El número de muertos que dejó el accidente minero ocurrido el martes (13.5.2014) en la ciudad de Soma –el más grave en la historia de Turquía– ha aumentado a 301. El ministro turco de Energía, Taner Yildiz, informó que 485 mineros fueron rescatados con vida, pero ese anuncio no ha contribuido a disipar las tensiones que generó el siniestro. Los ánimos siguen caldeados tras los enfrentamientos del viernes (16.5.2014) entre la policía y los manifestantes que atribuyen al Gobierno parte de la responsabilidad por lo ocurrido.

Dadas las dimensiones del accidente y el trágico saldo del mismo, muchos le reprochan a las autoridades el no haber ordenado controles de seguridad más severos en la mina. Las investigaciones continúan para determinar la causa del incendio que hizo colapsar la infraestructura de la mina, interrumpiendo el servicio eléctrico, inhabilitando los ascensores, sellando los dispositivos de ventilación y atrapando bajo tierra a cientos de hombres. El administrador de la mina negó que una negligencia de la empresa haya propiciado el siniestro.

Testigos presenciales dijeron que entre cincuenta y cien personas se negaron a disolver una concentración en Soma. Tras un enfrentamiento verbal, la policía habría golpeado y detenidos a algunas de ellas. Para este sábado (17.5.2014) está convocada en Estambul una manifestación contra el Gobierno, en respuesta a los excesos en que incurrieron las fuerzas de seguridad este 16 de mayo a la hora de dispersar a una multitud en Soma; la policía arremetió con cañones de agua, gases lacrimógenos y balas de goma.

Las prácticas represivas de este viernes (16.5.2014) causaron aún más indignación que otros casos de brutalidad policial porque se supone que entre los manifestantes había dolientes embargados por la rabia y la impotencia. Se teme que las protestas de este 17 de mayo se vean intensificadas por el rumor de que el primer ministro Recep Tayyip Erdogan abofeteó a un hombre que lo había abucheado. Se dice que el altercado fue capturado en video, pero el movimiento de cámara es tan rápido que no se puede ver con claridad si Erdogan agredió a su adversario físicamente o no. El partido del mandatario, AKP, rechazó las acusaciones.

ERC ( dpa / Reuters )