Viaja sin cesar, pero ahora tendrá que pasar mucho más tiempo en Berlín. No solo por los ensayos y los conciertos con la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín (DSO), de la que asume la titularidad durante la temporada 2012-13, sino porque sabe que la formación tiene en marcha muchos otros proyectos de los que le gustaría ser partícipe.

Sojiev conoce la singular posición que ocupa la DSO en la escena berlinesa. Su público es exigente en cuanto a estándares interpretativos, pero además desea que se lo estimule con nuevos retos musicales. Al igual que el propio Sojiev, no se conforma con el repertorio de siempre. Y la orquesta anda buscando siempre nuevos oyentes para sus conciertos.

Integrarse en todo un proyecto orquestal

Precisamente es ese uno de los aspectos que más le atrajo a la hora de asumir la titularidad de la orquesta. La DSO no quiere ser accesible para unos pocos, sino para todo el mundo. Organiza con frecuencia jornadas de puertas abiertas, tiene diversos programas pedagógicos y una serie de conciertos “informales” para jóvenes, que duran solo una hora, a precios muy asequibles. De todo ello desea ser partícipe Sojiev.

Durante su primera temporada en la dinámica capital alemana, no dirigirá otras formaciones berlinesas. Sojiev ha planificado cuidadosamente el concierto de apertura de la temporada . Llevará como título “América” e incluirá obras de Stravinski, Copland y Rachmaninov. De este último sonará la Tercera Sinfonía, escrita por el compositor ruso para la Orquesta de Filadelfia.

Formación soviética, inspiración global

El director es consciente de que, asumiendo la titularidad de la DSO, se integra dentro de un proyecto global. De los siete titulares con los que ha contado la formación a lo largo de sus más de 60 años de existencia, solo uno de ellos fue alemán, Ingo Metzmacher. El carácter internacional de la orquesta resulta especialmente estimulante para Sojiev, cuya carrera partió en la Unión Soviética, pero se desarrolla hoy por todo el mundo.

Además de actividades con numerosas orquestas internacionales y la próxima titularidad de la DSO, Sojiev continúa llevando la batuta de la Orquesta del Capitolio de Toulouse, en Francia. El director, procedente de la región de Osetia del Norte, está especialmente orgulloso de su formación en su país natal. Sus años de educación superior transcurrieron en San Petersburgo, durante los años en que el antiguo régimen se desmoronaba. Defiende con vehemencia la excepcional calidad de la enseñanza recibida, remarcando además que fue gratuita y lo sigue siendo.

Es muy consciente de la tradición musical de su país, tanto en el terreno interpretativo como en el de la composición. En ese sentido, Sojiev, que muy joven comenzó a viajar por todo el mundo, desea convertirse en un eslabón más de la cadena, difundiendo la música menos conocida de compositores rusos.

Prokofiev

Si hay uno con el que se siente especialmente identificado, ése es Sergei Prokofiev. Parte de la programación de la DSO de la próxima temporada estará dedicada a él. “Creo que una obra tan poderosa como Iván el Terrible mostrará lo mejor de este compositor y por qué me encanta su música”, dijo en declaraciones para DW.

“Prokofiev es un reto mental”, continúa Sokiev. “Hay que trabajar duro, volverte el cerebro del revés, para comprender su música. Por otra parte, es uno de esos compositores, como le sucedía a Rachmaninov, capaces de escribir música muy hermosa. La gente dice a veces que Prokofiev no era muy lírico, pero creo que escribió alguna de la mejor música melódica. Es cuestión de acostumbrarse a ella”, concluye.

Autora: María Santacecilia
Editora: Emilia Rojas