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Turquía: ¿quo vadis?

Pablo Kummetz13 de septiembre de 2010

El referéndum constitucional en Turquía, en el se impuso la reforma propuesta por el actual primer ministro, Erdogán, da pie a comentarios encontrados.

Recep Tayyip ErdoganImagen: AP

The Independent, Londres: Erdogán es una persona religiosa, sin duda. Pero hasta ahora no existen pruebas de que tenga intenciones antidemocráticas. Todo lo contrario. La mayoría de las iniciativas del primer ministro turco, como por ejemplo las conversaciones con separatistas kurdos, fueron una clara mejora en comparación con la política de represión que aplicaron sus predecesores seculares. Gran Bretaña apoya desde hace tiempo el ingreso de Turquía a la Unión Europea, debido a sería un gran beneficio que Turquía estuviera más estrechamente unida a Occidente.”

La Stampa, Turín: “Con su victoria en el referéndum sobre la más delicada reforma constitucional en la historia moderna de Turquía, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan introdujo en el esquema militarista y autoritario de Turquía importantes elementos de apertura democrática. La reforma no es una pequeñez: marca el hundimiento de la herencia secular de Mustafá Kemal

Ataturk, el fundador de la República, y es un importante paso en el nuevo curso de Erdogán, que, así parece, se aleja crecientemente de Israel para acercarse cada vez más al Estado teocrático de Irán. Cuestiones como las relaciones con Europa o sobre el estatus de los kurdos quedaron sin respuesta. Algo es seguro: Turquía ha abierto un nuevo capítulo, pero aún quedan muchos otros. Cuándo, cómo y por quién serán abiertos es aún un interrogante.”

ABC, Madrid: Con la reforma constitucional aprobada ayer en Turquía, el primer ministro islamista Tayip Erdogán logra introducir importantes elementos de apertura democrática en el esquema militarista y autoritario que impuso el Ejército después del golpe de Estado de 1980, pero también elimina los últimos resquicios que preservaban la herencia laica del fundador de la República, Mustafá Kemal Ataturk. Respaldado por la victoria en el referéndum, Erdogán pasa a controlar todos los poderes del Estado: el Ejecutivo, la Presidencia de la República, el Parlamento —por mayoría absoluta— y, gracias a los mecanismos habilitados por su reforma, podrá intervenir a su antojo en el aparato judicial, que era el único que con la anterior Constitución estaba fuera de su alcance. (...) Erdogán ha obtenido carta blanca para transitar por caminos prohibidos hasta ahora. Lo que falta saber es por cuál de ellos quiere llevar al país, si prefiere seguir por la ruta liberal que le condujo a lograr el estatus de candidato al ingreso en la UE o si, en cambio, quiere continuar con gestos como la política de acercamiento al régimen teocrático iraní y reforzar su identidad islámica.

Rheinische Post, Düsseldorf: “Quien presente a los turcos un nuevo Contrato Social, civil y moderno, no puede despertar la impresión de que obra en interés propio. En ese sentido, Erdogán debería haber convocado una asamblea constitucional suprapartidaria para que ésta elaborara un proyecto de reforma de la Constitución. De esa forma hubiera impedido el cisma político.”

Autor: PK/dpa

Editor: Claudia Herrera