Tras la ruptura con Steve Bannon, Trump quiere asistir al Foro Económico Mundial de Davos. Sudha David-Wilp del German Marshall Fund explica por qué nadie puede esperar moderación del presidente estadounidense. 

DW: Ya en agosto del año pasado, Steve Bannon fue despedido como estratega jefe de la Casa Blanca, ahora tuvo que abandonar su puesto en Breitbart News. ¿Cómo es posible que el antiguo "hombre rudo" y el principal asesor de Trump cayera tan bajo?

Sudha David-Wilp: Hubo dos razones para la expulsión de Bannon de la Casa Blanca: por un lado, hubo presión interna sobre Trump. A muchos republicanos moderados no les gustaba el estilo ni las ideas de Bannon. Por otro lado, Bannon estuvo muy presente en los medios y actuó como el verdadero cerebro detrás de la política de Trump. Incluso apareció en la portada de Time Magazine. A Trump no pudo gustarle que su consejero recibiera más atención. Y tras el papel de informante que jugó Bannon en el libro "Fuego y furia", cayó definitivamente en desgracia con el presidente y los financiadores de "Breitbart News", que han estado del lado de Trump. Bannon perdió su valor.

Muchos están felices de que el estratega populista de Trump haya desaparecido finalmente. ¿Significa la partida de Bannon que los liberales pueden estar tranquilos por el resto de la presidencia de Trump?

Por supuesto que Steve Bannon ha jugado un papel importante en muchas de las decisiones de Trump, como en toda la campaña "Make America great again" o el veto migratorio a los musulmanes. Pero el hecho de que Bannon ya no esté, no significa que Trump cambie su política. Hay muchos más etno-nacionalistas influyentes en la Casa Blanca, como Stephen Miller, por ejemplo.

Entonces, ¿el distanciamiento de Bannon no quiere decir que Trump esté buscando distanciarse de la derecha radical?

Creo que Trump no puede ser descrito ni como conservador ni como moderado. Aparte de su eslogan "America First", es difícil identificarlo con un sistema de valores determinado. Se trata más de su estilo de liderazgo, simplemente le da placer ser un alborotador y polarizador de la sociedad. Él hace lo que quiere y piensa que será un éxito, según sus estándares. Este rasgo de Trump no cambiará, así en el exterior se hagan esperanzas.

¿Solo importa el éxito y el poder, y no el contenido real?

Exactamente. Un ejemplo es el tema de la inmigración: hasta ahora, era conocido principalmente por su política restrictiva de inmigración. Ahora, Trump promueve sorprendentemente un compromiso con los demócratas. Debido a que Trump tiene su propia definición de éxito, es muy difícil predecir qué hará después.

¿No ha cambiado Trump desde el comienzo de su presidencia hace menos de un año?

No veo que algo haya cambiado. Su estilo de liderazgo sigue siendo el mismo. Aunque se le recomendó que no lo hiciera, continúa usando su cuenta de Twitter como antes. No se puede clasificar a Trump. Él es y sigue siendo impredecible.

¿Qué opina de que Trump, que no es muy amigo del libre comercio, asista a fin de mes al Foro Económico Mundial de Davos?

En mi opinión, Trump viaja a Davos por dos razones: por un lado, le divierte burlarse de los liberales y globalistas. Por otra parte, el Foro Económico Mundial es una oportunidad para reunirse con los ricos y famosos.

Sudha David-Wilp es vicejefe del Fondo Marshall Alemán de los Estados Unidos (GMF) en Berlín. El GMF es una fundación estadounidense independiente dedicada a promover las relaciones transatlánticas en la política, los negocios y la sociedad.

Ines Eisele (jov/vt)

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