Aunque Cuba es solo uno de los muchos temas secundarios en la larga lista de prioridades de la política exterior de Washington, la elección de Trump dispara las expectativas entre los cubanos de la isla y el exilio.
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Durante la "Era Obama", especialmente en sus últimos cuatro años de mandato, la mayoría de las encuestas de organismos nacionales e internacionales entre los cubanos residentes en la isla arrojaban una verdad alarmante: la desconfianza casi total del pueblo hacia la gestión política de Raúl Castro, y una abrumadora esperanza en los pasos que la Casa Blanca iba dando en relación con los cambios que Cuba necesitaba.
En la diáspora, también la mayoría de los casi tres millones de cubanos dispersados por el mundo consideraban beneficiosa la decisión de Washington de apartar su tradicional guerrerismo y apostar por una nueva era de diálogos con La Habana.
¿Por qué entonces gran número de cubanos en Estados Unidos votaron a favor de Trump, pese a sus promesas de poner mano dura a la inmigración? ¿Llegará a ser Trump "el otro presidente de los cubanos", como era considerado Obama por su impacto social en la isla?
Si se quiere encontrar respuestas, hay que empezar por un primer elemento significativo: los cubanos que viven en Estados Unidos no se consideran inmigrantes. Aunque pueda parecer un disparate, los estudios apuntan a ello: a diferencia de mexicanos, puertorriqueños, venezolanos y otros latinoamericanos, Estados Unidos, y en especial La Florida, es para los cubanos una segunda patria. Durante las últimas cinco décadas han llegado allí con la intención de integrarse en un ámbito que incluso desde la isla ya sienten propio, gracias a las cercanías históricas y culturales entre ambas naciones, y también a las facilidades que para la emigración cubana ofrecen las leyes norteamericanas.
El otro elemento destacable es la desilusión de buena parte de los exiliados cubanos en Estados Unidos sobre lo que consideran un error de previsión política en la administración demócrata: pese a las numerosas denuncias internacionales que alertaban sobre el recrudecimiento de la represión al creciente movimiento opositor en la isla, la Casa Blanca mantuvo su decisión de colocar al final de la lista de negociación entre ambos gobiernos las conversaciones sobre el respeto a los derechos humanos, posición que fue secundada también por la Unión Europea. Una breve mirada al comportamiento de los emigrados cubanos en las redes sociales permite observar que inicialmente se manifestaban temerosos de que a Estados Unidos pudiera llegar un gobernante que dirigiera la gran nación del norte al estilo totalitario de los hermanos Castro, Chávez, Maduro y Ortega, pero cuando Donald Trump prometió revisar la política en relación con Cuba y Venezuela, se produjo un estallido de apoyos a su gestión que fue aumentando el número de sus admiradores entre emigrados provenientes de los países que integran el grupo del ALBA.
En la isla, apenas las noticias comenzaron a dar el triunfo de Trump como una posibilidad cada vez más cercana, los voceros periodísticos reforzaron la visión que venían anunciando desde que comenzó esta campaña presidencial: la llegada de Trump a la Casa Blanca podría significar un retroceso en las relaciones bilaterales y el empeoramiento de la situación económica y social del pueblo cubano. Y mientras ya en las redes sociales los cubanos de la isla se manifiestan tan tristes y derrotados como los votantes demócratas norteamericanos, habrá que esperar qué reacción oficial ofrece el gobierno de Raúl Castro.
Ya que existen relaciones bilaterales, la diplomacia impone que se felicite al nuevo presidente del país que durante los últimos tres años más cambios ha provocado en la isla. Pero es también posible que La Habana mantenga distancia o utilice vías no públicas para comunicarse con Trump, ante la percepción negativa que en los últimos tiempos de campaña despertó en el gobierno cubano su promesa de que "vamos a apoyar al pueblo cubano en su lucha contra la opresión comunista. El pacto de Obama solo beneficia al régimen de Castro".
La disyuntiva que esta elección pone ante los cubanos, en la isla y el exilio, va más allá de ese abismo apocalíptico al que se refiriera hace unos meses el mítico cantautor Silvio Rodríguez, idea reproducida en numerosos blogs oficialistas con el claro objetivo de sembrar miedo en la población: Trump será el nuevo enemigo de la Revolución Cubana, el culpable de que cesen los cambios. Pero, también dentro y fuera de Cuba, muchos cubanos dudan de que los pasos del nuevo inquilino de la Casa Blanca sean tan fáciles.
Por un lado, Cuba ha despertado la codicia del empresariado norteamericano, que se manifiesta preocupado porque Rusia, China y la Unión Europea le dejen solo las sobras de una isla virgen para cualquier gran proyecto económico o financiero, y desde la cual además pueden catapultarse con más facilidad hacia buena parte de América Latina. Por otro lado, una presidencia republicana, con mayoría republicana en el Congreso y la Cámara de Representantes tendría todas las puertas abiertas para colocar en el centro de la agenda gubernamental las exigencias ideológicas de ese partido en relación con Cuba. No olvidemos que el alma de Trump está dividida entre el empresario ambicioso y el político extremista. Cómo resolverá él esa disyuntiva personal será la clave de sus acciones futuras.
Barack Obama en Cuba
El presidente de EE. UU. describió su visita a Cuba como una oportunidad histórica para conocer al pueblo cubano. La visita, que se extiende hasta el 22 de marzo, constituye un hito en la relación entre ambos estados.
Imagen: Reuters
Hasta luego, Cuba
Obama cerró su histórica visita a Cuba, en el marco del acercamiento diplomático y comercial entre ambos países. El presidente estadounidense y su familia salieron de la capital cubana poco antes de las 16:30 hora local rumbo a Argentina. Obama fue despedido en el aeropuerto por su homólogo cubano, Raúl Castro.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Barria
Pelota o béisbol
El presidente cubano, Raúl Castro, acompañó a su homólogo estadounidense a un simbólico partido de béisbol entre equipos de ambos países en el cierre de la visita de Obama a la isla. Ambos mandatarios entraron juntos al Estadio Latinoamericano de La Habana, remozado especialmente para el encuentro entre el equipo de Grandes Ligas Tampa Bay Rays, de Florida, y la selección nacional cubana.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Reynolds
"Va a haber cambios"
Obama se reunió con trece disidentes cubanos "algunos que apoyaban nuestra política y otros que creían que recompensa o valida al Gobierno actual". Les prometió que seguirá denunciando "decididamente" las violaciones de derechos en Cuba, pero insistió en que la vieja política de aislamiento dificultaría cualquier cambio en la isla. "No tengo dudas de que eventualmente va a haber cambios", aseguró.
En su discurso al pueblo de Cuba, desde el Gran Teatro de La Habana, el presidente estadounidense aseguró que conozce la conflictiva historia de las relaciones Cuba-EE.UU., pero se niega a quedarse atrapado en ella: "Vine a dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría(...). Podemos recorrer este camino juntos, como amigos, vecinos, familia. Sí se puede."
Imagen: Reuters/C.Barria
Llamada a Bruselas
Desde La Habana, Obama, habló por teléfono con el primer ministro belga, Charles Michel, para ofrecer sus condolencias y apoyo después de los ataques en Bruselas, que provocaron la muerte de al menos 34 personas, dijo el martes la Casa Blanca.
Imagen: Reuters/White House/P.Souza
Castro sobre presos políticos: "Deme la lista y en la noche están liberados.”
Ante pregunta de periodista estadounidense al presidente cubano Raúl Castro sobre si Cuba tiene presos políticos. Castro: “¿Tiene los nombres? Déme la lista y en la noche están liberados.” (21.03.2016)
Imagen: dapd
Obama en conferencia de prensa: "No vemos a Cuba como una amenaza para EE. UU."
Barack Obama, optimista pero cauto: "Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana. Mantenemos profundas diferencias. Afortunadamente no tenemos que nadar entre tiburones para alcanzar los objetivos comunes. No vemos a Cuba como una amenaza para EE. UU.". (21.03.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/M. Ngan
Castro recibe al presidente de EE. UU. en el Palacio de la Revolución
El presidente de Cuba, Raúl Castro, recibió a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en el Palacio de la Revolución de La Habana. Allí mantienen un encuentro bilateral, el tercero desde que se anunció el deshielo a Cuba y el primero que se celebra en la isla. En la sede del Gobierno cubano, Castro saludó a Obama con un apretón de manos y posaron sonrientes ante las cámaras. (21.03.2016)
Imagen: Getty Images/C. Somodevilla
Homenaje a José Martí
Como es habitual en estas visitas de alto nivel, antes de las conversaciones oficiales, el presidente Obama rindió homenaje con una ofrenda floral a la estatua del prócer independentista y héroe nacional José Martí, en la emblemática Plaza de la Revolución, donde hay también una efigie del Che Guevara. (21.03.2016)
Imagen: Reuters/I. Alvarado
Cena familiar
Para cerrar su primera jornada, la familia presidencial cenó en privado en el "paladar" (como se llama en Cuba a los restaurantes privados) "San Cristóbal", ubicado en Centro Habana. La familia pasó la noche en la residencia del embajador estadounidense en Cuba. Para el lunes, la agenda de Obama incluye un encuentro con el presidente cubano Raúl Castro. (20.03.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa
Reunión con Jaime Ortega
Antes, Obama se reunió en la catedral con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, quien fue un personaje clave en el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. El cubano entregó a Obama una carta enviada por el papa Francisco. (20.03.2016)
Imagen: Reuters/C. Barria
Un cálido recibimiento
Durante el recorrido, decenas de cubanos se animaron a salir a la calle para saludar y vitorear cálidamente al presidente estadounidense. También sacaron fotografías del momento. El presidente utilizó su cuenta de Twitter para expresar lo emocionado que estaba por encontrarse con el pueblo cubano. Para llo usó la expresión cubana "¿Qué bolá Cuba?" (¿Cómo estás, Cuba?). (20.03.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/O. Barria
Paseo por La Habana
La familia presidencial inició su visita con un paseo por las calles coloniales del centro histórico de la capital, La Habana, bajo una intensa lluvia. La primera actividad fue la visita de la recientemente reabierta embajada estadounidense y una reunión con el personal diplomático. (20.03.2016)
Imagen: Reuters/C. Barria
Un presidente de EE.UU vuelve a tocar tierra cubana
Con una gran sonrisa, Obama descendió del avión junto a su esposa, Michelle, sus dos hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson, quienes le acompañan en este viaje. Es el primer contacto de un presidente estadounidense con suelo cubano en 88 años. A su arribo, Obama fue recibido por el canciller cubano Bruno Rodríguez. (20.03.2016)
Imagen: Y. Cortez/AFP/Getty Images
Una foto para la historia
El avión presidencial estadounidense, el Air Force One, sobrevuela La Habana ante la atenta mirada de los cubanos. "Esta es una visita histórica y una oportunidad histórica" fueron las primeras palabras de Barack Obama tras aterrizar en el aeropuerto José Martí de La Habana, el pasado domingo 20 de marzo a las 16:18 horas (hora local). (20.03.2016)