Este domingo (3.2.2019) culminó en Ucrania el período de inscripción de candidaturas para las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 31 de marzo de 2019. Al contrario de lo que ocurrió hace un lustro, en esta ocasión no hay favoritos a la vista; el gran número de postulaciones hace prácticamente imposible predecir los resultados con un margen de error bajo. Un duelo entre el actual mandatario de la exrepública soviética, Petro Poroshenko, y la ex primera ministra Yulia Timoshenko luce probable. Pero también es posible que nombres poco conocidos en el ámbito político terminen dando una sorpresa.

Timoshenko y el peso del pasado

Yulia Timoshenko (58) busca la corona de su carrera política tras haber perdido los comicios presidenciales de 2010 frente a Víktor Yanukóvich y los de 2014 frente a Poroshenko. En esta oportunidad, sus perspectivas son más auspiciosas. Ella promueve un "nuevo camino”, a pesar de que lo que le pesa en las alas es precisamente su pertenencia a la antigua élite del país. Timoshenko ha sido primera ministra de Ucrania dos veces y dos veces ha ido a parar a la cárcel por razones políticas. Pese a todo, ella siempre halló el camino de regreso hacia la tarima central de la vida nacional. Eslóganes aparte, ella promete reducir el precio del gas a la mitad y reformar la Constitución para instaurar una democracia parlamentaria al estilo alemán.

Poroshenko apuesta por sí mismo

Aunque el balance de la gestión de Petro Poroshenko (53) genera opiniones encontradas, él busca la reelección apostando a una continuación de su agenda. Su política exterior ha sido exitosa, considerando que firmó un prometedor convenio de asociación con la Unión Europea, logró que el bloque comunitario suspendiera la solicitud de visas a ciudadanos ucranianos y consiguió que Estados Unidos le enviara armas al Ejército leal a Kiev. Su talón de Aquiles es su política interior: la corrupción rampante, la creciente inflación y el alza descontrolada de los precios del suministro energético. Parte del secreto de su popularidad radica en su esfuerzo por separar a la iglesia ortodoxa ucraniana de la rusa; eso podría traerle muchos votos.

Zelensky, Hrytsenko y Boyko, de la periferia al centro

Una de las sorpresas en la disputa por la presidencia ucraniana es Volodymyr Zelensky (41), no porque sea un desconocido, sino por lo contrario: el comediante pertenece al elenco de la serie satírica Servidor del pueblo y es estimado como artista. Su campaña busca seducir a los jóvenes de habla rusa que viven en el este y el sur del país, y recién arriban a la edad de votar. Sin embargo, su candidatura ha generado suspicacias; se dice que él se lanzó al ruedo por encargo de un conocido oligarca para impedir la reelección de Poroshenko… Al otro lado del espectro están el exministro de Defensa Anatoli Hrytsenko (61), con su discurso patriotero, y Yuriy Boyko (60), la esperanza del bloque más grande que resultó de un cisma en el movimiento prorruso local; esa es la escena que, en otros tiempos, apoyó al presidente Víktor Yanukóvich. Las promesas de Boyko: traer la paz al país mediante la implementación de lo pautado en el pacto de Minsk.

(erc/ers)

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