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Turquía: lucha de poder entre viejos amigos

Dana Alexandra Scherle (ERC)25 de diciembre de 2013

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, está bajo presión debido a un escándalo de corrupción que puede haber sido desvelado por los seguidores de su exaliado, el imam Fethullah Gülen. ¿Quién es este hombre?

Fethullah Gülen (izq.) y Recep Tayyip Erdogan.
Fethullah Gülen (izq.) y Recep Tayyip Erdogan.Imagen: picture-alliance/dpa/AP

El escándalo de corrupción que sacude al actual Gobierno de Turquía dejó al descubierto el enfrentamiento ideológico y personal entre el primer ministro de ese país, Recep Tayyip Erdogan, y su exaliado Fethullah Gülen, un clérigo que vive en Estados Unidos y al que se le atribuye una influencia tan grande como silenciosa sobre las cúpulas de la policía y la judicatura turcas. Ahora abundan quienes analizan las manifestaciones antigubernamentales que han azotado a Turquía durante meses en el marco de esa conspicua disputa.

En mayo de 2013 surgió un movimiento de protesta que acusaba a Erdogan de gobernar autoritariamente y de subvertir el legado secular del fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk. Y sus opositores volvieron a tomar las calles este martes (24.12.2013) en un gesto que puede ser interpretado como respaldo a las investigaciones judiciales que sorprendieron y obligaron a renunciar a varios ministros. Pero, ¿quién es y qué tiene que ver Fethullah Gülen con la crisis más seria jamás enfrentada por el hombre fuerte de Ankara?

Gülen es un imam nacido en Erzurum, Anatolia, en 1941. En 1999 viajó a Estados Unidos por motivos de salud y decidió no regresar a su país, pese a lo cual no ha dejado de tener injerencia sobre la vida nacional turca. Su elocuencia como predicador le granjeó admiradores y oportunidades de ascenso, pero también lo puso en la mira de los militares detrás del golpe de Estado de 1971, quienes lo arrestaron por “actividades religiosas reaccionarias”, cuenta Günter Seufert, investigador de la Fundación Ciencia y Política (SWP) de Berlín.



Un movimiento influyente

A finales de los setenta fundó el primer centro educativo privado alineado con sus enseñanzas, germen de lo que hoy es llamado el “movimiento Gülen”. A juicio de Gülen, los musulmanes deben ofrecer resistencia al “declive de la moralidad” en la sociedad, jerarquizando valores tradicionales como la fe y la familia por encima del individualismo moderno, pero siempre respetando las estructuras existentes del Estado secular. En Estados Unidos, el “movimiento Gülen” es visto como una “corriente reformista del Islam proclive a la educación secular y al diálogo interreligioso”, explica Seufert.

Aunque el “movimiento Gülen” alcanzó su cénit en la década de los noventa, éste ya llevaba años contribuyendo a formar una nueva élite moderadamente conservadora con base en esos valores. “Miembros de esa élite están implementando sus políticas en la Justicia, la policía y la institución castrense”, dice el experto del SWP, añadiendo que su meta es debilitar al Gobierno de Erdogan. El “movimiento Gülen” se siente amenazado por el autoritarismo, el conservadurismo duro y el talante cada vez más religioso del primer ministro.

Hay quienes dicen que su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), de corte islamista, no habría ganado tres comicios consecutivos sin el apoyo del carismático Gülen y sus seguidores. Pero eso no ha impedido que la relación entre ellos se agriara. Aunque Erdogan se ha cuidado de no mencionar el nombre de Gülen, los profundos desencuentros entre ambos se hicieron evidentes en noviembre de 2013, cuando el primer ministro aprobó un plan para abolir los centros de enseñanza administrados por el movimiento Hizmet de Gülen.



Un Gobierno debilitado

Quizás sea exagerado sostener que el Gobierno de Erdogan está en inminente peligro debido a su discordia con Gülen y sus acólitos. Pero ese enfrentamiento podría afectarlo negativamente en las elecciones locales que se celebrarán en marzo de 2014. Mientras tanto, lo más probable es que el primer ministro se empeñe en neutralizar a tantos enemigos como pueda. Erdogan ya sugirió que los impulsores de la investigación de los casos de corrupción no dormirán tranquilos.

“Quienes lanzan acusaciones contra mis ministros para alcanzar sus sucios objetivos deben saber que este país va a arruinar su juego. Vamos a quebrarles manos si tratan de poner trampas en esta nación”, declaró Erdogan el pasado domingo (22.12.2013). Pese a todo, a la mayoría de los turcos le interesa poco la lucha de poder entre Erdogan y Gülen. El gran tema es la corrupción en sí misma. “El escándalo de corrupción ya está debilitando a Erdogan y a su partido”, alega Seufert.

Guler y Caglayan, los primeros ministros de Erdogan en dimitir por el escándalo de corrupción.Imagen: Reuters
Ahora abundan quienes analizan las protestas de los últimos meses en el marco de la disputa Erdogan-Gülen.Imagen: AFP/Getty Images
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