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La minería es un sector económico importante para Turquía. El Gobierno vendió a comienzos de la década del 2000 muchas de las explotaciones. Cuanto más pequeñas las minas, peor el estado en el que se encuentran. Los mineros cavan ellos mismos las galerías para extraer el carbón. Trabajan por sueldos muy bajos, sin protección ni medidas de emergencia. Algunos pozos son ilegales, y por eso se mantienen ocultos los accidentes. Recep Tayyip Erdoğan, actual presidente de Turquía, prometió en uno de sus discursos presidenciales que haría lo posible por la seguridad de los mineros, pero lo cierto es que poco ha cambiado la situación de estos trabajadores.