Turquía: acuerdo con UE ha reducido la llegada de refugiados
30 de marzo de 2016
Un miembro del Gobierno recordó que Turquía acoge a 2,7 millones de refugiados sirios, a los que ofrece alojamiento, comida y cuidados médicos, una atención que ya le ha costado al país casi 9.000 millones de euros.
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El ministro turco de Exteriores adjunto, Ali Naci Koru, dijo hoy (30.03.2016) que el reciente acuerdo alcanzado con la Unión Europea para evitar la entrada masiva de refugiados e inmigrantes a territorio comunitario ha tenido el efecto esperado y los cruces del Mediterráneo se han reducido drásticamente.
"Hace sólo unas pocas semanas los cruces del Mar Egeo eran de 6.000 por día. Desde que comenzamos a elaborar el acuerdo, estas cifras se redujeron paulatinamente, y desde el 20 de marzo hemos alcanzado cifras de tres dígitos, con 300-400 cruces por día", indicó el ministro.
Estos datos que presentó Naci Koru, sin embargo, contrastan con las informaciones que maneja la agencia Associated Press (AP), que asegura que en las últimas horas, y a diferencia de lo ocurrido en los últimos días, el flujo de refugiados y migrantes que llegan a las islas griegas ha aumentado. AP habla de “cientos” de migrantes. Según la agencia, y haciéndose eco de los datos publicados ayer por el gobierno griego, 766 personas habrían llegado a las islas de Lesbos, Samos, Chios y Kos en las últimas 24 horas.
Este aumento de las llegadas se debería, según los expertos, al mal tiempo sufrido en el Egeo durante los últimos días.
Foro organizado por ACNUR
El año pasado, más de un millón de refugiados cruzaron el Egeo huyendo del conflicto y de una vida de subsistencia en los países vecinos a Siria. El diplomático turco participa hoy en un foro internacional organizado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para impulsar la reubicación y asentamiento en terceros países de refugiados sirios que actualmente sobreviven en Oriente Medio.
Durante el evento, Koru se congratuló del acuerdo alcanzado por la UE, que establece que Ankara deberá evitar los cruces del mar Egeo y Grecia deberá expulsar a Turquía a toda persona que llegue de forma irregular a su territorio.
"Estoy convencido que si las dos partes implementan el acuerdo veremos asentamientos pronto", afirmó el ministro adjunto.
Koru recordó que Turquía acoge a 2,7 millones de refugiados sirios, a los que ofrece alojamiento, comida y cuidados médicos, una atención que ya les ha costado 10.000 millones de dólares.
"De los 700.000 niños en edad escolar, damos educación a 400.000, pero nos faltan escuelas y profesores para poder ofrecer educación a todos", explicó el diplomático.
Además de Turquía, el Líbano, con una población de cuatro millones de habitantes alberga a un millón de refugiados sirios; en Jordania viven 600.000; 250.000 en Irak y 120.000 en Egipto.
El ministro dijo que "proximidad no significa exclusiva responsabilidad" y pidió a la comunidad internacional que "comparta la carga" y asuma un programa robusto de reubicación de refugiados.
JC (EFE, AP)
El campo de refugiados de Moria
Los refugiados que llegan a Lesbos son enviados a Moria, para ser registados. Debido a las largas colas, las malas condicios higiénicas y la falta de recusos, algunos lo consideran el peor campo de refugiados del mundo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Refugiados y refugiados
Al llegar a Lesbos, los refugiados son separados. Los sirios son enviados al campo de Kara Tepe, donde la mayoría dispone de un alojamiento sólido. Los de otras nacionalidades son llevados al campo de Moria, el primer centro para el registro de personas que dejaron sus países huyendo de la miseria. Allí, los refugiados duermen en carpas o a la intemperie, a la espera de poder viajar a Atenas.
Imagen: DW/D. Cupolo
Demasiada gente
El hacinamiento causa a menudo fricciones, como en esta cola para la comida. De acuerdo con un informe de la ONU, el campamento fue concebido para 410 personas. Sin embargo, hay allí entre 2000 y 4000 refugiados, dice Fred Morlet, que coordina el trabajo de los voluntarios en Lesbos. "Desde el principio faltaron recursos y ahora éste se ha convertido en el peor campo de refugiados del mundo".
Imagen: DW/D. Cupolo
Escasez de alimentos
Ramona Brongers, fundadora de la fundación Live for Lives, comenzó a trabajar con su ONG en Moria después de haber visto un llamado de auxilio en internet. "Preparamos 1.500 raciones al día, pero nunca basta para dar comida a todos", cuenta. Y agrega: "Ayudamos como podemos, pero los problemas son enormes y las organizaciones más grandes no asumen la responsabilidad".
Imagen: DW/D. Cupolo
"Dormir entre la basura"
Brongers relata que sus 36 voluntarios se vieron superados por las labores de aseo y recolección de desperdicios. "Mire a su alrededor, la gente duerme en la basura", dice Brongers. Acota que "es imposible mantener este lugar limpio; siempre estamos al borde de una epidemia". Hace poco se reportó un brote de sarna en el campo de Kara Tepe.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falta de motivación
Morlet reprocha la actitud de los encargados del campamento. "Los funcionarios todas luces no está motivados y a veces no vienen a trabajar, lo que implica que los refugiados no son registrados, mientras sigue llegando más y más gente. Dos horas de dilación significan un desastre humanitario".
Imagen: DW/D. Cupolo
Caminante descalzo
"Caminé de Pakistán a Turquía sin zapatos", dice Fiaz Uddah (al centro), quien espera que llamen su número. "Dormimos así, en estas cajas de cartón. No tenemos mantas", dice por su parte su amigo Israr Ahmed. Y añade: "Hacemos esto porque no queremos que nuestros hijos vivan como nosotros".
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Quién decide?
Arshid Rahimi, un afgano veinteañero de Ghazni, dice que su madre lo forzó a partir después de que su padre y su hermana fueran asesinados durante un ataque talibán contra una escuela cercana a su casa. "Mi vida se veía amenazada por los talibán, pero aquí la gente dice que he venido por razones económicas", señala, y pregunta: "¿Quién decide si soy un refugiado o no?"
Imagen: DW/D. Cupolo
"Se parece a Guantánamo"
Algunas familias pueden quedarse en las carpas de Moira, que son escasas, pero Morlet compara el campamento con una prisión. "Con cercos y alambrada de púas, se parece a Guantánamo", comenta. No obstante, predice que el número de refugiados no se reducirá. "Hay quienes dicen que el invierno los frenará, pero el mar es más calmado en invierno", apunta.
Imagen: DW/D. Cupolo
En manos de Dios
"Cuando estaba a bordo del bote en que vine hacia acá, en medio del océano, comprendí que estamos solos, en las manos de Dios", dice Pejman Usefi, un afgano que vivía en Irán. "Si Dios decide salvarte, entonces te salvarás. Así es como veo mi situación en este campamento".