El famoso Valle de la Muerte, ubicado al oeste del estado estadounidense de California, recibe su nombre por ser uno de los lugares más desérticos del planeta y por registrar temperaturas tan extremas que pocas especies tienen chances de sobrevivir allí.

Sin embargo, el valle está vivo ahora: las lluvias registradas en los últimos seis meses han sido tan intensas que han formado un enorme lago temporal de 9,5 kilómetros de largo y 5 kilómetros de ancho, el cual ha sido utilizado por visitantes y habitantes de la zona para diferentes actividades.

Deportes acuáticos y baño

El lago Manly, que alguna vez cubrió gran parte del Valle de la Muerte y se secó hace miles de años, tiene ahora suficiente agua para que los turistas puedan nadar, bañarse, andar en kayaks, paddle boards o pequeños botes.

La cantidad de lluvia que ha caído en el lugar es más del doble de lo que normalmente cae en el valle en un año. Por eso, se trata de un "evento extremadamente raro. Normalmente, la cantidad de agua que fluye es mucho menor que la tasa de evaporación", según cuenta la guarda del parque Abby Wines.

El lugar más seco de EE. UU.

El agua de las lluvias se acumuló en la zona llamada Badwater Basin, que es el lugar más seco en Estados Unidos y el punto más bajo de Norte América, con 85,5 metros debajo del nivel del mar.

En verano, el Valle de la Muerte puede registrar sofocantes temperaturas de más de 40 grados Celsius. En 2022, la sequía era tan extrema que incluso los arbustos de creosota, una de las plantas más resistentes a las sequías, estaban muriendo.

"Al ver la reformación del lago me quedé sin palabras. Es prácticamente el lugar más extremo al que se puede ir en julio (verano). Es de otro mundo verlo en estas condiciones", dijo al The Washingtong Post (TWP) la científica Naomi Fraga, directora de conservación del Jardín Botánico de California.

No durará por mucho

En agosto del año pasado, las lluvias también provocaron la formación de un lago en el Valle de la Muerte. Sin embargo, el huracán Hilary que le prosiguió destruyó los caminos hacia el parque nacional, por lo que nadie podía visitarlo.

Los especialistas aseguran que el lago Manly no durará por mucho, por lo que los turistas solo podrán remar o nadar por algunas semanas. Cuando las temperaturas aumenten, se volverá a secar por completo.

Reflexiones sobre el cambio climático

Eventos como estos despiertan asombro, pero también reflexión sobre los efectos del cambio climático: "Este desierto está anunciando su vitalidad", señaló al TWP Mason Voehl, experto en ética medioambiental de la organización sin fines de lucro Amargosa Conservancy.

"Va a haber muchas primeras veces en nuestra vida. La mayoría van a ser un poco aterradoras, y un puñado de ellas -como esta- van a ser bastante extraordinarias. Creo que tenemos la obligación de deleitarnos con estos (eventos) tan profundamente, tan a menudo y en tantos lugares como podamos cuando se nos presentan estas oportunidades. Francamente, ese es el mejor alimento", reflexiona Voehl arriba de kayak que flota sobre el lago.

Editado por José Urrejola