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Turquía: represión, desinformación y autocensura

12 de octubre de 2016

Dilek Dündar, esposa del periodista turco de oposición Can Dündar no puede visitar a su marido en Alemania debido a que le prohíben salir de su país. En entrevista con DW recomienda a su esposo no regresar a Turquía.

Dilek Dündar Ehefrau des türkischen Journalisten Can Dündar
Imagen: DW/A. E. Duran

El periodista turco Can Dündar, un crítico del régimen de Recep Tayyip Erdogan, fue acusado en su país de espionaje y traición a la patria y vive desde hace unos meses en Alemania. En Europa goza de gran apoyo y solidaridad. Este año fue nominado para el reconocido Premio Sájarov del Parlamento Europeo. La semana pasada, Dündar y su colega Erdem Gül recibieron también el Premio de Leipzig para la Libertad y el Futuro de los Medios de Comunicación. Su esposa, Dilek Dündar, no pudo acompañarlo porque le fue prohibido viajar y su pasaporte fue invalidado. Con DW habló sobre la presión a la que están expuestos los medios de comunicación turcos y sobre su situación familiar.

DW: Hay varios procesos judiciales abiertos contra Can Dündar en Turquía. ¿En qué etapa se encuentran?

Dilek Dündar: En la actualidad no existe ninguna orden de detención contra Can. En el marco del proceso contra el diario Cumhuriyet, que fue dividido en tres subprocesos, se denunció a Can de espionaje, pero posteriormente fue desvinculado. Debido a las acusaciones por revelar supuestamente secretos de Estado, Can fue condenado a cinco años de prisión. Este proceso se encuentra actualmente en el tribunal de casación. La otra acusación fue la supuesta ayuda que brindó a la organización de Gülen. Este proceso se vinculó con el de Enis Berberoğlus, político y ex jefe editor de Hürriyet. A pesar de que todavía no hay una sentencia para el caso de Can y de Erdem Gül, sus pasaportes fueron declarados nulos.

Su pasaporte también fue declarado inválido. ¿Le han explicado las autoridades la razón?

El último libro de Can salió a la venta recientemente en Alemania. Para ello se organizó una conferencia en Berlín y yo quería participar. En el aeropuerto recogí mi boleto de avión y dejé mi equipaje. Durante el control policial me preguntaron si había perdido mi pasaporte. Yo les dije que no y de pronto el oficial me dijo que mi pasaporte no era válido. Luego me llevaron a la comisaría. Tan pronto como se enteraron de que era la esposa de Can Dündar me dijeron: "Su pasaporte aparece en el sistema como "perdido ", por lo tanto queda confiscado". Entonces pregunté al Departamento de Policía de Estambul, por medio de mis abogados, cual era la razón para retener mi pasaporte. La respuesta fue: "Por seguridad nacional no es posible que abandone el país". Con mis abogados nos vamos a remitir ahora a una oficina superior, al Ministerio del Interior.

Como parte de las operaciones contra el movimiento Gülen, la prensa informó que se retuvo los pasaportes de las personas que tenían que ver con el movimiento. ¿También fue este su caso?

Mi situación es diferente. Esta práctica contra los miembros de las familias comenzó después del decreto de emergencia, que fue aprobado en septiembre. Sin embargo, mi pasaporte fue declarado inválido el 4 de agosto. De modo que mi pasaporte no fue anulado ni por ese decreto ni por la sentencia. Sin ningún tipo de base legal se me prohibió viajar al extranjero. Ahora vamos a esperar la respuesta del Ministerio del Interior. Solo me castigan porque soy la esposa de un periodista de oposición. Sé que hay actualmente una gran cantidad de gente que pasa lo mismo que yo. Pero, por desgracia, no es posible saber cuántas personas exactamente sufren esta injusticia.

Can Dündar, exdirector del diario Cumhuriyet, dejó Turquía y vive en la actualidad en Alemania.Imagen: DW/K. Akyol

La década de 1990 en Turquía es considerada como el período más oscuro de la historia. Usted trabajaba antes como periodista. ¿Cómo evalúa la Turquía de hoy, si se compara la situación actual con el pasado?

Es muy lamentable decirlo, pero antes se tenía la sensación de que había una luz al final del túnel. No quiero perder la esperanza, pero la situación actual me parece mucho más oscura que la de antes. Tengo la sensación de que Turquía está cayendo en la oscuridad. Sin justificación, periódicos, estaciones de radio y televisión están siendo cerrados. Hay personas detenidas por sus pequeños tweets. Por otro lado, los medios de comunicación no informan sobre la represión del Estado e incluso apoyan las acciones contra periodistas de la oposición. Hay una considerable cantidad de desinformación y de autocensura. Turquía es para mí como un tren que se está descarrilando.

Can Dündar se encuentra en Alemania y recientemente ha anunciado que no volverá a Turquía mientras rija el estado de emergencia. ¿Cómo ha tomado usted, como esposa, esta decisión?

Yo apoyo su decisión. Can no sólo tiene un problema legal en Turquía, su vida también corre peligro. Él sobrevivió a un intento de asesinato. En la actualidad, "traidores de la patria" es una expresión popular en Turquía. No estoy de acuerdo con que regrese a Turquía por ahora. Le he aconsejado que permanezca en Europa. Can es apoyado en Europa y especialmente en Alemania por la sociedad civil y por periodistas. Estamos muy contentos con esta solidaridad profesional. De modo que el Premio Leipzig nos ha dado mucha fortaleza.

Autor: Aram Ekin Duran (CT/PK)