No podía seguir así por más tiempo. La decisión de los demócratas de acusar a Trump de abuso de poder y obstrucción del Congreso fue la correcta, opina Alexandra von Nahmen.
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El voto fue claro. Casi unánimemente, los demócratas, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, votaron por acusar a Donald Trump y así iniciar un procedimiento de destitución contra el Presidente de Estados Unidos. Y esto, a pesar de que a muchos representantes demócratas de distritos electorales tradicionalmente conservadores eso no les resultó fácil. Los republicanos votaron unánimemente en contra, pero no pudieron impedir la decisión.
Es un gran éxito para el Partido Demócrata y la más destacada detractora de Trump, Nancy Pelosi. Ella ha logrado cerrar las filas. Lo que no han logrado hacer, sin embargo, es convencer a los republicanos. Por más inexplicable que esto pueda ser para el observador externo, ellos continúan apoyando al presidente y hacen la vista gorda ante su escandaloso comportamiento. Pero tampoco se esperaba otra cosa.
Un ambiente tóxico
El proceso de "impeachment" polarizará la política y la opinión pública estadounidense aún más que antes. Es probable que la lucha se intensifique en el futuro. El ambiente se volverá más tóxico, el tono más duro. Y al final, Donald Trump probablemente será absuelto de todos los cargos en el Senado controlado por los republicanos. Usará el juicio político como munición en la campaña electoral presidencial para movilizar a su base y denigrar a sus oponentes políticos.
Las consecuencias para los demócratas podrían ser dramáticas: ningún cambio en la Casa Blanca, pérdida de la mayoría en la Cámara de Representantes, votantes decepcionados, una crisis de liderazgo. Todo podría suceder. Tal vez suceda. Sin embargo, era correcto e importante enfrentarse a Donald Trump.
Trump cree que se puede permitir todo
¿Cómo se puede seguir adelante con un presidente que pide a un país extranjero, Ucrania, que apoye su reelección? ¿Y esto sólo un día después de que acabara de dejar atrás la investigación del fiscal especial Mueller por supuesta conspiración con otra potencia, en este caso, Rusia? ¿Cómo se puede seguir adelante con un presidente que insulta a sus oponentes políticos de la peor manera posible, que se comporta como un autócrata y que obstaculiza al Congreso en el ejercicio de sus deberes?
Si los congresistas demócratas no hubieran actuado, habría equivalido a la autoabolición del Congreso, esa venerable institución estadounidense. Aquellos que no están dispuestos a defender la Constitución de los Estados Unidos no necesitan prestar juramento a la misma. Así que los demócratas no tenían otra opción.
El deber de intervenir
A algunos de los votantes estadounidenses no parece importarles que su presidente crea que está por encima de la ley. Pero los que están a cargo de controlar al poder ejecutivo, tienen que intervenir. No se trata de un simple parloteo de conciencia y moralidad, si se cree realmente en el deber y la responsabilidad. ¿Cuáles serían las consecuencias de no hacer frente a la intimidación y la tiranía en este mundo, por cálculo político y la convicción de que de todas formas no se puede lograr nada? Los demócratas perderían toda la credibilidad.
Una mancha en la presidencia de Trump
Por ello intentan un difícil acto de equilibrio: quitar a Trump de su cargo y al mismo tiempo colaborar con la Casa Blanca y los republicanos donde sirva al bienestar de los estadounidenses.
No sabemos cómo evaluará la historia este día. Es bastante improbable que el procedimiento de destitución cambie el estilo errático de gobierno de Trump y frene su desprecio por las reglas y la moral. Tampoco es seguro que los votantes remuneren la intervención de la Cámara de Representantes en las urnas.
Pero lo que si es seguro es que siempre habrá una mancha en la presidencia de Donald Trump. Definitivamente no se podía seguir delante de esta manera.
(gg)
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Quién es quién en el impeachment contra Donald Trump
La conversación telefónica entre Trump y su par ucraniano, las presuntas presiones, la investigación de la Cámara de Representantes y el eventual impeachment son episodios centrales de la política reciente de EE.UU.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Donald Trump, el acusado
Un informante anónimo reveló en septiembre de 2019 a los servicios de inteligencia de Estados Unidos el contenido de una conversación telefónica que el presidente Donald Trump sostuvo con su par ucraniano, Volodimir Zelenski. En ese diálogo, del cual pronto se publicaron extractos, Trump pidió a su colega que Kiev investigara a Joe Biden, precandidato demócrata a la presidencia.
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Volodimir Zelenski, al otro lado de la línea
Zelenski, que asumió el poder en mayo de 2019, habría sido presionado por Trump para que investigara a Biden y a su hijo por presunta corrupción. Los demócratas sospechan que, para ello, se condicionó la entrega de ayuda militar por unos 400 millones de dólares. "Me gustaría que nos hiciese un favor (...) Me gustaría que el fiscal general le llame a usted", dice Trump en la conversación.
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Bill Barr, el fiscal general de EE.UU.
El fiscal al que se refiere Trump en esa conversación es Bill Barr, quien supuestamente debía cooperar -junto a Giuliani- con la investigación que abriría Ucrania contra Biden. Sin embargo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró que Barr no había "discutido este asunto, o ninguna cosa relacionada a Ucrania, con Rudy Giuliani".
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Joe Biden, el enemigo
El precandidato demócrata Joe Biden es uno de los protagonistas de esta historia. Él era vicepresidente de EE.UU. cuando su hijo, Hunter, asumió en el directorio de Burisma, una empresa de gas ucraniana. Se ha criticado que eso ocurriera cuando EE.UU. lidiaba con asuntos relacionados con Ucrania. Sin embargo, Hunter no ha sido acusado de delito alguno. Pese a ello, Trump exigió que se investigara.
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Hunter Biden, en el ojo del huracán Trump
La prensa estadounidense ha dicho que Hunter ganaba 50.000 dólares mensuales por su trabajo en Burisma, una firma que ha sido acusada de prácticas dudosas. Joe Biden, empero, ha dicho que su hijo no ha hecho "nada ilegal". Para algunos demócratas, el que Joe Biden esté bien posicionado para enfrentar a Trump en las elecciones de 2020 explica la arremetida del mandatario estadounidense.
Imagen: Reuters/J. Ernst
Nancy Pelosi, jefa en la Cámara de Representantes
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ha sido una de las impulsoras del impeachment contra Donald Trump. A juicio de la parlamentaria, el presidente de Estados Unidos "abusó de su poder para su beneficio personal" al presionar al mandatario ucraniano. Para Pelosi, Trump es una "amenaza continua para la seguridad nacional".
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Gordon Sondland, testimonio de élite
Uno de los testimonios relevantes que recibió la Cámara de Representantes en su investigación sobre la actuación de Trump lo dio el embajador de EE.UU. ante la Unión Europea, Gordon Sondland, quien dijo que el presidente había invitado a Zelenski a la Casa Blanca a cambio del anuncio de investigaciones contra Biden. A Trump "solo le importaban las cosas que le beneficiaban personalmente", agregó.
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Rudy Giuliani, el abogado personal
El exalcalde de Nueva York y abogado personal de Donald Trump, Rudy Giuliani, habría recibido el encargo del mandatario de convencer a Zelenski para que anunciara la apertura de investigaciones anticorrupción que involucraran a Biden. Según los demócratas, Giuliani orquestó una campaña de presión contra Ucrania fuera de los canales diplomáticos regulares.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Harnik
Jerry Nadler, el hombre del informe
El presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerry Nadler, fue el encargado de coordinar la elaboración del informe de 658 páginas que describe el caso del que se acusa a Trump y detalla las presuntas irregularidades en que habría incurrido, como presionar a Ucrania. En el documento se explican episodios de conducta "criminal", entre ellos el soborno.