Turquía quiere más ayuda para afrontar crisis de refugiados
22 de enero de 2016
Las declaraciones del primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, se producen horas antes de la cumbre turco-alemana que tendrá lugar este viernes.
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El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, advirtió este viernes (22.01.2016) de que la ayuda por 3.000 millones de euros (unos 3.200 millones de dólares) que la Unión Europea ha prometido entregar a su país para gestionar la crisis de los refugiados puede no ser suficiente. "No estamos mendigando dinero de la UE, pero si hay una voluntad seria para compartir la carga, debemos sentarnos a discutir sobre todos los detalles de la crisis", dijo Davutoglu en una entrevista concedida a la agencia de noticia dpa en Davos. "Los 3.000 millones de euros solo sirven para mostrar la voluntad política de compartir esa carga", subrayó.
"Nosotros no exportamos ninguna crisis. La crisis ha sido exportada hacia Turquía. Ahora se ha convertido en una crisis europea. En Turquía tenemos a 2,5 millones de refugiados procedentes de Siria y a otros 300.000 de Irak", dijo el jefe de Gobierno turco, que asistió en la localidad suiza de Davos al Foro Económico Mundial. Según Davutoglu, Turquía ha gastado una cantidad equivalente a casi 9.000 millones de euros para afrontar la crisis de los refugiados. "Nadie puede esperar de Turquía que ella asuma sola toda la carga", insistió.
Respecto al conflicto con la milicia del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el primer ministro turco dejó claro que su Gobierno apuesta ahora más por una solución militar. "En ningún país democrático, un Gobierno puede tolerar la presencia de grupos armados y terroristas en varias zonas del país", argumentó Davutoglu. "Estas operaciones continuarán hasta que todas las poblaciones y ciudades estén libres de todos los grupos armados", aseguró. #
Cumbre turco-alemana
Este viernes tendrá lugar una cumbre entre Alemania y Turquía. El encuentro se produce diez días después del atentado terrorista registrado en el centro turístico de Estambul, en el que murieron diez ciudadanos de nacionalidad alemana. Junto a la lucha contra el terrorismo, Merkel confía en intensificar la colaboración de Turquía con la Unión Europea para frenar los flujos de refugiados.
La Comisión Europea ha reconocido que el plan de acción conjunto acordado por la UE y Turquía ante la crisis no está teniendo por el momento los efectos deseados. En la cumbre bilateral de este viernes participarán también los ministros de Exteriores, Defensa, Interior y Economía de ambos países.
MS (dpa/dlf)
La primavera turca
Enfrentamientos en las calles, heridos y muertos: desde hace dos semanas, miles de turcos se han manifestado en contra del régimen del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Y la historia no tiene un final a la vista.
Imagen: Getty Images
Alzados contra la violencia del Estado
Al menos cuatro muertos, miles de heridos y cientos de detenidos. Desde fines de mayo se acabó la tranquilidad en Turquía. Desde entonces se producen casi a diario choques entre los manifestantes y la policía: gases lacrimógenos y carros lanzaaguas, contra piedras y bombas molotov. Por momentos, las ciudades parecen zona de guerra.
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Manifestaciones masivas
"Estas protestas han mancillado la reputación de nuestro país". Eso declaró el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, defendiendo la dura represión policial. Incluso se refirió a los manifestantes como "marginados sociales". En esa ciudad han salido, a diario, más de 100.000 personas a expresar su descontento. Las protestas se han extendido también a otras localidades.
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Lucha contra la tala de árboles
Las protestas comenzaron como un movimiento de resistencia a un proyecto de construcción de un centro comercial en el Parque Gezi, que alberga a docenas de añosos árboles y se encuentra justo al lado de la plaza Taksim. Ese parque es uno de los últimos espacios verdes del centro de Estambul. Cuando comenzó la tala, los manifestantes levantaron un campamento para proteger el parque.
Imagen: Aris Messinis/AFP/Getty Images
Dura represión
Una dura respuesta ofrecieron las autoridades al campamento, que fue desalojado en un polémico operativo policial a finales de mayo. Las fuerzas de seguridad expulsaron a los pacíficos manifestantes con carros lanzaagua y gas pimienta. Esto generó un enorme malestar en la población.
Imagen: Reuters
Cientos de heridos
La policía intentó impedir que los manifestantes entraran a la plaza Taksim. Médicos turcos informaron que solo el 31 de mayo cientos de personas quedaron heridas, algunas de las cuales incluso perdieron la vista. Eso enardeció aún más a los ciudadanos, que comenzaron a ver cómo cada vez eran más quienes llegaban a protestar contra el gobierno.
Imagen: Reuters
Gobierno en la mira
El régimen de Erdogan está en el centro de las críticas. Su partido de corte islamista-conservador aplica políticas cada vez más autoritarias, en las cuales los manifestantes ven mayores restricciones legales a su libertad individual. Erdogan apoyó los planes de construcción en Estambul e ignoró las demandas de quienes estaban en las calles.
Imagen: Reuters
La chica de rojo
En una foto que circula en las redes sociales se ve a Ceyda Sungur, una funcionaria de la Universidad Técnica de Estambul, quien con su vestido rojo se ha convertido en un símbolo de las manifestaciones. En la escena, un policía le rocía, a corta distancia, su carga de gas lacrimógeno. Así como los expulsan, al día siguiente los manifestantes vuelven al mismo lugar, una y otra vez.
Imagen: Reuters
Policías en la niebla
La policía ha utilizado su arsenal más moderno para combatir el alzamiento ciudadano. Su accionar en distintas ciudades turcas ha sido cuestionado por el excesivo uso de la violencia, mientras funcionarios del régimen han detenido a personas acusadas de llamar a través de Twitter a participar en las marchas.
Imagen: picture-alliance/AP
Partidarios de Erdogan a la calle
A su regreso de un viaje por el norte de África, el primer ministro Erdogan recibió un contundente respaldo de sus partidarios, que lo fueron a esperar al aeropuerto de Ankara. En un discurso improvisado en el lugar, Erdogan advirtió que la paciencia se le estaba acabando. A su juicio, quienes protestan en su contra estarían trabajando "codo a codo con el terrorismo".
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Final abierto
Lo que comenzó como un movimiento para evitar la tala de árboles en un parque ha llevado a Turquía a sumarse a la lista de países de su región donde la ciudadanía ha salido a la calle a expresar su malestar. Por ahora no se ve un final para las manifestaciones.