La canciller alemana, Angela Merkel, expresó su inquietud por el fracaso de la tregua en Ucrania. El presidente de ese país instó a Occidente a presionar más a Moscú en lugar de levantar las sanciones impuestas a Rusia.
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Este lunes (30.1.2017), durante su visita a Berlín, el presidente de Ucrania, Petró , alertó sobre el recrudecimiento del conflicto en el este de su país entre el Ejército leal a Kiev y los separatistas prorrusos. Sin tapujos, Poroshenko instó a Occidente a presionar más a Moscú con miras a que retorne a la mesa de negociación con "suficiente argumentos” para poder "implementar completamente” el Acuerdo de Minsk. El mandatario ucraniano cree que es necesario sumar más sanciones a las ya impuestas sobre Rusia por el papel que ha jugado en la desintegración territorial de la exrepública soviética.
Ucrania: vivir en una región en guerra.
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Escaramuzas en Ucrania
Por su parte, la canciller de Alemania, Angela Merkel, se mostró preocupada por el fracaso de la tregua entre oficialistas y secesionistas prorrusos en Ucrania Oriental. "Acabamos de enterarnos de que el alto el fuego dejó de estar vigente hace algunas horas y de que hay soldados muertos”, declaró la jefa del Gobierno germano, aludiendo a los reportes de Poroshenko. Según el presidente ucraniano, cinco militares oficialistas murieron este domingo (29.1.2017) y doce resultaron heridos; este 30 de enero murieron dos y cinco más sufrieron lesiones tras los ataques de artillería perpetrados desde núcleos urbanos del Donbás controlados por rebeldes.
Poroshenko criticó a Moscú por no reaccionar ante las demandas de explicaciones de Kiev y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), encargada de verificar el cumplimiento del alto el fuego sobre el terreno. El presidente ucraniano insistió en que Estados occidentales con capacidad para discutir horizontalmente con Rusia persuadan a su presidente, Vladimir Putin, de propiciar el cumplimiento del Acuerdo de Minsk. Este pacto, sellado entre Kiev y Moscú a principios de 2015 con la mediación de Berlín y París, contempla la normalización de la situación de seguridad en el este de Ucrania.
Berlín promete apoyo a Kiev
A cambio, Kiev se comprometió a concederle mayor autonomía a la región y satisfacer otras exigencias políticas de los insurgentes prorrusos. La consumación del convenio de Minsk lleva meses bloqueado por las diferencias entre ambas partes: Kiev exige de antemano que se avance en el desarme de la zona de conflicto, mientras los rebeldes prorrusos demandan concesiones políticas por adelantado. Poroshenko cree contraproducente el debate actual en torno a las sanciones impuestas sobre Rusia –Estados Unidos quiere derogarlas y en la UE hay países mal dispuestos a prolongarlas– tras haber anexado la península ucraniana de Crimea a su territorio.
En Ucrania "creemos que las sanciones no sólo no deberían retirarse, sino que deberían reforzarse”, dijo Poroshenko en Berlín. Merkel reiteró que, a su juicio, las negociaciones entre Moscú y Kiev con la mediación franco-alemana son "el camino correcto” para lograr la "estabilidad política” y preservar la "integridad territorial” de Ucrania "pese a la persistente resistencia”. Asimismo sostuvo que Alemania hará "todo lo posible” para que el Acuerdo de Minsk salga adelante. La canciller prometió que su país se mantendrá "al lado” de Ucrania, tanto para la resolución de esta crisis política como para afrontar sus problemas económicos, que han derivado en la aplicación de un "difícil programa” del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Merkel aplaudió la puesta en marcha de reformas en Ucrania y se alegró de que la economía siga creciendo en este país de Europa del Esta pese a encontrarse en "tiempos duros".
ERC ( EFE / dpa / AFP )
Ucrania: la vida entre los bandos de guerra
Entre el fuego de los morteros, miles de personas mayores y ciudadanos empobrecidos continúan viviendo entre los bandos en la "zona gris" del este ucraniano. Diego Cupolo informa desde Donetsk.
Imagen: DW/D. Cupolo
En medio del fuego cruzado
Cada noche, el bombardeo comienza cuando se pone el sol. Los militares ucranianos y los separatistas prorrusos se enfrentan cerca de Donetsk. Atrapados en el fuego cruzado se hallan muchas personas mayores demasiado pobres e incapaces de ir a otro lugar. Ivan Polansky, en la imagen, observa los daños de su vivienda en Zhovanka.
Imagen: DW/D. Cupolo
‘Esperando los proyectiles’
Los residentes de Zhovanka en la llamada "zona gris", una delgada línea de tierra que separa a las partes enfrentadas, hacen cola para visitar al médico. Estas clínicas espontáneas se organizan una vez a la semana. "Cada día esperas que un proyectil alcance tu casa y nunca sabes cuándo va a suceder", dijo Ludmila Studerikove, residente local.
Imagen: DW/D. Cupolo
Sin electricidad ni calefacción
Zhovanka fue hace tiempo el hogar de 1.000 personas, pero la cifra se ha reducido a 200 desde que comenzó la guerra a mediados de 2014. Sus habitantes tuvieron luz y electricidad por última vez hace tres meses. "A veces, tengo tanto miedo que estoy acostada en la cama y solo tiemblo", dijo Studerikove. "Mi marido está a mi lado y me toma la mano".
Imagen: DW/D. Cupolo
Sin ningún lugar adonde ir
Olexander Voroshkov, coordinador del progrma caritativo SOS Kramtorsk, dijo que la gente sigue viviendo en casas medio destruidas y techos con agujeros, porque el alquiler de las ciudades ucranianas se ha disparado desde el comienzo del conflicto. "El precio de los alquileres en Kramatorsk es similar al de la ciudad de Kiev, pero los salarios son más bajos que en Kiev", dijo Voroshkov.
Imagen: DW/D. Cupolo
Dependiendo de la ayuda humanitaria
Las mujeres hacen cola en Zhokava para recibir medicinas y multivitaminas. Las organizaciones humanitarias aportan comida y ayuda; algunas veces, la gente tarda más de un día en pasar los puestos de control. "Teníamos de todo: aire fresco y naturaleza. Era muy bonito. Ahora solo tenemos frío", dijo Vera Sharovarova, habitante del lugar.
Imagen: DW/D. Cupolo
Adaptándose a la situación
Vera Anoshyna habla con los vecinos en Spartak, una ciudad que pertenece a la "República Popular de Donetsk". Anoshysa dijo que había hecho todo lo posible para adaptarse al conflicto. "Si no tienes agua, encuéntrala", dijo. "Si no tienes electricidad, busca una solución. Pero nunca sabes cuándo explotará la próxima bomba".
Imagen: DW/D. Cupolo
Seis costillas rotas
Svetlana Zavadenko, ante su casa en Spatak. Sufrió heridas cuando las paredes de su casa se derrumbaron, después de que varios proyectiles explotaran en el patio. Los vecinos tuvieron que cavar y extraer a Zavadenko de las ruinas. Llegó al hospital con seis costillas rotas y el hígado lesionado. Fuma la marca de cigarros "Minsk" y se ríe cuando se le pregunta su opinión sobre la guerra.
Imagen: DW/D. Cupolo
"Hemos perdido la esperanza"
Zavadenko se recuperó de sus heridas y vive sola con varias mascotas. Spartak no tiene electricidad ni gas ni agua desde 2014. Usa una barbacoa para cocinar su comida. Para conseguir leña, va a una fábrica de madera cercana. "El invierno pasado pensábamos que terminaría la guerra, pero ahora, honestamente, hemos perdido la esperanza", dijo.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Un nuevo alto el fuego?
Daños causados por los bombardeos en las afueras de Donetsk. A pesar de los fallidos intentos de reducir la intensidad de la guerra, en una reunión sobre el proceso de paz en noviembre, en Berlín, se intentará asegurar un nuevo alto el fuego. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que acabaría con las hostilidades en el este ucraniano y retiraría las tropas de la región.
Imagen: DW/D. Cupolo
"Hemos perdido a muchos soldados para parar ahora"
Incluso si ambas partes llegan a acordar el alto el fuego, tendrán que enfrentar la oposición de los militares, que se quejan de haberse esforzado mucho para dejar las armas. "Hemos perdido a demasiados soldados para parar ahora", dijo Vladimir Parkhamovich, coronel de la brigada 81 del Ejército del Aire en Ucrania. "Si nos dan la orden de cesar el fuego, los consideraremos traidores", añadió.