"Turquía es un país civilizado y merece pertenecer a la Unión Europea", dijo hoy desde Düsseldorf el presidente de la Asociación renana de Migrantes a DW-WORLD, Tayfun Keltek. La presidencia rotativa de la Unión Europea realiza una cumbre estos 12 y 13 de diciembre en la capital danesa de Copenhage para definir la aceptación de 10 países del oriente europeo y la probable fijación de una fecha para la entrada de Turquía.

Turquía, aunque tiene una mayoría islámica, guarda por constitución las normas de un Estado laico. Keltek considera que la nominación de Turquía, junto a la fijación de una fecha para su inclusión a la UE sería "un hecho positivo no sólo para Turquía en sí, sino también para la comunidad turca migrante en Europa". El presidente de la Asociación renana de Migrantes recalcó que así "los derechos civiles de los migrantes turcos que son por lo demás, contribuyentes del fisco en los diferentes países europeos, podrán, al fin, ser reconocidos". Keltek se refiere en concreto al derecho a votar a nivel comunal y recalca que de esta forma "los migrantes podrán contribuir mejor a la vida en común". La comunidad turca en Alemania compone la mayoría de los migrantes en este país. Según la Oficina federal de Estadística, en Alemania viven 1.947.938 ciudadanos turcos.

Turquía podría ser ejemplo para mundo islámico

Desde la reforma social, política y religiosa del líder turco Ata Türk "Turquía está empeñada en aplicar los valores democráticos", agregó el representante. Keltek calificó de "doble moral" la posición de varios Gobiernos europeos rehacios a aceptar a Turquía como país miembro de la UE. En la cacareada y omnipresente lucha contra el terrorismo Turquía podría jugar un papel importante, como lo destaca Tayfun Keltek. "Sería más efectivo que Turquía sirviera como una sociedad ejemplar para el mundo islámico agobiado por el radicalismo a que sea aislada por la misma Europa", advirtió Keltek que concluyó diciendo que "un aislamiento de Turquía sólo reforzaría los prejuicios a ambos lados".

Más respeto a los Derechos Humanos

Por otro lado, en la misma Ankara, capital de Turquía, el primer ministro turco Abdullah Gül rechazó, categóricamente, la propuesta germano-francesa de que su entrada a la UE sea ejecutada a partir del 2005. Gül basó su argumentación en que para ese entonces ya no serán 16 países los que decidan sobre su futuro sino 26. Lo que, evidentemente, complaría aún más las cosas. Antes de entrar en negociaciones, la UE exige de Turquía más progresos en el proceso democrático y de defensa y respeto de los Derechos Humanos.