Trump: cierre administrativo podría acabar "en 15 minutos"
12 de enero de 2019
Con un total de 22 días, el actual cierre parcial de la Administración batió el récord como el más largo de EE. UU. desde que una reforma presupuestaria en 1976 permitiese esta medida, inédita entre democracias modernas.
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El presidente emitió una serie de tuits hoy (12.01.2019) en un esfuerzo por defender su postura e incitar a los demócratas a regresar a Washington y terminar con lo que llamó "la crisis humanitaria masiva en nuestra frontera sur".
"¡Los demócratas podrían resolver el cierre en 15 minutos!" dijo en un tuit, agregando otro: "Estaremos fuera por mucho tiempo a menos que los demócratas regresen de sus 'vacaciones' y regresen al trabajo. ¡Estoy en la Casa Blanca listo para firmar!". La mayoría de los legisladores abandonaron la ciudad el viernes y no regresarán antes del lunes, lo que deja pocas posibilidades de encontrar una solución al estancamiento antes de esa fecha.
El conflicto ha paralizado a Washington, su impacto se siente cada vez más en todo el país, y el presidente toma represalias al negarse a aprobar presupuestos para franjas de departamentos gubernamentales no relacionados con la disputa.
Como resultado, 800.000 empleados federales, trabajadores tan diversos como agentes del FBI, controladores de tránsito aéreo y personal de museos, no recibieron cheques de pago el viernes. El cierre se convirtió en el más largo registrado hasta la medianoche del viernes, cuando superó un período de 21 días en 1995-1996 bajo la presidencia de Bill Clinton.
El prometido muro en la frontera con México
En la actualidad Trump y la oposición demócrata en el Congreso mantienen un pulso por una asignación presupuestaria muy concreta: los 5.700 millones de dólares que el presidente pide al Congreso para edificar su prometido muro en la frontera con México.
Esta barrera fue una de las principales promesas electorales de Trump, quien tras dos años de mandato propuso iniciar su construcción y afirmó que "estaría dispuesto a cerrar el Gobierno" si no recibía el dinero que solicita.
Cierre del Gobierno en EE.UU.
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Desde el 22 de diciembre, una parte de la Administración del país permanece clausurada mientras Trump y los dos líderes demócratas del Congreso, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, han protagonizado tres semanas de constantes acusaciones hasta llegar al cierre más largo de la historia.
Para Trump el muro es necesario porque soluciona una "emergencia de inmigración creciente" en la frontera sur, según alertó el martes en un discurso al país que fue emitido por todas las televisiones en horario de máxima audiencia, el primero que dio desde el Despacho Oval.
Para la oposición el muro es "inmoral", contrario a los "valores de EE. UU." y un gasto poco efectivo para mejorar el control de la inmigración clandestina y la seguridad fronteriza, según argumentaron sus líderes en un contradiscurso televisado que acumuló más audiencia que el de Trump.
El cierre podría ser más costoso que el muro
La confrontación que mantienen los líderes políticos de Washington ha supuesto, además, una pérdida económica de 3.600 millones de dólares, según la agencia S&P Global Ratings. Si el cierre se prolonga otras dos semanas costaría 6.000 millones, según la misma entidad, es decir, que podría terminar siendo más caro que el dinero que pide Trump para su muro.
FEW (EFE, AFP)
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Cierres de gobierno en Estados Unidos: una cronología
El Congreso está a cargo de aprobar el presupuesto hace más de 200 años, pero los cierres administrativos por desacuerdos financieros son algo más bien nuevo. Acá revisamos cuántas veces ha ocurrido el famoso "shutdown".
Imagen: Getty Images/D. Angerer
Vieja historia
Siempre que se acerca la medianoche del 30 de septiembre, empiezan a sonar las alarmas: o se aprueba el presupuesto, o el Gobierno debe cerrar sus operaciones. Originalmente, el Artículo I, Sección 9 de la Constitución de EE. UU. requería que el presupuesto recibiera la aprobación de los parlamentarios. En 1870, el Acta Antideficiencia se enfocó en las agencias que gastaban dinero sin preguntar.
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No hay dinero, no hay pagos, no hay trabajo
A instancias de Jimmy Carter, el fiscal general revisó el Acta Antideficiencia en 1980 para responder la pregunta "Sin presupuesto, ¿deben ir a trabajar los empleados del Gobierno?". Según la opinión legal de Benjamin Civiletti, si no hay dinero, entonces no hay que trabajar. Carter vivió breves "shutdowns", pero la nueva interpretación de la ley convirtió los cierres en una táctica negociadora.
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Ronald Reagan y el primer cierre
El primer cierre de verdad, -más de 240.000 trabajadores sin paga- ocurrió en noviembre de 1981. A comienzos de su mandato, Ronald Reagan se negó a firmar un presupuesto sin un millonario recorte impositivo. El Senado, controlado por los republicanos, y la Cámara, por los demócratas, encontraron una solución al día siguiente. Escenarios similares se vivieron siete veces hasta el fin de su mandato.
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Bill Clinton y el cierre partidista
Hasta 1995, los presupuestos se aprobaron sin grandes problemas. Pero ese año Bill Clinton se enfrentó a Bob Dole en el Senado y Newt Gingrich en la Cámara. El Congreso liderado por los republicanos quería un presupuesto balanceado a siete años, mayores primas de Medicare y retrocesos en las regulaciones ambientales. Pasaron 27 días antes de que hubiera acuerdo. ¿El costo? Mil millones de dólares.
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Un juego parlamentario, un dolor de cabeza
Muchos departamentos, como las Fuerzas Armadas, la seguridad nacional y todos los que son esenciales para la protección de la vida, siguen operando durante los cierres. Pero el Servicio de Impuestos Internos y la Administración de Alimentos y Drogas, por ejemplo, deben cesar sus funciones. Esto redunda en retrasos en las decisiones fiscales y la inspección de alimentos, entre otros problemas.
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Obama y el Congreso controlado por Cruz
Otro cierre grande ocurrió en 2013, bajo la presidencia de Barack Obama. Su programa de salud, conocido como Obamacare, enfrentó una dura oposición. Liderados por el senador Ted Cruz, los republicanos presionaron para que se redujeran las prestaciones a cambio de aumentar el límite de la deuda. El cierre de 18 días perjudicó a unos 850.000 trabajadores y costó al país 24 mil millones de dólares.
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¿Un cierre de varios años?
El último cierre, que comenzó a fines de diciembre, ya se encuentra entre los más largos de la historia. Unos 800.000 empleados federales se encuentran sin salarios. Pese a los problemas, el presidente Donald Trump se ha negado a ceder en su insistencia de recibir financiamiento para su muro con México. De hecho, el mandatario ha dicho estar preparado para que esta situación dure varios años.
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El costo del juego político
Los costos de los cierres no han frenado la tendencia. Washington pierde millones de dólares, no solo en ingresos, sino también en pagos, pese a que los empleados deben quedarse en casa. El tiempo, trabajo y dinero perdidos son consecuencia de los "shutdown". Según datos de la agencia Standard and Poor's, el actual cierre le costará a EE. UU. aproximadamente 6.000 millones de dólares a la semana.
Imagen: Imago
¿Contribuyen los cierres a la desconfianza?
Pero los mayores perdedores no son la economía ni los partidos, que hacen las concesiones. Podría decirse que el principal derrotado es el Gobierno. Según una encuesta Gallup, realizada tras el cierre de 2013, la insatisfacción de la ciudadanía con el Gobierno en general llegó al 33 por ciento. El récord anterior había sido del 26 por ciento, y databa de los años del escándalo Watergate.