Trump habla de acuerdo para reabrir administración
25 de enero de 2019
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció este 25 de enero un acuerdo provisional con el Congreso para la reapertura por tres semanas de la Administración federal, cerrada parcialmente desde hace un mes.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un supuesto “gran avance” en el enfrentamiento con los legisladores sobre el cierre parcial federal.
Trump dijo a periodistas en la Casa Blanca que la administración reabriría temporalmente durante tres semanas, hasta el 15 de febrero. Trump se comprometió además, a pagar el cierre de 35 días, el más largo en la historia de Estados Unidos. Durante las últimas cinco semanas, cientos de miles de trabajadores federales han sido obligados o obligados a trabajar sin paga.
La exigencia de Trump de $ 5.7 mil millones de dólares para construir un muro antimigratorio fue una de sus principales promesas de campaña, pero, al parecer, ya ha comenzado a retractarse, en parte, diciendo que nunca propuso una barrera de costa a costa.
Trump insinuó este 25 de enero que estaba considerando tomar medidas unilaterales.
La aviación comercial en alto riesgo por cierre de la administración
Por su parte, controladores aéreos, pilotos y personal de sobrecargo pidieron adoptar las "medidas necesarias" para evitar una interrupción del sistema de aviación en EE.UU., a raíz del cierre parcial del Gobierno. "Urgimos al Congreso y a la Casa Blanca que tome las medidas necesarias para acabar con el cierre parcial inmediatamente", dijeron la Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo (NATCA, en inglés), la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (ALPA) y la Asociación de Auxiliares de Vuelo (AFA) en un comunicado conjunto.
Los presidentes de NATCA, Paul Rinaldi; de ALPA, Joe DePete; y de AFA, Sara Nelson, admitieron que, "debido al cierre", tienen una "creciente preocupación por la seguridad y la protección" de sus miembros, sus aerolíneas y el público que se moviliza por vía aérea. "En nuestra industria adversa al riesgo, ni siquiera podemos calcular el nivel de riesgo en juego actualmente y ni predecir el momento en el que el sistema entero se quebrará", subrayaron tras considerar que esta situación no tiene precedentes.
Durante la parálisis de la Administración -según los portavoces-, los controladores de tráfico aéreo, los oficiales de seguridad del transporte, los inspectores de seguridad, los oficiales de aviación, los agentes del FBI y otros muchos trabajadores fundamentales "han estado trabajando sin paga durante más de un mes".
jov (dpa, ccn)
Cierres de gobierno en Estados Unidos: una cronología
El Congreso está a cargo de aprobar el presupuesto hace más de 200 años, pero los cierres administrativos por desacuerdos financieros son algo más bien nuevo. Acá revisamos cuántas veces ha ocurrido el famoso "shutdown".
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Vieja historia
Siempre que se acerca la medianoche del 30 de septiembre, empiezan a sonar las alarmas: o se aprueba el presupuesto, o el Gobierno debe cerrar sus operaciones. Originalmente, el Artículo I, Sección 9 de la Constitución de EE. UU. requería que el presupuesto recibiera la aprobación de los parlamentarios. En 1870, el Acta Antideficiencia se enfocó en las agencias que gastaban dinero sin preguntar.
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No hay dinero, no hay pagos, no hay trabajo
A instancias de Jimmy Carter, el fiscal general revisó el Acta Antideficiencia en 1980 para responder la pregunta "Sin presupuesto, ¿deben ir a trabajar los empleados del Gobierno?". Según la opinión legal de Benjamin Civiletti, si no hay dinero, entonces no hay que trabajar. Carter vivió breves "shutdowns", pero la nueva interpretación de la ley convirtió los cierres en una táctica negociadora.
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Ronald Reagan y el primer cierre
El primer cierre de verdad, -más de 240.000 trabajadores sin paga- ocurrió en noviembre de 1981. A comienzos de su mandato, Ronald Reagan se negó a firmar un presupuesto sin un millonario recorte impositivo. El Senado, controlado por los republicanos, y la Cámara, por los demócratas, encontraron una solución al día siguiente. Escenarios similares se vivieron siete veces hasta el fin de su mandato.
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Bill Clinton y el cierre partidista
Hasta 1995, los presupuestos se aprobaron sin grandes problemas. Pero ese año Bill Clinton se enfrentó a Bob Dole en el Senado y Newt Gingrich en la Cámara. El Congreso liderado por los republicanos quería un presupuesto balanceado a siete años, mayores primas de Medicare y retrocesos en las regulaciones ambientales. Pasaron 27 días antes de que hubiera acuerdo. ¿El costo? Mil millones de dólares.
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Un juego parlamentario, un dolor de cabeza
Muchos departamentos, como las Fuerzas Armadas, la seguridad nacional y todos los que son esenciales para la protección de la vida, siguen operando durante los cierres. Pero el Servicio de Impuestos Internos y la Administración de Alimentos y Drogas, por ejemplo, deben cesar sus funciones. Esto redunda en retrasos en las decisiones fiscales y la inspección de alimentos, entre otros problemas.
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Obama y el Congreso controlado por Cruz
Otro cierre grande ocurrió en 2013, bajo la presidencia de Barack Obama. Su programa de salud, conocido como Obamacare, enfrentó una dura oposición. Liderados por el senador Ted Cruz, los republicanos presionaron para que se redujeran las prestaciones a cambio de aumentar el límite de la deuda. El cierre de 18 días perjudicó a unos 850.000 trabajadores y costó al país 24 mil millones de dólares.
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¿Un cierre de varios años?
El último cierre, que comenzó a fines de diciembre, ya se encuentra entre los más largos de la historia. Unos 800.000 empleados federales se encuentran sin salarios. Pese a los problemas, el presidente Donald Trump se ha negado a ceder en su insistencia de recibir financiamiento para su muro con México. De hecho, el mandatario ha dicho estar preparado para que esta situación dure varios años.
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El costo del juego político
Los costos de los cierres no han frenado la tendencia. Washington pierde millones de dólares, no solo en ingresos, sino también en pagos, pese a que los empleados deben quedarse en casa. El tiempo, trabajo y dinero perdidos son consecuencia de los "shutdown". Según datos de la agencia Standard and Poor's, el actual cierre le costará a EE. UU. aproximadamente 6.000 millones de dólares a la semana.
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¿Contribuyen los cierres a la desconfianza?
Pero los mayores perdedores no son la economía ni los partidos, que hacen las concesiones. Podría decirse que el principal derrotado es el Gobierno. Según una encuesta Gallup, realizada tras el cierre de 2013, la insatisfacción de la ciudadanía con el Gobierno en general llegó al 33 por ciento. El récord anterior había sido del 26 por ciento, y databa de los años del escándalo Watergate.