Trump: EE. UU. no permitirá entrada a “caravana ilegal”
1 de noviembre de 2018
El mandatario dijo que internará a los miembros de las caravanas en campos de detención en la frontera y que las fuerzas militares podrán abrir fuego contra ellos si son atacadas, aunque sea con piedras.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió este jueves (01.11.2018) que las caravanas de migrantes provenientes de Honduras que intentan cruzar México hacia Estados Unidos no entrarán en el país y que sus integrantes no son "solicitantes de asilo legítimos".
"A esta caravana ilegal no se le permitirá la entrada", aseveró el mandatario en rueda de prensa en la Casa Blanca en vísperas de las elecciones legislativas del próximo martes y ante el acercamiento de las caravanas de migrantes a la frontera con México.
Trump también anunció que internará en campos de detención en la frontera a los miembros de las caravanas de migrantes centroamericanos que lleguen al país y advirtió que va a endurecer las condiciones para las solicitudes de asilo. "Los militares están levantando ciudades masivas de carpas", dijo el mandatario. "Esto es una invasión", apuntó.
Ejército podría abrir fuego contra migrantes
Estados Unidos ha enviado a 5.200 militares en activo a la frontera con México, más del doble de los 2.000 que hay en Siria luchando contra el Estado Islámico, en lo que se considera la mayor operación de estas características desde la Revolución Mexicana. Trump aseguró que podría elevar el número de uniformados a entre 10.000 y 15.000.
Así msimo, el líder de la Casa Blanca enfatizó que las tropas desplegadas en la frontera podrán abrir fuego en caso de que ser atacados "con una piedra" por los miembros de la caravana, tal y como, según dijo, hicieron al entrar en México. "Si alguien lanza piedras o rocas, como hicieron en México, se les podrá disparar, porque si te dan con una piedra en la cara...", expresó.
El mandatario volvió a insistir en que al entrar en México, los miembros de la caravana "pasaron por encima" a la policía de ese país e incluso hirieron a militares que habían acudido a la frontera para impedir la entrada de los migrantes. "No tenemos alternativa. Vamos a defender nuestra frontera, vamos a defender nuestro país", manifestó.
Casi tres mil migrantes pidieron asilo en México
México informó de que ha recibido ya 2.934 solicitudes de refugio por parte de los migrantes centroamericanos integrantes de la caravana. De ellos, 927 desistieron del trámite de refugio, que puede tardar hasta tres meses, y pidieron voluntariamente el retorno asistido a sus países, indicó un comunicado conjunto de la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior) y la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Un informe de Unicef publicado este jueves (01.11.2018) estima que los niños integrantes de la caravana de migrantes son unos 2.300. Mediante un comunicado, el organismo dijo que esa cantidad de niños llegaron a México entre el 19 y 22 de octubre y todos "requieren de ayuda humanitaria además de protección, salud, higiene y alimentación, para asegurar su protección y bienestar".
rrr/lgc (efe/dpa) (Última actualización a las 05:30 con número de peticionarios de asilo e informe de Unicef)
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¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.