Martin Ganslmeier desde Washington (ERC/ERS)3 de agosto de 2016
Desde hace semanas, la prensa estadounidense habla sobre la existencia de una suerte de “afinidad espiritual” entre el candidato presidencial republicano y el mandatario ruso. Pero, ¿qué nexo concreto hay entre ellos?
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Aunque la prensa estadounidense habla desde hace semanas sobre una suerte de “afinidad espiritual” entre Donald Trump y Vlamidir Putin, no se sabe qué nexo concreto une al uno con el otro. De hecho, ni siquiera se ha comprobado que el candidato presidencial del Partido Republicano haya conocido personalmente al jefe del Gobierno ruso. “Yo nunca me he encontrado con Putin; yo no lo conozco. Él dijo algo bueno de mí una vez; dijo que yo era un genio. Eso fue todo. Yo nunca me he encontrado con él”, aseguró Trump el lunes pasado (1.8.2016).
Sin embargo, en entrevistas anteriores, el empresario sostuvo todo lo contrario. “¡Sí, yo estoy en contacto con Putin!”, alardeó a finales de 2013. De ahí que el pasado fin de semana, un moderador de la cadena televisiva ABC llamara la atención de Trump hacia su propia contradicción. “Yo no creo haberme encontrado jamás con Putin”, respondió el aspirante a la presidencia de Estados Unidos. “¿Cómo que ‘no cree'? Usted debe saber si usted se encontró con Putin alguna vez o no”, insistió su interlocutor. “Sí… yo creo que sí”, balbuceó Trump.
Especulaciones
¿Senilidad, discreción o secretismo? Da igual: numerosos periodistas han investigado la posibilidad de un vínculo entre ambos políticos, pero no han encontrado documento alguno que apunte a que Trump y Putin se han reunido para conocerse, cara a cara. Algunos recuerdan que cuando Trump organizó la elección de Miss Universo 2013 en Moscú, él se empeñó en que Putin asistiera al evento como invitado de honor. En vano: Putin no fue. Otros especulan que el estadounidense tiene negocios con oligarcas rusos y recibe dinero de Rusia.
Esa es otra de las especulaciones que el mismo Trump alimenta al negarse a hacer pública su declaración de impuestos. ¿Qué pasó con los planes de erigir una Torre Trump y un Hotel Trump en Moscú? Nada. Éstos fueron engavetados. ¿Y qué fue del proyecto de popularizar el Vodka Trump en Rusia? Nada. Fracasó. A falta de evidencias sólidas sobre un pasado que los una de alguna manera, Michael O'Hanlon, experto en Política Exterior del think tank Brookings Institute, opta por pensar que lo que existe es mera admiración mutua.
“Nosotros, los países fuertes”
“Inquieta que Trump vea en Putin a un ‘alma gemela' porque él parece tener en mente lo siguiente: ‘Nosotros, los países fuertes, nos repartiremos el mundo. Putin puede tener su área de influencia siempre y cuando deje en paz a la nuestra'", ice O'Hanlon. ¿Almas gemelas? Eso no basta para explicar por qué algunas declaraciones de Trump suenan como si el propio Putin se las hubiera dictado: él ha dicho cosas tan duras como que la OTAN se ha vuelto prescindible y ha dado a entender que podría reconocer la anexión de Crimea por parte de Rusia.
“Yo voy a analizar esa situación detalladamente. Pero, por lo que he oído, la gente de Crimea prefieren estar con Rusia que con Ucrania”, señaló Trump el pasado fin de semana. Eso coincide con que los delegados de Trump en el congreso de los republicanos se aseguraron de eliminar del programa del partido la solicitud de nuevos envíos de armamento a Ucrania. En un lapso muy breve, Trump ha logrado derrocar premisas fundamentales de los republicanos: nacionalismo en lugar de internacionalismo, proteccionismo en lugar de libre comercio…
No es de extrañar entonces que Putin aspire a ver a Trump en la Casa Blanca.
Políticos en la mira de la sátira
Trátese de Merkel, Putin, Trump o Bush: cada quien tiene su propio estilo de hacer política y también reacciona de forma diferente a la sátira.
Imagen: ZDF Neo Magazin Royale
Angela Merkel
Durante el apogeo de la crisis del euro, muchas revistas y periódicos griegos retrataron a la canciller alemana, Angela Merkel, con símbolos nazis. En la portada que se puede ver en la imagen, la revista satírica "Mystiki Ellada" mostró en 2012 a Merkel vestida con el uniforme de soldado del Ejército de la Alemania nazi. En ningún momento la canciller sopesó proceder legalmente contra el medio.
Imagen: picture-alliance/Rolf Haid
Vladímir Putin
Las fotos vacacionales del presidente ruso, Vladímir Putin, sirven de inspiración a humoristas satíricos de todo el mundo. Desde que el hombre fuerte del Kremlin se dejó fotografiar montando a caballo a pecho descubierto, el torso desnudo del presidente es un motivo muy popular, por ejemplo en el Carnaval de Colonia de 2015.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Weihrauch
Donald Trump
El precandidato presidencial republicano Donald Trump es el blanco predilecto de muchos caricaturistas y humoristas. No obstante, el magnate es muy sensible a las críticas. El periódico Boston Globe publicó un encabezado ficticio, en el que hace parodia de las propuestas del precandidato en torno a la política de inmigración. Trump calificó al diario de “estúpido” y “despreciable”.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/The Boston Globe
Kim Jong-Un
El dirigente comunista de Corea del Norte no tiene mucho sentido del humor. Para impedir que la película satírica “La entrevista” se estrenara en 2012 en los cines estadounidenses, el régimen norcoreano lanzó una serie de ataques cibernéticos. Los estudios cinematográficos Sony fueron hackeados, y también se registraron muchas amenazas de atentados contra cines estadounidenses.
El expresidente estadounidense George W. Bush es uno de los políticos que más ha inspirado a los cómicos en Estados Unidos. La supuesta falta de intelecto del exmandatario de origen tejano ha sido motivo de burla por parte de los humoristas.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Jaroslaw Kaczynski
A principios de año, un carro alegórico del desfile del Carnaval de Dusseldorf provocó tensiones diplomáticas entre Alemania y Polonia. Esta es representada como una mujer maltratada y pisoteada por el líder del partido de los nacionalconservadores, Jaroslaw Kaczynski. El ministro de Relaciones Exteriores polaco dijo que el carro mostraba el “desprecio hacia Polonia y los políticos polacos”.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Benjamín Netanjahu
El primer ministro israelí suele ser objeto de burla del programa de televisión “Eretz Nehederet” (Un país hermoso). En esta escena, los cómicos hacen una parodia de las negociaciones entre el jefe de Estado de Israel y la organización palestina Hamás. No obstante, Netanyahu nunca se ha indignado. Al contrario, en 2013 visitó el programa como invitado estelar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Guez
Winston Churchill
La sátira política tiene una larga tradición: esta caricatura británica de 1915 muestra a Winston Churchill, que en aquel entonces era ministro de Marina, como un Aquiles desaliñado en la guerra de Troya. El dibujo que lleva el título “La lucha de los barcos” hace alusión a la guerra marítima por los Dardanelos, que perdió Churchill.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Hugo Chávez
El difunto expresidente venezolano Hugo Chávez tampoco se salvó de la sátira, como se puede apreciar en esta caricatura de 2012. Muchas personas cercanas al exmandatario aseguran que tenía un excelente sentido del humor y que sus bromas estaban cargadas de metáforas. Por ejemplo, se hizo famosa su frase “huele a azufre” con la que se refirió a George W. Bush.
Imagen: Roberto Weil
Jamenei y Carrell
En 1987 una sátira del líder de la revolución iraní, el ayatolá Jamenei, provocó un escándalo en la televisión alemana. El moderador Rudi Carrel había mostrado un montaje fotográfico de Jamenei: durante una visita de Estado a Alemania manifestantes supuestamente lanzan ropa interior contra el ayatolá. Como consecuencia, dos diplomáticos alemanes fueron expulsados de Teherán.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Wagner
Erdogan y Böhmermann
Aún está por verse si el poema del cómico alemán Böhmermann sobre el presidente turco llevará a una crisis diplomática parecida a la de 1987. Está claro que no es la primera ni la última vez que la sátira política provoca tensiones diplomáticas a nivel internacional.