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Trump pide investigar si Obama lo espió

5 de marzo de 2017

El presidente de EE. UU., Donald Trump, le pidió al Congreso que investigue el “pinchazo” telefónico que él mismo le atribuyó a su predecesor, Barack Obama; pero calla sobre la “conexión rusa” de su entorno en Washington

USA Donald Trump vor dem US-Kongress in Washington
Imagen: Reuters/J. Lo Scalzo

Este domingo (5.3.2017), el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, informó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le había pedido al Congreso que investigara si su predecesor, Barack Obama, había "pinchado” el teléfono de sus oficinas en Nueva York para escuchar sus conversaciones durante la campaña electoral de 2016. Fue el propio Trump quien acusó a Obama este sábado (4.3.2017) de haberlo espiado. El vocero del exmandatario, Kevin Lewis, desmintió la imputación ese mismo día.

Este 5 de marzo, en una entrevista ofrecida a la cadena televisiva estadounidense NBC, James Clapper negó tajantemente que las conversaciones telefónicas de Trump hubieran sido grabadas. Clapper, quien fue Director de Inteligencia Nacional entre los años 2010 y 2017, enfatizó que si esas grabaciones hubieran tenido lugar él lo habría sabido. El argumento a favor de la acusación de Trump es que hasta las llamadas telefónicas de la canciller de Alemania fueron escuchadas por la NSA estadounidense durante la gestión de Obama.

Consciente de que la prensa le atribuye a Trump la intención de crear una cortina de humo para desviar la atención de otros temas –como los contactos de su entorno con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, por ejemplo–, Spicer aseguró que la solicitud del presidente fue formulada "como parte de su investigación de la actividad rusa”. Según el cálculo del diario The Washington Post, en los primeros 45 días de su gestión, Trump ha hecho "194 alegaciones falsas o engañosas”.

Nube de desinformación

Eso incluye mentiras flagrantes, señalamientos infundados y teorías de conspiración que suelen sumir a la población estadounidense en una nube de desinformación y mantener en vilo a los líderes del mundo. A eso se suma la tendencia de Trump, identificada por analistas políticos, de dejar temas en el aire sin darles seguimiento. De hecho, Spicer dijo este domingo (5.3.2017) que ni Trump ni la Casa Blanca harían más comentarios sobre el "pinchazo” de Obama hasta que el Congreso termine su investigación al respecto.

A juicio de Anthony Corrado, profesor de Ciencias Políticas en el Colby College de Maine, los líderes republicanos en el Congreso, Paul Ryan y Mitch McConnell, están "dispuestos” a tolerar las mentiras de Trump porque éstas les dan tiempo para elaborar leyes como la que anulará a la reforma sanitaria de Obama. El peligro de los disparates de Trump es que, repetidos incansablemente, éstos pueden terminar siendo asumidos como verdades, alega Corrado, recordando una trillada frase del ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels.

¿Nuevo veto migratorio en puertas?

"Si tienes al Presidente y a la Casa Blanca diciendo una y otra vez que hubo fraude en las elecciones o que los inmigrantes tienden a cometer más crímenes, esas ideas acaban viéndose legitimadas a los ojos de ciertos sectores de la población porque son proferidas por instituciones con prestigio. Esto no lo habíamos visto antes en Estados Unidos”, subraya el profesor del Colby College, acotando que políticas que afectan a millones de vidas pueden basarse en falsas interpretaciones de la realidad. Como muestra, un botón:

Citando fuentes gubernamentales, el diario The Washington Post informo que el Gobierno de Trump tiene previsto promulgar este lunes (6.3.2017) un nuevo decreto que restringe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos provenientes de Irán, Irak, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. Se estima que la disposición será una nueva versión del veto migratorio decretado en enero y frenado por el Poder Judicial. Trump ha defendido contra viento y marea esta moción, argumentando que ésta protege a sus conciudadanos de los terroristas.

A las mentiras y declaraciones engañosas hechas por Trump parecen sumarse las oreadas en su nombre: este 5 de marzo, el ex primer ministro laborista británico Tony Blair se vio obligado a negar que él se hubiera ofrecido para ser el enviado especial a Oriente Medio del presidente de Estados Unidos. El portavoz de Blair desmintió una información difundida por The Mail on Sunday, según la cual el político había ofrecido sus servicios al yerno de Trump, Jared Kushner, en una reunión mantenida la semana pasada en la Casa Blanca.

ERC ( EFE / dpa )

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