en 2014, los choques entre los hutíes del norte del país y el Gobierno central tienen una larga historia. En esos enfrentamiento, los rebeldes incluso incursionaron en territorio saudita. Durante el mandato del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, la situación empeoró, con los hutíes luchando abiertamente para tomar el poder.
Imagen: AFP/Getty Images/M. Huwais
Un presidente en problemas
El presidente Abdo Rabu Mansur Hadi intentó dialogar con los hutíes, que se acercaban a la capital, Saná. Finalmente los rebeldes tomaron la ciudad en septiembre de 2014 y obligaron al mandatario a negociar un acuerdo. El Gobierno presentó una propuesta para dividir en regiones con cierta autonomía, pero los insurgentes la rechazaron. En enero de 2015 Hadi renunció y fue confinado a su residencia.
Imagen: picture-alliance/C. Court
Vía libre para los hutíes
Los hutíes finalmente atacaron el Palacio de Gobierno y el Parlamento. Poco después, Hadi escapó de su residencia en Saná y viajó a Adén, antigua capital de Yemen del Sur, donde estableció provisoriamente a su Gobierno. En un discurso, declaró ilegítimo el golpe de Estado perpetrado por los insurgentes y aseguró que seguía estando al mando del país.
Imagen: Reuters/K. Abdullah
Toma del poder
En una demostración de que el poder en realidad lo tenían ellos, los hutíes realizaron una ceremonia en Saná para anunciar una nueva Constitución, la disolución del Parlamento para ser reeemplazado por un consejo nacional de 551 miembros y la formación de un consejo presidencial que guiaría los destinos del país.
Imagen: picture-alliance/dpa/Str
Arabia Saudita interviene
El 25 de marzo de 2015, a solicitud del Gobierno reconocido internacionalmente de Yemen, Arabia Saudita comenzó la "Operación Tormenta Decisiva", una serie de misiones aéreas que buscan debilitar las posiciones de los hutíes, que a esas alturas ya cercaban la nueva sede del Ejecutivo de Hadi, en Adén. Una coalición árabe da sustento a esta operación militar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Pachoud
Ataques indiscriminados
Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la ONU han acusado a Arabia Saudita de cometer crímenes de guerra en Yemen, pues muchas veces los objetivos de sus bombardeos son los civiles. Lo de Yemen es, también, una extensión de una lucha de potencias regionales, pues los hutíes son respaldados por Irán, mientras que el Gobierno de Hadi cuenta con el apoyo de Riad.
Imagen: Reuters
Un enviado especial impotente
La ONU encargó a Ismail Ould Chekh Ahmed que mediara entre las partes en conflicto de Yemen para alcanzar un acuerdo que terminara con los bombardeos y aliviara la crítica situación de la población civil, que pasa hambre y carece de atención médica. Ha habido ceses de las hostilidades, pero suelen ser violados por ambos bandos. El trabajo del enviado ha sido arduo e infructuoso.
Imagen: picture-alliance/Xinhua/Xu Jinquan/
Diálogos de paz en Kuwait
El último intento serio por lograr un acuerdo para conformar un Gobierno de transición formado por miembros de los hutíes y del Ejecutivo de Hadi se realizó en Kuwait. Pero los desacuerdos no se superaron y el 7 de agosto de 2016 las conversaciones concluyeron, sin lograr avances. Además de la guerra, los encontrones políticos entre ambos bandos no han cesado desde entonces.
Imagen: Reuters/M. al-Sayaghi
Condena internacional
En esta guerra han sido bombardeados hospitales, escuelas, barrios completos y, en la última masacre perpetrada por los aviones sauditas, un funeral. El 8 de octubre de 2016, los cazas de la coalición atacaron Saná, impactando en una ceremonia fúnebre, matando a más de 150 personas. La acción ha sido condenada transversalmente y Arabia Saudita prometió investigar el caso.