“¿Por qué la Unión Europea tiene que dar ayuda al desarrollo a países como Brasil que es más rico que 25 de los 27 estados miembros?”, planteaba el europarlamentario británico Nirj Deva, del bloque conservador. “Porque arreglando el ingreso no se arregla la pobreza”, acotaba la francesa ecologista Catherine Grèze.

Base de la discusión es la propuesta de la Comisión Europea de sacar a los países de renta media de su presupuesto de ayuda al desarrollo para concentrarse en los de renta baja. En tiempos de vacas flacas, pensar que los 27 países de la UEaportan  fondos a países que generan suficiente riqueza retumba en algunos oídos como un mal chiste.

“La estrategia es comprensible si se mira de lejos”, explica a Deutsche Welle Pedro Morazán,  economista del Instituto alemán de Economía y Ecumenismo SÜDWIND, “viento del sur”. Éste es uno de los cuatro institutos que elaboraron el informe “Una nueva política de cooperación para el desarrollo de la Unión Europea con América Latina” que se presentó en la comisión correspondiente en el Parlamento Europeo.

¿Hablamos de pobres o de países pobres?

No obstante, el 70 por ciento de los 2.500 millones de pobres del mundo vive en países de renta media. “Además a ese grupo pertenecen también algunas economías en la frontera de la renta media”, agrega Morazán. Ecuador, Perú e incluso Honduras pertenecen al grupo. También Chile, México, Venezuela, Costa Rica y Colombia: todos generan suficiente riqueza, pero todos forman parte de la región más desigual del mundo.

Según el informe, en este momento la relación de Europa con América Latina se encuentra en una encrucijada. Aparte de las consideraciones presupuestarias y operacionales, “no es de interés de la UE alejarse del continente con el que más afinidad de valores tiene. Menos ahora que el eje de la dinámica económica se está trasladando del Atlántico al Pacífico. En éste último caso a China, en cuya onda están muchos países latinoamericanos.  No sólo tiene que ver con ayuda al desarrollo sino con el interés económico de la UE”, puntualiza Morazán.  

Cómo salir del dilema

“No es el momento para abandonar a América Latina”, recalca también el diputado español Ricardo Cortés Lastra, quien propone una orientación de acuerdo con la situación real de cada país. En otro tipo de análisis la cohesión social y la renta per cápita serían factores elocuentes.  

Allí, los índices de Brasil –el "caballo de batalla" de los que favorecen el recorte- están muy lejos de equipararse a los de Alemania o Reino Unido, los únicos europeos más ricos que el gigante latinoamericano. Los investigadores proponen, entonces,  no abandonar sino coordinar mejor. Y aportar a la cohesión social. Para ello, la cooperación en reformas fiscales distributivas sería un gran aporte.

¿Realista? “Está más cerca de la realidad de lo que a veces se sospecha. A pesar de los matices en la comprensión, vemos que ha sido un concepto bastante asimilado. Los proyectos Eurosocial y Urbal han tenido bastante éxito”, afirma Morazán.

Por otro lado, hay que decir –y en eso da razón a los que opinan que el problema de la distribución es una cuestión de políticas nacionales-  “que en no pocos países del continente, el sentido de  la reforma fiscal, de la obligación de pagar impuestos a partir de determinadas categorías de ingresos, no forma parte de la tradición cultural y económica. ¿Que es un problema de aplicación? Muchas veces, sí. Pero tampoco hay mucha voluntad para implementarlas”.

En el sentido de desarrollar políticas públicas, la UE es el único actor que puede ayudar a América Latina, es la opinión José Antonio Sanahuja, otro de los autores del informe presentado en Bruselas, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.
 
La UE podría tener aliados

Con todo, de no quitar sus manos de la cooperación con América Latina, la UE podría contar con socios importantes que podrían ayudar a Europa a salir del dilema:

“Brasil tiene ya una, todavía modesta, agencia de cooperación junto con India y Sudáfrica con proyectos en Guinea Bisau y Haití. También Colombia tiene una agencia de ese tipo y está también la Petrocaribe de  Hugo Chávez. Son formas de cooperación sur-sur; ésta se institucionaliza. Y va a aumentar su significado en un futuro cercano”, afirma Morazán.

Como fuere, los expertos advierten a la UE contra descuidar su cooperación con un continente en auge y que –a diferencia de épocas anteriores- busca integrarse y ya no sólo comercialmente.  “La Comisión Económica para América Latina propone abrir el debate”, concluye Morazán, “estamos a tiempo”.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Rosa Muñoz Lima