Turquía: UE dará 348 millones euros a 1 millón de refugiados
8 de septiembre de 2016
Según la CE, está previsto que esta ayuda haya llegado a un millón de refugiados en el primer trimestre de 2017.
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La Comisión Europea presentó hoy (08.09.2016) un nuevo programa de ayuda humanitaria, el mayor en su género impulsado hasta ahora por la CE, dotado con 348 millones de euros procedentes de los 3.000 comprometidos por la UE para los refugiados en Turquía y que busca cubrir las necesidades básicas de un millón de estas personas.
En la ejecución de la iniciativa, conocida como "Red de Seguridad de Emergencia Social", colaborarán el Programa Mundial de Alimentos y la Agencia turca para la Gestión de Desastres y Catástrofes (AFAD), dijo el comisario. También participará el ministerio turco de Familia y Política Social.
El comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, explicó hoy en una rueda de prensa que la iniciativa se inscribe en el contexto del acuerdo entre la UE y Turquía para contener la inmigración irregular hacia Europa, y destacó la "excelente colaboración" de las partes en materia humanitaria.
Transferencias mensuales directas
Para facilitar que la ayuda, financiada por la Unión Europea (UE) y los Estados miembros, llegue a partir del próximo octubre a los refugiados más necesitados, se utilizará un "sistema innovador", consistente en transferencias mensuales directas, según un comunicado de la CE.
El Ejecutivo comunitario asegura que este tipo de pago permitirá apoyar de manera más "eficiente" a las familias de refugiados, para responder a sus necesidades a nivel de alojamiento, alimentación o educación.
Turquía acoge en la actualidad a cerca de tres millones de refugiados, de los cuales más del 90 por ciento vive fuera de campos de refugiados.
FEW (EFE, Reuters, AFP)
Inusual campo de refugiados en Grecia
En la península griega del Peloponeso existe un inusual albergue para refugiados. Myrto Papadopoulos fue hasta allí para conocerlo de primera mano.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Conexión con el exterior
Un adolescente navega al atardecer por Internet. Los celulares inteligentes suponen en la mayoría de los casos la única conexión de los refugiados con el mundo exterior.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Equipamiento básico
Estos bungalows alojan a ocho personas en dos dormitorios. En cada casa hay un cuarto de aseo y una cocina pequeña equipada con una cocinilla de camping y un fregadero, pero no hay agua caliente ni frigorífico.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Descansando
Ranee Mousa, de 27 años, posa con su bebé de 8 meses, nacido en Siria poco antes de que Renee y su esposo huyeran hacia Grecia.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Momento de paz y tranquilidad
Mujeres del campo llevan de paseo a un grupo de niños por las afueras del pueblo de refugiados. Antes de que comience la temporada turística en junio, los alrededores de Myrsini son relativamente tranquilos y poco frecuentados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Reflexionar sobre el futuro
Un grupo de hombres charla durante la puesta de sol en la playa a las afueras del campo de refugiados. En el campo viven menos de 60 hombres acompañados por sus mujeres e hijos.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un hogar lejos de casa
Mujeres y niños sentados bajo la luz del atardecer frente a los bungalows turísticos. En total, hay 340 habitantes en el pueblo, 209 de ellos tienen menos de 18 años y 69 son mujeres.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Vida de familia
Una mujer siria posa frente a su alojamiento con su bebé de 6 meses en brazos. Algunas mujeres del campo que ya tienen niños pequeños están de nuevo embarazadas.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Una bendición para la economía local
Tarek Alfelou acude junto a sus hijos Wedad, de 11 años, y Ziad, de 7, al pequeño supermercado de Myrsini, situado a una media hora a pie del campo. La ciudad ha experimentado un pequeño auge económico gracias a las compras de los refugiados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un rostro conocido
El alcalde de la ciudad de Andravida, Nabil-losif Morant, procede de Siria. Asegura no ser el único alcalde de origen no griego en Grecia y que la idea del campo fue suya. El consejo municipal la aprobó de forma prácticamente unánime.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Cultivo de fresa
Un trabajador de Bangladés en su granja de fresas, situada cerca del campo de refugiados. Muchos trabajadores de las granjas de la región son migrantes del sur de Asia sin papeles válidos. Durante la temporada de recogida de la fresa, reciben entre 22 y 25 euros por ocho horas de trabajo.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Ayuda local
Giorgos Aggelopoulos es un habitante de Myrsini que colabora como voluntario en el campo de refugiados y ha trabado amistad con algunas de las familias. Asegura que la oposición de la gente contra el pueblo de refugiados ha amainado considerablemente después de que los habitantes vieron que se trataba, sobre todo, de familias con niños.