En una auténtica caza de brujas desatada tras el golpe de estado fallido del 15 de julio ha detenido a más de 40.000 personas. Incluso ha tenido que liberar presos para dejar sitio en las cárceles.
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El primer ministro Binali Yildirim afirmó en una entrevista televisiva en la noche del miércoles (17.08.2016) que Turquía detuvo a 40.029 sospechosos desde el fallido golpe del 15 de julio. Según Yildirim, 20.355 personas fueron enviadas a prisión preventiva, entre los que había policías, soldados, funcionarios de Justicia y de la administración, así como civiles. Actualmente hay 5.187 detenidos y casi 80.000 empleados públicos fueron suspendidos.
El primer ministro anunció que el Gobierno continuará con la "campaña de limpieza" contra seguidores del movimiento del clérigo Fetullah Güllen, al que acusan de estar detrás del golpe y cuya extraditación han pedido a las autoridades de Estados Unidos, país donde vivie en el exilio desde 1999.
Además, unos 13.000 de esos funcionarios deberán devolver sus salarios de los últimos seis años por haber accedido a sus cargos en una oposición supuestamente manipulada por simpatizantes de Güllen. Según informa hoy el diario opositor "Cumhuriyet", los seguidores de Gülen habrían recibido de antemano las preguntas y respuestas del examen, efectuado en 2010. Los funcionarios afectados por esta decisión del gabinete deberán devolver sus salarios más intereses, lo que de media son unos 100.000 euros, asegura el diario.
Turquía ya anunció al mediodía que liberará a 38.000 prisioneros bajo una reforma penal para liberar sitio en unas cárceles que ya están superpobladas. El ministro de Justicia, Bekir
Bozdag, explicó que no se trata de una amnistía sino de una puesta en libertad condicional que beneficia a aquellos prisioneros que hubieran cometido actos delictivos, excluyendo los más graves, antes del 1 de julio.
La reforma es parte de una serie de medidas definidas en dos nuevos decretos bajo el estado de emergencia declarado después del fallido golpe de Estado del 15 de julio en el que murieron 240 personas, en su mayoría civiles. Los decretos, publicados en el Diario Oficial, también ordenaron el despido de otros 2.360 oficiales de policía, más de 100 efectivos militares y 196 empleados de la autoridad de tecnología de la información y comunicación.
LGC (dpa / EFE / Reuters)
La nueva Turquía
El 7 de agosto se organizaron concentraciones multitudinarias en ochenta ciudades turcas para condenar el fallido golpe contra el Gobierno; un punto y aparte en el proceso de exacerbación del culto en torno a Erdogan.
Imagen: DW/D. Cupolo
¡A la calle!
Durante la intentona golpista del 15 de julio, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó a sus simpatizantes a impedir que los militares derrocaran al partido gobernante, el AKP. El mandatario ha atribuido su permanencia en el poder a quienes salieron a apoyarlo en las calles, y, a lo largo de las últimas tres semanas, ha convocado a vigilias nocturnas para defender la democracia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Un aire de reivindicación
El 7 de agosto se organizaron las últimas concentraciones: dos millones de personas se manifestaron en Estambul y 10.000 en Ankara. En otras 78 ciudades, los seguidores del AKP –el primer partido de tendencia islamista en sobrevivir a un golpe– celebraron lo que a sus ojos es un triunfo sobre los cíclicos proyectos de derrocamiento y sobre una Constitución secular.
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Optimismo de cara al futuro
En el discurso que ofreció en Estambul, el presidente prometió “reconstruir a Turquía desde cero”. Lale Alici (que no aparece en la imagen), una agente de bienes raíces asentada en Ankara, ha asistido a todas las concentraciones pro-Erdogan. A su juicio, “el desarrollo de Turquía se acelerará cuando culmine la purga oficial porque los infiltrados ya no serán una carga para el país”.
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“Seremos una potencia”
Atalay no aparece en la foto y no quiso dar su nombre completo a pesar de que su declaración no lo compromete a los ojos del Estado. Al contrario: “Erdogan le está diciendo al resto del mundo que estamos aquí y que seremos una potencia. Y aunque no le guste, tendrá que aceptarlo. El mundo va más allá del G7”, dijo el diseñador de interiores.
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La exclusión del HDP
Aunque la concentración de Estambul fue descrita como un acto en defensa de la democracia, la participación del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) fue prohibida. “Como kurdo, yo no puedo asistir a esas manifestaciones porque no me siento seguro”, señaló Havva Ozcan (quien no aparece en la foto), codirector de Tuhad-Fed, una organización que defiende los derechos de los presos.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Socialismo temporal”
Según Ozcan, las concentraciones pro-Erdogan recibieron respaldo integral del Gobierno, mientras que otras manifestaciones han sido prohibidas. Los seguidores del AKP tuvieron acceso gratuito a agua y alimentos. De hecho, para estimular las movilizaciones, también el sistema de transporte público ha sido gratuito en Ankara y Estambul. “Esta es una suerte de socialismo temporal”, sostiene Ozcan.
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El auge de las redes sociales
Las redes sociales, bloqueadas durante las emergencias nacionales, han tenido un auge desde el golpe. La alocución de Erdogan via FaceTime fue memorable –y le fue políticamente útil–, pero ahora circulan hasta videos de Periscope que muestran episodios de violencia policial. Para la oposición, el Gobierno apenas tolera la actividad en las redes sociales porque le conviene en este instante.
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Lo que está en juego...
La actividad comercial se ha reducido. Algunos bares en el centro de Ankara han tenido menos clientes desde que empezaron las concentraciones pro-Erdogan. “Los negocios han sufrido, desde luego. Pero lo que está en juego va más allá del dinero”, admite Can, propietario de una taberna en Kizilay. “Estas manifestaciones son un indicio de que pronto vendrán cosas peores”.
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“Un entrenamiento”
Algunos perciben las concentraciones como una manera de consolidar la base de apoyo del AKP. Mohammed, un refugiado sirio que fue testigo del último golpe en Egipto y ahora vive en Turquía, dijo creer que las manifestaciones pro-Erdogan eran “un entrenamiento” para sus seguidores y que el presidente no tardaría en pedirles que se organicen contra grupos que su Gobierno desaprueba.
Imagen: DW/D. Cupolo
Rebautizando espacios públicos
Desde la plaza Kizilay de Ankara (la foto la muestra después del golpe fallido) hasta el puente sobre el Bósforo en Estambul, lugares prominentes a todo lo largo y ancho de Turquía están siendo rebautizados para honrar a quienes perdieron la vida durante la intentona. Ahora, quienes crucen del lado europeo de Estambul hacia el lado asiático lo harán transitado el puente “Mártires del 15 de julio”.