Trump respalda el uso de gases lacrimógenos "muy seguros"
28 de noviembre de 2018
El Gobierno de Estados Unidos advirtió de que volverá a utilizar gas lacrimógeno contra los migrantes que se encuentran en la frontera con México si estos atacan a los agentes fronterizos estadounidenses.
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El presidente de EE. UU., Donald Trump, respaldó con firmeza el uso de gas lacrimógeno en Estados Unidos en la frontera con México para repeler a una multitud de migrantes que incluían lanzadores de rocas enojados y niños descalzos llorando.
Rodney Scott, jefe del sector de San Diego de la Patrulla Fronteriza, defendió las decisiones de los agentes de lanzar gases lacrimógenos, diciendo que estaban siendo atacados por "una lluvia de rocas". "Eso ha sucedido antes y, si nos atacan nuevamente, eso volvería a ocurrir mañana", dijo a periodistas.
Los críticos denunciaron la acción de los agentes fronterizos como una exageración, pero Trump se mantuvo firme. "Fueron acosados por gente muy dura por lo que se usó gas lacrimógeno", aseguró. "Aquí está el resultado final: nadie viene a nuestro país a menos que entren legalmente", agregó.
Trump cuestiona legitimidad de padres
En una mesa redonda en Mississippi el lunes, Trump habló sobre los niños que habían sido afectados. "¿Por qué un padre está corriendo hacia un área donde sabe que se ha lanzado el gas lacrimógeno?" preguntó. Asimismo, Trump aseguró que el gas lacrimógeno era "muy seguro".
Del mismo modo, y sin ofrecer pruebas, Trump afirmó que algunas de las mujeres en la confrontación del domingo no son padres, sino que son "acaparadoras" que roban niños para que tengan más posibilidades de recibir asilo en los EE. UU.
El portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), Tyler Houlton, se sumó a las voces de Scott y Trump y afirmó durante una rueda de prensa telefónica que el empleo de gas pimienta o lacrimógeno en labores migratorias "ha sucedido en el pasado" y que "si los agentes vuelven a ser apedreados, pasará de nuevo".
"Durante años, la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) ha utilizado de forma regular gas lacrimógeno y espray pimienta como la mínima fuerza necesaria para proteger nuestra frontera sur y (protegerse) a sí misma de agresores violentos", enfatizó Houlton.
FEW (EFE, AP)
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La larga marcha de los migrantes latinos hacia EE. UU.
Luego de caminar miles de kilómetros para llegar a la frontera con EE. UU., los migrantes se topan allí con un cerco de ocho metros de altura, de acero u hojalata. Para ellos, simboliza rechazo y discriminación.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Ocho metros hasta EE. UU.
Se estima que el cerco que conforma la frontera entre México y EE. UU. tiene ocho metros de altura. Los migrantes quieren cruzarla cueste lo que cueste, ya que sueñan con poder llevar una vida digna en ese país. Pero detrás de la frontera los espera la política represiva de Donald Trump, que, como casi ningún otro gobierno estadounidense, continúa azuzando a la gente con su discurso antimigración.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
El ingreso ilegal a la "Tierra prometida"
Uno de los migrantes ha logrado cruzar la frontera y llegar a EE. UU. Pero si podrá permanecer allí, está por verse. Si las autoridades de EE. UU. lo atrapasen, sería deportado de inmediato a México.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Poco antes del salto hacia una nueva vida
Luego de miles de kilómetros de caminata, solo una pared de hierro separa a los migrantes de su meta. Cruzar el cerco requiere de mucha energía y valor, que ellos ya tuvieron al tomar la decisión de irse de su país en pésimas condiciones. Viajan en grandes grupos, para poder defenderse de la violencia de bandas criminales que aprovechan su indefensión.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
"Somos mexicanos, somos imparables"
Así reza este cartel, en la playa de Tijuana, insuflando coraje a los que se van de México y de países centroamericanos hacia EE. UU., en busca de un futuro mejor. Desde hace generaciones, personas de Centro- y Sudamérica intentan ingresar a EE. UU. desde México para quedarse a vivir y a trabajar allí.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Cerco de hojalata
Esta parte de la frontera México-EE. UU. aún deja mucho que desear, como lo demuestra la hojalata de la que está hecha. Pasar al otro lado no parece ser tarea difícil para muchos de los que lo intentan.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Miedo a la invasión
No es un sitio en guerra, sino solo el punto geográfico donde termina EE. UU. y comienza México, en San Diego, California. Esa gran ciudad en la frontera es a menudo un foco de atención debido al temor que tiene EE. UU. de que entren migrantes a través de ella. Por eso reforzaron la zona limítrofe con cientos de soldados y con cercos de alambre de púas.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Agotamiento después del viaje
Estos migrantes no pueden más: luego de la caminata de miles de kilómetros, tratan de dormir donde y como pueden. Aquí, en Juchitán de Zaragoza, la gente descansa en el suelo, a falta de alojamiento. Luego de una corta pausa, seguirán su largo camino hacia EE. UU., con la esperanza a prueba de todo, y luchando por llegar a cumplir su sueño.
Imagen: Getty Images/S. Platt
La caravana de la pobreza
Al igual que llegaron los migrantes en 2015 desde Siria o Irak, a través de las autopistas austriacas, hasta Alemania, esta caravana marcha por las rutas de México en dirección a la frontera con EE. UU. La mayoría de los migrantes provienen de países donde reinan la corrupción, la pobreza y la violencia, como Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.