Trump promete respetar política de “una sola China”
10 de febrero de 2017
En el marco de una conversación telefónica sostenida este jueves (9.2.2017), el presidente de EE. UU., Donald Trump, se comprometió con el “hombre fuerte” de Pekín, Xi Jinping, a mantener la política de “una sola China”.
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La temprana controversia entre el presidente de China, Xi Jinping, y Donald Trump comenzó cuando el empresario estadounidense habló con la mandataria de Taiwán, Tsai Ing-wen, tras ganar las elecciones. Ese fue el contacto de más alto nivel entre Washington y Taipei en casi cuarenta años. A eso se sumó una provocadora declaración de Trump: "No sé por qué tenemos que estar ligados por una política de ‘una sola China', a no ser que lleguemos a un acuerdo con China que tenga que ver con otras cosas, incluido el comercio”. El sucesor de Barack Obama aseguró que no permitiría que el gigante asiático le "dictara” lo que debía hacer.
Ese impasse parece haber quedado atrás este jueves (9.2.2017), cuando el nuevo ocupante de la Casa Blanca y su homólogo de Pelín hablaron por teléfono. En el marco de una tertulia "larga” y "extremadamente cordial”, y a petición del presidente Xi, Trump se comprometió a mantener la política de "una sola China” que adoptó el exmandatario Jimmy Carter en 1979 tras romper sus relaciones diplomáticas con Taiwán. Sepultada quedó la amenaza hecha por Trump de reconocer a Taipei tan pronto llegara a Washington. Está por verse si Trump dejará de lado también su agresiva retórica de hombre de negocios.
Durante su campaña y también como presidente, Trump ha culpado a China del déficit comercial de Estados Unidos y de la pérdida de puestos de trabajo debido a las deslocalizaciones, una tendencia que ha prometido invertir con mano dura frente al país asiático. Pekín advirtió entonces que sin el principio de "una sola China” se acabaría la estabilidad en las relaciones bilaterales. De hecho, varios medios estadounidenses señalaron que Xi se negaba a conversar con Trump hasta que éste adoptara el compromiso que finalmente ha tomado.
ERC ( EFE / Reuters )
¿Cuánto poder tiene el presidente de EE. UU.?
Quien ocupe la Casa Blanca tiene poder global, o al menos eso se supone. Pero las cosas no son tan claras. Las facultades del mandatario estadounidense son limitadas, aunque el sistema le deja resquicios.
Imagen: Klaus Aßmann
Lo dice la Constitución
La gestión del presidente de Estados Unidos dura cuatro años. Luego de dos periodos, como máximo, debe irse. El presidente es el jefe de Estado y de Gobierno. Él dirige el sistema gubernamental. Dentro de sus tareas está llevar a cabo las leyes expedidas por el Congreso. Cerca de cuatro mil personas trabajan para el Ejecutivo. Es el diplomático del más alto rango.
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Control y rendición de cuentas
Los tres poderes tienen facultades para controlarse entre sí. El presidente puede otorgar indultos y nombrar jueces federales con la aprobación del Senado. El presidente nombra, entre otros, a sus ministros y embajadores y somete losnombramientos al Senado. Es uno de los controles legislativos al Ejecutivo.
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El "Estado de la Unión"
El presidente debe informar al Congreso sobre la situacion del país, y actualmente esto sucede a través del Discurso sobre el Estado de la Nación. En él no puede proponer iniciativas de ley, pero el mandatario sí está facultado para subrayar temas de importancia nacional. Con ello, el presidente puede ejercer en público cierta presión política sobre el Congreso.
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No puede decir simplemente "no"
Las leyes aprobadas por el Congreso entran en vigor solo con la firma del Presidente. Pero el Presidente puede interponer un veto. La ley vuelve entonces al Congreso. El Congreso puede levantar el veto, con los votos de por lo menos dos terceras partes de los legisladores. Según el Senado, en Estados Unidos han sido revertidos 111 de 1.500 vetos regulares; es decir, poco más del siete por ciento.
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Zonas grises
Ni la Constitución ni los fallos de la Corte Suprema establecen límites definitivos al poder del presidente. Una interpretación jurídica da pie al llamado "veto de bolsillo". Bajo condiciones muy específicas, el presidente puede "esconder en su bolsillo" iniciativas de ley, que son declaradas sin vigencia. El Congreso no puede anular este tipo de veto, que ha sido usado más de mil veces.
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Indicaciones que son leyes
El presidente le puede dictar a sus colaboradores en el gobierno cómo deben cumplir sus obligaciones. Las llamadas "órdenes ejecutivas" tienen carácter de ley y nadie las debe aprobar. Pero estas indicaciones pueden ser revertidas en la corte, o el Congreso pude emitir un "antídoto" en forma de una ley. El presidente entrante no puede revertir las órdenes ejecutivas de su predecesor.
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Saltándose al Congreso...
El presidente puede negociar acuerdos con otros países, aunque al final se necesita la aprobación de dos terceras partes del Senado. Para librar este obstáculo, los presidentes recurren a los llamados "acuerdos ejecutivos". Son convenios que no deben pasar por el Congreso. Están vigentes mientras el Congreso no presente objeciones que anulen la vigencia de los acuerdos.
Imagen: Klaus Aßmann
Declaraciones de guerra
El presidente es el comandante supremo de las fuerzas armadas. Pero es el Congreso el que declara la guerra. No está claro en qué medida el presidente puede dirigir al país a un conflicto armado. El Congreso consideró que con la Guerra de Vietnam se cruzó un límite de tolerancia, y reaccionó emitiendo algunas leyes. El presidente puede abrogarse facultades mientras no haya reacción del Congreso.
Imagen: Klaus Aßmann
El control definitivo
Si un presidente abusa de su poder, la Casa de Representantes puede iniciar un procedimiento de destitución del cargo. Hasta la fecha, ha sido invocado en dos ocasiones, sin éxito. Pero hay un instrumento jurídico más poderoso: el Congreso decide sobre los presupuestos: aprueba las partidas y puede cerrar las arcas públicas al presidente. Autora: Uta Steinwehr (Ilustraciones: Max Assmann)