1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Ucrania necesita tener perspectivas de ingreso en la UE

Eugen Theise
10 de marzo de 2022

Durante años, la UE dio largas a Ucrania con proyectos de integración que no contemplaban posibilidad concreta alguna de ingreso en el club europeo. Eugen Theise opina que es hora de cambiar de rumbo.

Imagen: John Thys/AFP/Getty Images

Política de vecindad, asociación privilegiada, colaboración con el Este… En las últimas décadas, los proyectos de integración de la Unión Europea (UE) con Ucrania y otros países del este europeo han recibido distintos nombres, pero todos ellos tenían algo en común: ninguno contemplaba el ingreso de esos Estados en el club europeo. En 2014, cuando Ucrania y la UE firmaron un ambicioso acuerdo de asociación, los diplomáticos ucranianos tuvieron que pelear en Bruselas cada uno de sus términos para que el documento reflejara la esperanza de los ucranianos en un futuro europeo.

Eufemismos en lugar de perspectivas concretas

Esta parte declarativa del texto se lee como un documento ritual trufado de eufemismos, que refleja de forma enrevesada, con una especie de veneración mística, algo que, de ser expresado de forma clara, supondría el castigo máximo: Ucrania podría ser algún día miembro de la UE. Estas florituras con el lenguaje resultan vergonzosas cuando uno piensa el precio que el país está pagando por aspirar a tener un futuro europeo.

Eugen Theise es redactor de DW y procede de Ucrania. Imagen: Privat

En ese acuerdo de asociación de Ucrania con la UE, se habla de "una historia y unos valores comunes que unen a los países miembros de la UE con Ucrania" Además, se menciona la "identidad europea" de los ucranianos y se dice que la UE reconoce las "pretensiones hacia Europa" de Ucrania. Es decir, hay mucho dentro, pero ninguna perspectiva concreta de ingreso en la UE.

Hoy, mientras las bombas rusas convierten en escombro y cenizas las ciudades ucranianas, esos floridos párrafos se leen como una muestra de la pusilanimidad europea. Miles de ucranios mueren por una única razón: atreverse a plantar cara a la codidia revisionista del bárbaro régimen de Moscú y soñar con un futuro como parte de la Europa libre.

Por fin el compromiso de un futuro común

Cuatro días después de la invasión rusa, el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, teatral y populista como solo puede serlo un antiguo humorista, firmó una petición de ingreso en la UE. Este grito de ayuda cuando los pánzer rusos están a las puertas de la capital ucraniana, atenazada por explosiones constantes, se asemeja al simbólico grito de socorro de los predicadores bíblicos en el desierto. Los aplausos en el Parlamento Europeo y el entusiasmo de la prensa europea por el valor de los ucranianos no sirven de ayuda. Este país y su gente necesitan una visión de futuro, una perspectiva europea. 

Cuando en los próximos días, durante la cumbre de la UE en Versalles, se debata sobre la petición de entrada de Kiev, no debe olvidarse que no solo se trata de las perspectivas de ingreso de Ucrania, sino también del futuro de Europa como comunidad de valores. Ningún país del continente ha pagado un precio tan elevado para poder formar parte de la Europa democrática y unida. Quien ignore este hecho, no habrá aprendido ninguna lección del abominable ataque de Putin.

No es momento para los escépticos

El futuro de Ucrania es más incierto que nunca, pero está claro que los ucranianos lucharán por la libertad con todas sus fuerzas. Aunque algunos consideren las perspectivas de ingreso en la UE en esta situación como pura política simbólica, la UE no puede enviar en estos días una señal más fuerte y alentadora que la de que la Europa democrática es nuestra casa común y que, por ese motivo, Ucrania debe poder formar parte de la UE.

El camino hacia una membresía completa es proyecto para una generación. La necesaria reconstrucción y una posible ocupación rusa permanente de partes del país complicarán más el camino de lo que ya sin duda era, dadas las lentas reformas emprendidas por Kiev.

Pero no podemos negar a los ucranianos la esperanza de un futuro común. La UE solo tiene un futuro digno como comunidad de valores digna de credibilidad si no deja a Ucrania en la estacada. Solo la perspectiva de ingreso sería una convincente señal para Moscú: Ucrania no es ni una zona de amortiguamiento ni el jardín delantero de Rusia, sino parte de la familia europea.

(ms/cp)