Por culpa de la pandemia, 1,4 millones de personas con tuberculosis dejaron de ser atendidas en 2020. La tuberculosis mata a 1,5 millones de personas al año. Este 24 de marzo, la ONU recuerda la existencia de este mal.
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La tuberculosis (TB) mata a 1,5 millones de personas cada año, a pesar de que es curable y existe una vacuna para los niños. A pesar de ser una enfermedad prevenible y curable, la tuberculosis mató a 1,4 millones de personas en 2019, lo que la convierte en la enfermedad infecciosa más letal del mundo, por delante del VIH y la malaria. Alrededor de la mitad de las personas con TB se encuentran en ocho países del sur, pero en la mayoría de los países siguen detectándose casos de tuberculosis.
El 4 de marzo de 2021, la ciudad alemana de Krefeld anunció que un estudiante de 17 años había muerto de tuberculosis. En 2019, hubo 4.791 casos de tuberculosis en Alemania y 129 personas murieron a causa de la enfermedad, según el Instituto Robert Koch. En Venezuela, por otra parte, la ONG Una Ventana a la Libertad informó que las enfermedades, en especial la tuberculosis, fueron la primera causa de muerte en los Centros de Detención Preventiva del país durante 2020.
¿Qué es la tuberculosis?
La tuberculosis está causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis y suele afectar los pulmones, pero también otras partes del cuerpo. Se transmite por el aire cuando las personas con TB activa en los pulmones tosen, estornudan o escupen. No se transmite por compartir utensilios para comer, dar la mano, abrazar, tocar la ropa de cama, el inodoro compartido, mantener relaciones sexuales o tener contacto con la saliva al besar a alguien.
Normalmente se requiere un contacto estrecho y prolongado para infectarse. Se calcula que una cuarta parte de la población mundial está infectada por la bacteria de la tuberculosis, según la OMS, y solo entre el 5% y el 15% de estas personas desarrollan la enfermedad. La mayoría de los pacientes tratados durante unas semanas ya no son contagiosas.
El hacinamiento en los hogares y espacios, la desnutrición, el VIH, la drogadicción y la diabetes son algunos de los factores de riesgo de la tuberculosis. La tuberculosis puede estar latente y demorar años en activarse, cuando el sistema inmunitario se debilita.
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COVID-19 borra años de progreso
Mientras que los científicos han trabajado sin descanso para desarrollar vacunas contra el Sars-CoV-2, solo existe una vacuna eficaz contra la tuberculosis, el Bacilo de Calmette-Guérin (BCG). Se probó por primera vez en humanos en 1921. La vacuna BCG es bastante eficaz en los niños, pero no funciona tan bien en los adultos.
"La interrupción de los servicios esenciales para las personas con tuberculosis es solo un trágico ejemplo de las formas en que la pandemia está afectando de forma desproporcionada a algunas de las personas más pobres del mundo, que ya corrían un mayor riesgo de contraer la tuberculosis", dijo el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
A principios de marzo, Stop TB Partnership, un grupo de organizaciones que trabajan para acabar con la tuberculosis, publicó una investigación en la que se afirmaba que 12 meses de COVID habían borrado 12 años de progreso en la lucha contra la tuberculosis. Los datos procedentes de la India y Sudáfrica también muestran que las personas infectadas por la tuberculosis y el COVID-19 tienen una mortalidad tres veces mayor que las personas infectadas únicamente por la tuberculosis.
(jov/er)
Las epidemias en la literatura
Las enfermedades infecciosas no nacieron con el coronavirus. De hecho, están ancladas en nuestra memoria colectiva desde que autores como Boccaccio o Camus las usaron en sus argumentos. Acá presentamos esas novelas.
Siete mujeres y tres hombres dejan el campo rumbo a Florencia huyendo de la peste. Tan entretenidas como cruel es el comienzo son las siguientes 100 historias cortas del libro. Para pasar el tiempo, cada uno de los refugiados debe elegir el tema que debe abordar el relato del día. Fino o vulgar, trágico o cómico... todo ocurre en el teatro del mundo.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/O. Stadler
Tomás Moro: Utopía (1516)
Un marino descubre en una isla distante Utopía, una sociedad ideal. Entre sus habitantes impera la igualdad, rige la democracia y la propiedad es comunitaria. Digamos, lo contrario a la Inglaterra de la época. Y tampoco hay epidemias en Utopía. Después de todo, la peste azotó varias veces a Inglaterra. En la imagen vemos "Utopier", una adaptación libre presentada en la Ópera Semper de Dresde.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Hiekel
Francis Bacon: Nueva Atlántida (1627)
La isla utópica de Bacon se llama Bensalem, en la que se dice que viven los habitantes de la Atlántida perdida. Estos se distinguen sobre todo por su sed investigativa y amor por la ciencia. En "Nueva Atlántida" se anticipan algunos inventos, como el submarino, las turbinas eólicas y los audífonos. También en este lugar se impuso la cuarentena a los marinos extranjeros, para prevenir enfermedades.
En una mezcla de relatos de testigos y novela, Daniel Defoe describe los efectos devastadores que tuvo la gran peste que azotó Londres. Él mismo tenía cinco años cuando se desató la tragedia, y fue llevado al campo por seguridad. Defoe describe una ciudad en estado de emergencia: histeria, superstición, desempleo, saqueos y fraudes crean un escenario apocalíptico en una novela excepcional.
En "La peste", el protagonista, el doctor Bernard Rieux, describe cómo al comienzo solo algunas ratas, pero luego miles de ciudadanos del puerto argelino de Orán, ceden ante la peste. Al final; todos se ven afectados, tanto niños inocentes como hombres inescrupulosos. La muerte no perdona a nadie. La novela del Nobel de Literatura se está vendiendo ahora como pan caliente en Francia e Italia.
Imagen: Getty Images/P.Baz
Andrzej Szczypiorski: Una misa por la ciudad de Arras (1971)
Basada en hechos históricos, esta novela relata cómo los ciudadanos se desesperan por la peste, son víctimas del fanatismo religioso y pierden todo orden moral. El mismo autor sobrevivió al ataque contra Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, al Levantamiento de Varsovia y a Sachsenhausen. Si bien no lo explicita, estas experiencias parecen haberlo ayudado a dar forma a su libro.
Imagen: picture-alliance/MAXPPP/PHOTOPQR/Voix du Nord
Stephen King: Apocalipsis (1978)
Un virus mutado sale de un laboratorio de investigación militar y mata a casi toda la población de Estados Unidos. Solo unos pocos son inmunes y tienen que intentar sobrevivir en un mundo despoblado con una infraestructura colapsada. Se crean dos enclaves en torno a líderes carismáticos, que se dividen como "buenos" y "malos", tras lo cual se desata un enfrentamiento.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Ohlenschläger
José Saramago: Ensayo sobre la ceguera (1995)
De pronto, los habitantes de una ciudad que no se menciona pierden la vista. Por miedo a una infección, son trasladados a una clínica siquiátrica abandonada, donde son atendidos por un médico y su esposa, interpretados en la película que se realizó posteriormente por Mark Ruffalo y Julianne Moore. La situación empieza a escalar cuando los primeros recuperan la visión.