“El turismo es una de las vías más rápidas para ganar dinero y crear empleos”. No lo dijo un empresario hotelero, sino el jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner. Y no se refería, desde luego, a las ganancias que esta actividad puede reportar a las agencias de viaje u otras empresas del sector, sino a las posibilidades que ofrece el turismo como factor de desarrollo en el Tercer Mundo.

Ecosistema turístico

¿Qué tiene esto que ver con el tema ecológico? Pues mucho: la naturaleza suele constituir el principal atractivo turístico de muchas regiones del mundo y los daños ecológicos amenazan, en consecuencia, con dañar importantes fuentes de ingresos. Otro ejemplo: el cambio climático, según los expertos, alterará las actuales coordenadas del flujo turístico. En Europa, por ejemplo, se estima que en el futuro los países del Mediterráneo podrían volverse demasiado calurosos como para pasar unas vacaciones placenteras. Los veraneantes optarían, en tal caso, por las costas del Báltico o el Mar del Norte, actualmente poco codiciadas por lo esquivo del sol en esas latitudes.

De acuerdo con un estudio presentado en la Bolsa Internacional de Turismo (ITB), que acaba de inaugurarse en Berlín, son precisamente los países en desarrollo los que ofrecen un mayor potencial de crecimiento a esta industria, que también está prestando cada vez más atención al cuidado del medio ambiente. “La lucha contra el cambio climático y la mitigación de la pobreza son dos objetivos complementarios”, afirmó en este contexto el subsecretario general de la Organización Mundial de Turismo de las Naciones Unidas, Geoffrey Lipmann.

Creatividad eco-empresarial

Algunas empresas del sector enfrentan la nueva situación con iniciativas dirigidas a calmar la conciencia ecológica de los viajeros. Por ejemplo, el consorcio alemán Thomas Cook ofrecerá en breve a sus clientes la posibilidad de hacer una donación destinada a proyectos para evitar la emisión de gases de efecto invernadero. Para tal fin, la empresa colabora con la organización Atmosfair.

Otro gigante del ramo, Tui, brinda desde noviembre a los pasajeros de TUIfly la opción de pagar una suma adicional para compensar las emisiones de CO2. Según se dio a conocer en la ITB, en el futuro cualquier viaje de TUI ofrecerá la posibilidad de efectuar donativos, por un monto mínimo de 2 euros. El consorcio turístico aportará a su vez 50 centavos adicionales por cada donativo, que se destinarán a la fundación ecológica Myclimate.