Los países del mundo quieren poner un límite máximo de dos grados al calentamiento global. Así lo plantea el Acuerdo Climático de París de 2015. Ahora se desmarca EE. UU., uno de los mayores responsables de la polución.
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Angela Merkel había dejado de hacerse ilusiones desde hace días. "Toda la discusión sobre el tema del clima fue muy insatisfactoria”, dijo la canciller alemana, con sorprendente claridad, tras la cumbre del G7 en Italia. Sus palabras no sonaban muy optimistas. Y ahora, Donald Trump da efectivamente la espalda al acuerdo.
Alcanzado en diciembre de 2015 tras arduas negociaciones en París, el acuerdo prevé que los países contribuyan a limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados – o menos si es posible- mediante medidas voluntarias. También Estados Unidos, gobernado entonces por Barack Obama, dio su aprobación. Diez meses después, poco antes de la elección de Donald Trump, Washington ratificó el acuerdo, al mismo tiempo que China, otro de los grandes emisores de gases de efecto invernadero. Entretanto, 145 países de la ONU han rubricado el acuerdo, que tiene una peculiaridad: el compromiso de París de presentar un plan nacional contra el cambio climático es vinculante, no así el cumplimiento del plan de cada país. De esta forma fue posible que el gobierno de Obama pudiera adherirse al acuerdo, sin tener que consultar al Congreso, notoriamente escéptico en la materia.
Plazos para rescindir el acuerdo
Donald Trump no atribuye ninguna importancia a la protección del clima, eso es un hecho. Las reglas establecen que un país puede rescindir el acuerdo solo después de tres años; otro año tomaría aclarar todas las interrogantes pendientes. Dicho en otros términos: Trump podría anunciar su "triunfo” sobre los ambientalistas solo si es reelegido como presidente de Estados Unidos.
A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, y pese al anuncio de Trump de que posiblemente renegociaría acuerdo de París, el No de Estados Unidos aumenta más bien la cohesión del resto de las naciones en cuanto a la protección climática. La Unión Europea y China quieren renovar explícitamente su compromiso con el acurdo de París, y también India mantiene su apoyo a lo convenido. Pero todos tendrán que asumir gastos adicionales: según el acuerdo de París, hasta 2020 habrán de ponerse 100.000 millones de dólares a disposición de los países más pobres, para la protección del clima; a partir de esa fecha, la suma aumentará. Estados Unidos no contribuirá. Y principalmente Europa, China e India, pero también otros países emergentes, como Sudáfrica y Brasil, tendrán que suplir la ausencia estadounidense.
¿Qué se puede hacer contra el cambio climático?
Un 75 por ciento de las emisiones globales surgen del uso de carbón, petróleo y gas. El otro 25 por ciento, de la agricultura y del desmonte. ¿Qué podemos hacer para evitar las emisiones? Aquí, diez propuestas.
Imagen: picture-alliance/dpa
1. Usar menos carbón, gas y petróleo
La mayoría de los gases invernadero vienen de las centrales energéticas, de la industria y del transporte. La calefacción de edificos causa un 6 por ciento de las emisiones globales. Quien usa energía eficiente y ahorra carbón, gas y petróleo, está protegiendo activamente el clima del planeta.
Imagen: picture-alliance/dpa
2. Producción propia de electricidad limpia
La electricidad ya no tiene que salir de las centales de carbón, petróleo y gas. Ya hay alternativas que hasta son más baratas. La electricidad se puede producir fácilmente, incluso en cantidades mayores a las necesarias. Por ejemplo, con celdas y módulos solares sobre los techos con una tecnología que hace tiempo está en el mercado.
Imagen: Mobisol
3. Cooperar con las buenas ideas
Cada vez más comunas, empresas y cooperativas invierten en energías renovables y venden electricidad limpia. Este parque solar pertenece a la compañía Saerbeck, un distrito alemán de 7.200 habitantes que produce más electricidad de lo que necesita y es un ejemplo. Aquí, una delegación de EE. UU. la visita.
Imagen: Gemeinde Saerbeck/Ulrich Gunka
4. No financiar a empresas que dañen el clima
Cada vez más ciudadanos, fondos de jubilaciones, seguros, universidades y ciudades retiran su dinero de empresas que trabajan con energías fósiles. Münster es la primera ciudad que se unió al "Divestment", un movimiento al que pertenecen 57 ciudades del mundo. Este movimiento global ganó tanta dinámica porque todos pueden participar.
Imagen: 350.org/Linda Choritz
5.Viajar en bicicleta, ómnibus y tren
Las bicicletas, el ómnibus y los ferrocarriles ahorran mucho C02. En comparación con el automóvil, un viaje en ómnibus es cinco veces más favorable al clima, y un viaje en tren hasta 15 veces más. Las ciudades que disponen de bicisendas y carriles especiales para los buses son las que más contribuyen con la protección del clima.
Imagen: DW/G. Rueter
6. No volar en avión si no es necesario
Volar es tremendamente dañino para el clima. Los hechos demuestran el dilema: para cumplir con los objetivos climáticos, actualmente cada habitante de la Tierra debería producir por año en promedio un máximo de 5,9 toneladas de CO2. Un vuelo de ida y vuelta entre Berlín y Nueva York produce por persona 6,5 toneladas.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Huguen
7. Comer menos carne
Tambien la agricutlura es un problema. En el cultivo del arroz y en los estómagos de los vacunos y ovinos se genera el gas metano, muy perjudicial para el clima. La ganadería y el consumo de carne, que cada vez aumenta más, son puntos críticos debido a la enorme demanda de soja para alimentar a los animales. Para el cultivo de la soja se desmontan bosques y selvas enteras.
Imagen: Getty Images/J. Sullivan
8. Comprar alimentos biológicos
El gas hilarante daña el clima en gran medida. Su porcentaje en las emisiones globales está en un 6 por ciento. Se produce en centrales energéticas y por el uso de motores, pero sobre todo por el empleo de abonos artificiales en la agricultura industrializada. En la agricultura ecológica esos abonos están prohibidos, y eso ayuda a proteger el clima del planeta.
Imagen: imago/R. Lueger
9. Construir y consumir de manera sostenible
En la producción de cemento y hierro se produce mucho CO2. Por el contrario, el cultivo de madera y caña de bambú lo frena. La elección consciente de materiales de construcción contribuye con el clima, y lo mismo vale para el consumo. No es necesario seguir usando vasos plásticos que van a parar por millones a la basura todos los días.
Imagen: Oliver Ristau
10. Asumir nuestra responsabilidad por el clima
¿Cómo se puede evitar la emisión de gases invernadero para que las futuras generaciones puedan vivir sin catástrofes climáticas? Estos alumnos están fascinados por las energías limpias y la ven como una esperanza para un futuro en un planeta al que todos cuidemos. Cada uno de nosotros puede ayudar a que así sea.