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Turquía critica con dureza a Israel

Daniel Bellut | Hilal Köylü
18 de mayo de 2021

La violencia entre Hamás e Israel parece interminable. Detractores del presidente turco Recep Tayyip Erdogan creen que echa leña al fuego para presentarse como líder islámico y ganar popularidad a nivel nacional.

Türkei l Präsident Recep Tayyip Erdogan
Imagen: picture-allliance/AP/B. Ozbilici

Mientras muchos gobernantes actúan de la manera más diplomática posible con respecto al conflicto en el Cercano Oriente, pidiendo a ambas partes que contribuyan a la desescalada de la situación, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha adoptado una postura clara, como ha hecho a menudo en ocasiones recientes: describe a Israel como un "Estado terrorista" e "inmoral". Y critica a sus aliados. Por eso, ahora también se ha enfrentado con Austria, pues las banderas israelíes ondean en los edificios gubernamentales en Viena. "Maldigo al Estado austríaco", sentenció Erdogan.

El hecho de que el presidente turco simpatice con la otra parte del conflicto y mantenga un estrecho contacto con la organización terrorista islámica radical Hamás no es nada nuevo. Sin embargo, la opinión pública turca tenía recientemente la impresión de que Ankara estaba acercándose a Israel. A pesar de los numerosos descarrilamientos retóricos que Erdogan profesaba con regularidad contra Israel, entre ambos países tuvieron lugar conversaciones con más frecuencia. Impulsaron, por ejemplo, el comercio: las exportaciones a Israel aumentaron continuamente en los últimos años.

La violencia en el conflicto palestino-israelí va en aumento.Imagen: Ammar Awad/REUTERS

El fin del acercamiento

Sinan Ülgen, director del Centro de Estudios Económicos y de Política Exterior (EDAM) en Estambul, coincide en que últimamente había señales de reconciliación. Ankara ha intentado hace poco normalizar las relaciones con Israel, "así que la escalada y las tensiones en Jerusalén Este, no podrían haber llegado en peor momento para Turquía", afirma Ülgen.

Muchos observadores, incluido Ülgen, suponen incluso que Ankara habría intentado mediar entre Israel y los palestinos. Se mantuvieron conversaciones periódicas, no solo con la Knéset, sino también con los líderes palestinos.

En septiembre de 2020, por ejemplo, representantes de las dos principales organizaciones palestinas Fatah y Hamás se reunieron, con mediación del Gobierno turco, para intentar resolver la disputa de quince años de duración entre ambas organizaciones.

Netiqueta: una invitación al diálogo

Ankara busca liderazgo en el mundo islámico

"La mediación activa entre Hamás e Israel y la creación del diálogo habría sido una iniciativa con un gran valor añadido para Turquía", concluye Ülgen. Pero ahora que Erdogan ha lanzado una campaña contra Israel, es difícil continuar con este proceso. "En este marco, en el que el nivel de tensiones es muy alto, parece imposible de todos modos iniciar nuevas negociaciones de paz entre Israel y los palestinos", sentencia por su parte Oytun Orhan, del Centro de Estudios de Oriente Medio.

En estos momentos, Ankara está más alejada que nunca del papel de mediador. El Gobierno turco parece haber apostado por un papel completamente diferente: el ministro de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, se dirigió a la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), a la que pertenecen 56 países musulmanes, y subrayó el papel de Turquía como modelo a seguir. "La comunidad islámica (Umma) espera que nosotros la guiemos".

Al analista turco de política exterior Aydın Sezer no le sorprende que el partido gobernante conservador islámico AKP prefiera echar leña al fuego. Erdogan siempre está tratando de satisfacer a la base islámica de su partido: "El Gobierno tuvo que reaccionar así (en este conflicto), sobre todo por razones políticas internas". La normalización de las relaciones con Israel no fue bien recibida por la base del AKP, advierte Sezen.

Sinan Ülgen, experto turco en política exterior.Imagen: S. Ülgen

Ankara: aislada en términos de política exterior

El presidente turco a menudo recurre a la retórica religiosa o nacionalista para movilizar a su base electoral. Las encuestas muestran que Erdogan y el AKP han perdido recientemente gran parte de su popularidad entre la población. Opositores y críticos lo acusan de polarizar y utilizar una retórica dura para distraer de problemas como la fallida gestión del coronavirus y la prolongada crisis económica.

Aunque la retórica islamista del Gobierno turco sea bien recibida por el electorado del AKP, el punto es si el mundo musulmán desea el liderazgo turco. Las relaciones bilaterales son difíciles no solo con Israel: Turquía se encuentra actualmente aislada en todo el Medio Oriente, y países árabes como Egipto y Arabia Saudita también se han alejado de Ankara. (rmr/rml)

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